30.11.07

La elegancia del invierno

Esta mañana me he percatado que el invierno ha llegado, no porque lo diga el Corte Inglés (por si ellos fuera ya llegó hace tiempo), o porque la temperatura haya bajado (una vez pasado agosto ya todo me parece frío) sino porque vuelvo a ver a las féminas luciendo trapitos elegantes. El entretiempo no da mucho juego, pero las botas grandes, los guantes, las bufandas... hacen que la época tenga cierto toque de elegancia.

Quizás sea por eso que en la capital del reino las mujeres vistan mucho más elegantes que por aquí, pues el frío empieza antes y dura más.

No sé, será que me estoy haciendo mayor y cada vez me gustan menos los bluyíns (¿o bluyines?) y más las combinaciones de tonos marrones y oscuros de ropa y complementos.

Claro, que indudablemente por estos lares del sur no hay nada más refrescante (o caldeante, según se mire) que el lucimiento de modelitos escasos de tela que se ve en la calle llegado el verano.

29.11.07

El juez Bermúdez ya no me pone

Eso fue lo que dijo mi mujer comentando la noticia del libro que ha publicado la del juez.

Hay personajes que intentan cuidar mucho su imagen, pero que su sola presencia hace que se venga abajo cualquier esfuerzo que intenten por parecer interesantes. Sin embargo el juez Bermúdez estaba en el otro lado, un personaje misterioso, que lucía un porte impresionante, un carácter imponente y una calva bajo la que sólo podía estar el cerebro de algo parecido a un genio.

El hecho de verlo serio, siempre con su toga, sin saber nada más de él hacía que su leyenda creciera. Pero al acabar el juicio se le vio sonreir en una acto al que acudió... y se acabó el mito.

Los mitos no pueden ser humanos, no deben expresar emociones, y mucho menos estar casados, que eso pone muy poco.

Intentaré borrar de mi memoria lo que sucede estos días y mantenerlo eternamente con su aspecto hierático, con su toga, con su calva y con sus AZ a la espalda.

21.11.07

Love actually... again

Daniel: Oh, OK, right. Well, I'm a little relieved.
Sam: Why?
Daniel: Well, you know - I thought it might be something worse.
Sam: Worse than the total agony of being in love?
Daniel: Oh. No, you're right. Total agony.
(http://es.youtube.com/watch?v=6yO9yNFCt4M)


De acuerdo, el amor romántico no existe, es un invento, un recurso literario, un efecto secundario de nuestros procesos mentales. La comedias románticas son un rollo infumable... pero inevitablemente una y otra vez vuelvo a ver "Love Actually".

Quizás no todas las historias rayen al mismo nivel de genialidad, pero el conjunto es insuperable, los diálogos y situaciones dignos de ser recordados una y otra vez... y la música, esa puñetera música que te manipula y te emociona por más veces que la escuches.

Hay películas que no merecen ni el trailer, pero hay otras en las que nunca podré decir "enough, enough now"

20.11.07

20 Km

Otro hito superado: 20 Km en 2h 20 minutos.
Las condiciones eran idóneas en cuanto a la hora (por la mañana) la temperatura (día soleado pero sin calor) y esos otros factores misteriosos.

Ahora queda pulir los 20 minutos e investigar cómo evitar la deshidratación a partir del décimo kilómetro (¿quizás bebiendo? es una opción a estudiar).

6.11.07

Bombones de Pampaneira

En uno de estos puentes que hay en esta época del año hicimos una excursión a la Alpujarra granadina, pues a pesar de su cercanía nunca habíamos estado por allí.

Personalmente no me impresiona el paisaje Mediterráneo, ni tampoco la montaña de la zona, pero indudablemente los pueblos tienen su encanto.

Sin embargo lo más impresionante fue degustar los bombones que un argentino fabrica en un pueblo perdido en la montaña (ha montado una pequeña chocolatería).

El pueblo en cuestión se llama Pampaneira, y la gracia de los bombones es que realmente son frambuesas silvestres recubiertas de chocolate. Al ser productos naturales hay que tomarlos sin que pasen muchos días, pero eso no es problema con estos bombones (no llegaron íntegros a las 24 horas).

En el mismo pueblo le compramos a un viejecito unas almendras que el mismo tostaba. Las mejores que hemos probado nunca, pero eclipsadas por los bombones rellenos de frambuesa (o frambuesas cubiertas de chocolate, según se mire).

2.11.07

La denostada calculadora de windows

Cual Luis Piedrahita y su cruzada por las pequeñas cosas hoy quiero levantar una lanza en favor de la calculadora de Windows.

En un mundo tan tecnificado, donde todo el mundo tiene un ordenador, no hay mesa de oficina en la que no haya una calculadora de mano.

Aunque sólo sea por romper la tendencia de este blog no me atrevo a teorizar sobre las causas, pero ¿porqué la alternativa virtual no tiene éxito?

Uno tiene enlazada la calculadora desde varios sitios del sistema, de tal forma que con un clic siempre la pueda abrir, momento en el que ya se puede usar cual calculadora de mano (para algo están los teclados numéricos).

Es rápida, fiable, realista (igual que las calculadoras de mano no consideran la prioridad del producto frente a la multiplicación) y fea como todos los programas buenos (si un programa tiene demasiados artilugios visuales es que está maquillando otras carencias).

Así que proclamo el uso de la calculadora de Windows... en su modo estándar, eso siempre.