Manta eléctrica

Que Ulises prefiere dormirse en unos brazos humanos ya lo sabíamos desde el primer día en el hospital (de hecho la enfermera que lo bañaba ya nos dijo que sólo dejaba de llorar si se le cogía en brazos), sin embargo empezaba a ser una tanto preocupante su aversión a dormir en la cuna. Es más, si en alguna ocasión queríamos despertarle lo dejábamos en la cuna y a los pocos minutos ya teníamos al bicho activo.

Para poder pasar un rato de la noche en la cama la madre optó por hacerle un hueco con nosotros, y durmió bastante bien, así que no debía ser algo relacionado con la postura (en brazos siempre está inclinado y Ulises tiene especial predilección por estar en postura vertical).

La respuesta la tuvimos hace unos días, cuando la temperatura había bajado y al soltarle en la cuna tuvo una especie de escalofrío (abrió los brazos de golpe al sentir la sábana) así que el problema debía estar en el cambio de temperatura de los brazos a la cuna (ya habíamos intentado poner la calefacción para calentar la habitación, pero inevitablemente las sábanas seguían estando frías.

Así que ayer compramos una manta eléctrica (realmente es un pequeño cojín, ideal para su tamaño) que la ponemos en la cuna un rato antes de que se duerma, y de momento parece que la cosa funciona. Una vez dormido en brazos le soltamos en la cuna y siente las sábanas calentitas, con lo que no empieza a removerse como antes, sino que se duerme bastante bien.

Claro, que la muestra es de únicamente un día, pero esperamos que ya pueda empezar a alargar sus noches de sueño de esta manera.

Videojuegos de cinco minutos

Una de las cosas que empiezo a echar un poco de menos es poder tirarme toda una tarde con algún vídeojuego, pero las sesiones de cinco horas del Guild Wars pasaron a mejor vida.

En su lugar me conformo con las demos cortas de algunos juegos o con juegos sencillotes, de los que en cinco minutos te has echado tres partidas.

Y es que a veces Ulises parece que se va a dormir y aprovecho para arrancar el ordenador, pero en cuanto pasan cinco minutos me recuerda que ahora tengo un personaje de rol al que hay que dotar de innumerables habilidades. El tutorial ya pasó y ahora mismo es un "level 1", y me pica la curiosidad por saber qué profesión escogerá, pero para llegar a eso debe subir muchos niveles y sumar muchos puntos de experiencia.

El ombligo azul

En la vida de unos padres primerizos supongo que son inevitables las preocupaciones absurdas o las visitas a urgencias innecesarias, pues ante la más mínima sospecha de que algo se sale del guión saltan todas las alarmas.

Tanto como ir a urgencias no, pero cierta preocupación si que tengo desde que ayer vi que Ulises tiene parte del ombligo azul. Dado que no huele, está seco y no parece molestarle, pues no debe tener mayor importancia, pero a uno no se le quita la sensación de tonto que se preocupa por cualquier cosa, sobre todo teniendo un retoño tan sano como este.

Retoño que, por cierto, vuelve a pasar varias horas despierto por el día... ¡y por la noche! lo que implica que la madre está un poco más cansada de lo habitual. Yo estoy exento entre semana, aunque ya van dos días que llego al trabajo media hora antes porque a las seis toca cambio de pañal o, simplemente, cambio de guardia.

Buscando tu sonrisa

Desde muy pequeñito (más todavía) Ulises alguna vez esbozaba una mueca que bien parecía una sonrisa, pero lo hacía dormido y parecía que más por puro azar que por otra cosa.

Hace unos días le sonrió a la madre abriendo la boca, y eses mismo día hizo lo mismo conmigo. Sin embargo nunca más se supo de esa sonrisa.

Con el paso de los días de vez en cuando vuelven a aparecer sonrisas formadas a base de muecas, pero seguimos buscando esa sonrisa que, inequívocamente, se deba a un estímulo exterior (y por seguir el método científico también debería ser replicable si se aplica el mismo estímulo).

Pero no, por el momento el único experimento de estímulo-respuesta válido ha sido conseguir que siga con la mirada un sonajero, y eso pillándole tranquilo en la cuna.

Vamos, que seguimos con ganas de poder interactuar un poco más con el "bichito".

XXX Carrera urbana

Aunque el protagonista del blog sigue siendo Ulises, hoy voy a hacer un hueco para uno de los actores secundarios, pues la ocasión merece la pena.

Como todos los años hoy se celebraba la XXX carrera urbana de El Corte Inglés, carrera en la que tradicionalmente participo, pero este año apunto estuvo de ser una excepción, pues tras el nacimiento de Ulises apenas he podido entrenar.

Sin embargo saqué algo de tiempo para un par de test, comprobando que sí podría aguantar los diez kilómetros, así que me animé a participar. Al final la cosa fue mucho mejor de lo esperado, pues terminé en 51 minutos.

Normalmente, tras la carrera, uno acaba bastante perjudicado, pero en esta ocasión tras la línea de meta me estaba esperando Ulises, así que tras secarme el sudor se me olvidó el cansancio y empezamos a jugar un poco. Luego vuelta a casa juntos (un buen paseo) y se ve que le traspasé el cansancio pues tras comer se durmió varias horas.

Cuando se ha despertado ha recibido la sorpresa de la visita de su abuela, que ha venido a comer con nosotros y que ahora está paseando al prota mientras este secundario narra sus día (comer y dormir).

Preparando la visita de los abuelos

Al final va a ser cierto el tópico de que el bebé no te deja tiempo para nada, pues llevo un par de días en los que apenas hay unos minutos de autonomía, pues va durmiendo períodos más largos por la noche (como ahora, que lleva un par de horas sopa) y está más despierto por el día.

Pero bueno, a lo que toca. Hoy era día de pesaje: 6.600 gramos. Otra vez subidón que se deja notar en la espalda de los sufridos papis.

El jueves hubo visita a la pediatra y el bebé se sale de las tablas, pues a ese peso hay que unir que ya mide 59 centímetros... y sigue sano como una lechuga (ya ni champiñones tiene).

Se está convirtiendo en una rutina entretenida ir al mercado el sábado para comprar pescado. Hoy hemos ido con el marsupio y va la mar de feliz (más concretamente la mar de relajado, pues va dormido casi todo el tiempo) siendo el centro de atención de todas las miradas (por cierto que hoy el mercado esba bastante bien nutrido de pescado).

Por la tarde hemos ido a devolver el moisés, pues tenemos que hacer sitio para la visita de los otros abuelos, que finalmente vendrán dentro de una semana y se quedarán quince días (hemos aprovechado este rato para mover muebles y prepararles la habitación). Ya iré contando, que quiero aprovechar el tirón para cenar algo antes de que se despierte el "gordo".

El estreno del chupete

Estos días Ulises los está pasando muy bien, muy tranquilo y apenas sin llorar (sólo cuando tardamos en darle de comer o cuando le torturamos para limpiarle la nariz con suero). Sin embargo pasaba mucho tiempo enganchado a la teta, así que la macre hizo un nuevo intento de darle el chupete...

En sus primeros días intentamos calmarle con el chupete, pero lo rechazaba. Una vez que el bebé ha descubierto las bondades de la silicona con los biberones lo aceptó sin problemas, y automáticamente la madre ganó en independencia.

Es más, pude comprobar que si tiene hambre el chupete puede conseguir hasta dormirle unos minutos, lo que da cierto margen si te pilla en alguna situación que no puedas atender la demanda de forma inmediata.

En principio la idea del chupete no nos agradaba del todo, pero habida cuenta que ya se chupaba los dedos, y que para un futuro es más sencillo quitarle del chupete que quitarle de los dedos (esto segundo podría ser demasiado drástico) seremos permisivos con su "chupetedependencia".

La muerte de los champiñones

Aplicada la pomada que recetó la pediatra en un par de días los champiñones han sido prácticamente erradicados, sólo quedando cierto enrojecimiento brillante por la zona donde antes campaban a sus anchas.

La cosa ha sido rápida (dos o tres días) pero el proceso alargaba el cambio de pañales, y eso molestaba a Ulises, aunque ya ha aprendido que el cambio de pañales tiene consecuencias beneficiosas, con lo que lo afronta de manera muy positiva.

Como hoy vamos a la pediatra (consulta del niño sano) le preguntaremos cuánto hay que alargar el tratamiento, aunque la mayor dificultad permanecerá durante muchos meses: el secado.

Una vez erradicado el problema hay que evitar que se reproduzca, para lo cual la zona se debe mantener seca. Para ello hemos introducido una actividad más en el proceso de cambio de pañales, y es el secado con kleenex tras el secado con la toallita. Sin embargo la humedad persiste escondida entre las lorzas de los muslos, pero ya no en grado suficiente como para que sea un problema.

¿Reflujo o empacho?

Ayer por la tarde me llamó la madre por teléfono un tanto agotada, pues Ulises se había pasado varias horas llorando. Parece que le duele la tripa, y después de comer vomita un poco, incluso varias veces en corto espacio de tiempo.

Estadísticamente está en la edad de empezar con los cólicos y los problemas de reflujo, pero tampoco vomita tanto como para ser reflujo... para mí que es más producto de su glotonería y de un empacho de leche.

Como en ocasiones resulta más cómodo para los padres le hemos ido dando biberones, pero como los biberones deben cansar menos se los zampa sin piedad, aunque es posible que por vicio. El resultado es que no le cabe tanta leche en su barrigota (tiene una redondez bastante prominente) y expulsa el exceso.

Así que hemos decidido que, de momento, cancelamos la oferta de biberones y que se vuelva a currar la teta (reservamos el biberón para que la madre pueda dormir la noche del fin de semana). A ver qué tal pasan el día hoy.

El par de ligones

Bueno, eso de par de ligones, digamos que yo ejercía la función de la amiga fea, pues quien ligaba de verdad era Ulises.

Cuando llegué a casa la madre estaba un poco cansada, así que para que se pudiera relajar me acoplé el marsupio y me fui con Ulises a dar una vuelta.

Nada más salir a la calle éramos el centro de todas las miradas y comentarios. Desde "qué bonito" hasta un "oooooohhh" que nos regalaron a coro un grupo de chicas que estaban en una parada de autobús.

Y yo pensaba: "si me lo llevo de parranda un sábado por la noche iba a ligar un montón"... pero siendo la amiga fea creo que quién iba a ligar iba a ser Ulises.

Seguía el paseo y más nos miraban. Algún marsupio vi por la calle, aunque ni un padre solo con su hijo (todos ibas emparejados), lo que sumado a la retoñez del marsupial supongo que llamaba más la atención.

En un semáforo incluso una señora se atrevió a tocar a Ulises en un pie e intentó entablar conversación... bufff, al principio tenía gracia, pero ya no sabía donde mirar así que me volví para casa. A fin de cuentas Ulises se había dormido hacía un rato... y aún dormido seguía siendo irresistible para las féminas ¡olé sus huevos!


PD: Huevos que tiene en perfecto estado de revisión, limpios y secos, que de eso me encargo yo (firmado, la amiga fea).

Turno de noche

Tener los biberones a nuestra disposición está dando mucho juego, tanto como que la madre, después de un mes largo, anoche pudo vovler a encadenar más de siete horas de sueño.

Se acostó casi a las once yo me quedé con el peque jugando un rato (haciéndo metros en el pasillo, que es lo que le mola) hasta que se durmió.

Lo dejé recostado a mi lado en el sofá y nos dormimos juntos, hasta que a eso de las dos se despertó con bastante hambre. Biberón al canto, pero no se durmió. Estuvo como una hora que quería más paseos, pero estaba intranquilo, y al final me convencí que tenía más hambre, así que a eso de las tres tiré del segundo biberón (calentado con una mano) y ya no pudo con él, antes de acabarlo se durmió.

Por cierto, que entre las cosas que hay que practicar con una mano está ir al váter (aguas menores, por supuesto), y se puede, se puede.

Como decía, tras el biberón se durmió sobre mi pecho y los dos nos sumimos en nuestros sueños, yo soñaba con Ulises y él, supongo, con sus biberones.

A las siete se despertó y ya acudí a la madre, que había sufrido un desbordamiento lácteo empapando las sábanas (muchas horas de producción), así que hubo para Ulises y para llenar dos biberones más.

Hoy los papis estamos ambos bastante despiertos, y Ulises está durmiendo a lo bestia (está echando unos muslos descomunales).

Imaginarium

Estamos intentando buscar algún juguete para que Ulises empiece a prestar atención, como algo con luces y sonido, así que ayer nos dimos un paseo enorme y fuimos hasta la tienda de Imaginarium.

Para afrontar el paseo la madre preparó un biberón, lo que nos dio algo más de autonomía.

En la tienda vimos un cacharro que podría resultar interesante, pero que a la postre nos defraudó muchísimo (http://www.imaginarium.es/productos/detalle?referencia=37959), básicamente porque tiene muy poca potencia, así que hoy nos dimos otro paseo y fuimos a devolverlo.

Hoy no tuvimos que hacer uso del biberón, pero ayer nos metimos en Prenatal y me acoplé en una silla para darle el biberón a Ulises, biberón que apuró hasta la última gota.

Tanto apurar biberones es normal que el pesaje de hoy haya superado los seis kilos, en concreto 6.060 gramos. La progresión es algo menor que otras semanas, pero sigue para arriba (menos mal que la progresión se reduce, que ya tengo los brazos doloridos... aunque voy a echar un biceps que ni el Nadal).

A quién se parece

Tras ver la foto, ¿hay alguna duda de si se parece más al padre o la madre?



Vale que uno está de ida y el otro de vuelta, pero esa calvicie es genuina.

Clotrimazol Bayhealth

Este es el nombre de la crema que la pediatra le ha recetado, junto con lavados de agua con bicarbonato. Según el prospecto es un compuesto antifúngico de amplio espectro, esto es, no hay champiñón que se le resista.

Hace varios días nos dimos cuenta que la ingle izquierda de Ulises estaba muy roja, para pasar después a estar algo despellejada. Pensamos que se debía a las rozaduras del pañal, así que no le dimo mayor importancia y le dimos crema protectora (que no se va ni con agua). Sin embargo el tema era persistente, así que pedimos cita en la pediatra de la seguridad social (que está más cerca y atiende más rápido que la del seguro privado) y hoy la madre se ha equipado con el "marsupio" de transporte y le ha dado un paseíto a Ulises. El diagnóstico es que tiene hongos, que para ser su primera dolencia no está mal (mucho mejor que un catarro, pues no parece que le molesten mucho).

Lo cierto es que cuando duerme Ulises suda bastante, pero lo que más ha debido contribuir a favorecer el crecimiento de los hongos son sus largas meadas (personalmente ya he sido regado en varias ocasiones).

Aprovechando la visita a la pediatra también se han dado un paseo por la farmacia, han hecho algunas gestiones y han ido a un centro comercial, aunque parece que lo de ir de compras le gusta tanto como al resto de los hombres pues al entrar en el centro comercial se ha puesto a llorar y se han vuelto a casa.

Transporte urbano

Hasta que uno no tiene que usarlos (o más bien conducirlos) uno no cae en la cuenta que los medios de transporte que usa un bebé son múltiples y variados.

Desde el capazo del primer día hasta el arcaico, pero siempre funcional, transporte en brazos.

Con diferencia el más aparatoso (además de poco rentable) es el capazo, sobre todo a la hora de entrar o salir de casa. Desde luego a Ulises le gustaba más que a los padres, pero como aún tenemos autoridad hemos decidido quitarle el permiso de transporte y ya lo hemos retirado de la circulación.

En lugar del capazo hemos instaurado "el huevo" del que hablé hace unos días.

Sin embargo el más cómodo y que más nos gusta a todos es el saco portabebés parecido a un marsupio (bueno, a Ulises le gusta menos).

Acostumbrados a los paseos por el pasillo de casa sin el arnés cargar con este artilugio es mucho más llevadero de lo que se podría esperar. Eso sí, tenemos dos y al bebé sólo le gusta el caro, el otro no lo quiere, debe haber salido a la madre en eso.

La cuna

¡Un mes! Hoy es el primer "cumplemés" y para celebrarlo nos hemos dedicado un poco a darle al destornillador y hemos montado la cuna, que estaba esperando su momento de gloria escondida debajo de la cama.

Desde el principio comprobamos que la minicuna (el también llamado moisés) no era del gusto de Ulises, sobre todo porque estaba mejor en el capazo. Dado que éste fue jubilado hace unos días (le gusta expandirse cuando duerme y apenas tenía espacio) se tenía que apañar con el moisés, y ha habido noches que ni lo ha probado, pues era ponerlo allí y despertarse automáticamente.

El negocio de las minicunas viene porque dicen que el bebé se siente más confortable y recogido en un sitio a su medida, pero no, en la cuna le sobra espacio por todos lados y se está pegando una siesta tremenda, con sus brazos totalmente abiertos como a él le gusta.

Así que Ulises ya tiene donde dormir los próximos años (tiene espacio para llenar como se ve en la foto).



Menos mal que el capazo y el moisés eran prestados, porque para un mes escaso que han durado no son muy rentables.

La brisa marina y el ordenador

Tras una noche un tanto extraña, por los turnos que hemos hecho para poder dormir un poco más, hemos arrancado tarde, pero lo justo para equiparnos con el carrito y salir a dar una vuelta por el paseo marítimo.

Como era de esperar al principio Ulises se puso a llorar, un poquito en brazos y se calla, y luego a disfrutar del paseo en su huevito.

El camino d eida lo hizo dormido todo el rato, pero a la vuelta ya estuvo algo quejica. En estas situaciones siempre nos preguntamos si tendrá frío o calor, aunque hoy lo más probable es que tuviera calor.

Sea como sea le ha dado en la cara un poco de brisa marina, que nunca viene mal.

Medio en brazos medio en el huevo (llorando primero y luego dormitando) llegamos a casa, y a comer.

Tras la comida tanto él como la madre se han dormido una buena siesta, tal es así que he podido ponerme un buen rato con el ordenador, cosa que ya ni recuerdo desde cuando no hacía. ¡Hasta en podido instalarme un juego! Habrá que dar más paseos junto al mar.

Mercado, pesaje y biberón

Muchas actividades ha tenido el día de hoy, así que vamos por orden cronológico.

Por la mañana hemos salido a hacer el pesaje semanal, y esta vez ha subido medio kilo sumando un total de 5.700 gramos, así que la cosa sigue viento en popa.

Luego nos fuimos al mercado para comprar algo de pescado y fruta, siendo el paseo más largo de lo que es habitual. Al principio se puso a llorar en el huevito, pero ya le tenemos pillado el rollo y pasados unos minutos se calma y se duerme, y así estuvo todo el rato mientras estuvimos en el mercado.

Sin embargo, el hito más importante del día ha sido el biberón. La pediatra le ha recomendado un complemento de vitaminas, más que nada por recetar algo, pero el caso es que cualquier medicina o complemento que tenga que tomar hay que dárselo en biberón. Los últimos intentos de darle un biberón fueron hace unas semanas y de resultado totalmente infructuoso, así que elegimos el momento y la forma adecuadamente.

Esperamos a que pasara un poco de tiempo desde la última toma, pero sin que estuviera deseperado de hambre, luego la madre puso en el biberón algo de leche recién "¿ordeñada?" y a echarle valor.

Al principio lo rechazó, lloró, pero en pocos segundos le pilló el truco y se zampó 40 ml en un suspiro, cosa que nos da cierta tranquilidad porque así podemos empezar a tener algo más de autonomía sabiendo que ya puede usar el biberón.

Normoyente

Ayer por la tarde tuvimos cita médica para que le hicieran una prueba de "detección precoz neonatal de hipoacusias otoemisiones acústicas".

La prueba consite en introducir una pequeña sonda por el oído y, mediante ondas, comprobar que el oído funciona. Para ser riguroso cito lo que pone el informe: "La Prueba de Otoemisiones Acústicas consiste en introducir parcialmente en el conducto auditivo externo un pequeño auticular que va conectado a un aparato que se parece a una radio portátil que emite estímulos cortos como clics o estímulos tonates."

El resultado es que todo está bien.

Durante el paseo Ulises se portó muy bien, incluso la prueba se la hicieron mientras dormía. Luego, en el coche, lloró un poco, pero ante la falta de atención (nadie le cogía en brazos, ¡qué padres tan malos!) optó por dormirse.

Cuello erguido

Seguramente sería porque ayer llegué a casa a una hora más decente, cuando todavía había luz en la calle, el caso es que me di cuenta que Ulises ha crecido, está engordando y sigue poniéndose fuerte.

Tal es así que cuando le cogí en brazos me di cuenta que apenas cabeceaba, y es que ¡ya sujeta el cuello!

Cuando se le inclina hacia adelante aún se le cae, pero hacia atrás ya sostiene la cabeza totalmente.

Casi desde que nació es capaz de levantar su cabeza estando boca abajo, pero ahora lo hace sin vacilaciones, y eso que todavía no ha cumplido el mes.

Desde luego se van notando pequeños cambios, por ejemplo que ya emite sonidos variados, evidentemente sin articular, pero alejados de lo que sería un esbozo de llanto.

Y en una de estas cosas sólo aptas para papis también ha evolucionado, ahora hace pipí de forma abundante, con especial predilección para el momento del cambio de pañales.

Una noche sin baño

Ayer fue un día un poco más complicadillo, pues empiezan los problemas con los gases y eso pone a Ulises un poco más quejicoso.

Cuando llegué a casa por la noche seguía en ese plan, pero empezamos nuestra sesión de bailoteo (por llamarlo de alguna forma) y se fue relajando, hasta el punto de quedarse dormido a la hora de su baño. Finalmente decidimos pasar del baño por un día y dejarle dormir, cosa que ha hecho bastante bien.

Ya por la mañana parecía un poco molesto, pero ha soltado dos bombas sonoras y de nuevo a dormir.

Y es que está en la edad de tener este tipo de problemas, mucho más justificados y trascendentes que los que surgen cuando nos hacemos mayores.

Horario ajustado

Uno de los tópicos que se comentan cuando se habla de tener un niño es que "te cambia la vida". Supongo que en cierto modo es inevitablemente cierto, pero por otro lado si a uno le apetecen seguir haciendo ciertas cosas seguro que se busca el hueco para hacerlas... eso sí, buscando una dosis extra de energía y, seguramente, sacrificando otras cosas de menor relevancia.

Por motivos de salud (no por "problemas de salud" sino para no tenerlos) no quiero abandonar la práctica del deporte pachanguero, y ayer sufrí las consecuencias que ello tiene en mi nuevo estatus.

Tras un par de horas de darle caña al cuerpo llegué a casa y el bebé estaba un poco quejicoso, quería algo de marcha y había que bañarlo. Por ello, lo que habitualmente eran unas horas de ducha relajada y relax en el sofá se convirtieron en una ducha de un par de minutos y preparar el baño del coleguita.

Después del baño, como seguía queriendo marcha, una sesión de música (por cierto que se quedó absorto escuchando algo de heavy metal), varios paseos por el pasillo (con las piernas pidiendo a gritos un descansito), y después de un buen rato, caímos ambos fundidos en el sofá.

Así que pude compatibilizar el deporte con mi niño... pero no creo que lo repita todos los días.


PD: El sacrificado fue el weblog, que ha tenido que esperar unas horas más a ser actualizado.

El paseo

Hoy ha sido el día de la vuelta al trabajo, y el primero que he pasado separado de Ulises. Creo que no ha sido demasiado duro porque todo está impregnado de cierto halo de optimismo (el color del cristal con el que veo las cosas), pero ciertamente he llegado a casa con muchas ganas de comerme a besos tanto a Ulises como a la madre (lo cortés no quita lo valiente).

Ellos han pasado el día en casa, y como mañana tienen que afrontar la aventura de ir al pediatra hemos estrenado "el huevo" para salir a pasear (el capazo es demasiado aparatoso y pesado).



Al principio Ulises se ha quejado un poco, y está claro que el ascensor no le gusta, pero en cuanto salimos a la calle se queda muy tranquilo. Hemos paseado unos diez minutos hasta que en un semáforo tuvimos que esperar demasiado (nos hemos vuelto mega-repetuosos con las normas de tráfico, nos paramos incluso si el semáforo de peatones parpadea) y Ulises percibió que estaba quieto, así que se puso a llorar.

En un principio lo cogí en brazos (por si le sucedía algo), pero lo único que quería era estar en brazos, así que le dejamos llorar unos minutos en el carrito y se volvió a calmar él solo, disfrutando de un agradable paseo de vuelta.

Luego en casa la rutina de las tardes: bañito, comida y un rato de música y baile hasta que se queda sopa... y así está ahora, esperando a que me meta en la cama para volver a activarse (pero lo hace de buen rollito).

Dormir durante las visitas

Hoy Ulises ha recibido la visita de sus abuelos (y bisabuela) y tíos, y durante todo el día ha demostrado su rutina habitual: comer y dormir, sobre todo dormir.

Quizás sus primeros días estuvo más activo, tenía que acostumbrarse a nuevos hábitos, pero ya en su tercera semana pasa muchas horas durmiendo, y apenas está activo un par de ratitos.

Aunque es lógico que así sea para hacer unas digestiones tan provechosas como las que tiene.

Ahora sólo falta que duerma del tirón más de tres horas y media (su record le anda por ahí, de tal forma que se nos puedan quitar un poco las ojeras a los papis.

13%

13% es el peso que ha subido el monstruito en una semana. Hoy la báscula marcó 5.250 gramos, lo que supone 600 gramos más que la semana pasada.

Desde luego ya se le veía que estaba echando mofletes, y es que la producción d eleche va viento en popa... eso y que el sujeto traga y traga.

Y más papeles

Ayer llegaron unos papeles de los abuelos y he aprovechado mi último día de vacaciones (la baja de paternidad se me acabó hace una semana) para tramitar su invitación (que hay que hacerla en la policía).

La cola no ha sido excesivamente larga (media hora o tres cuartos), con la particularidad que había una pantalla con el número de turno pero que sólo se usaba para que sonara el pitido de "siguiente" (no había números, había que pedir la vez).

Llegado mi turno le presenté los papeles al funcionario, más de treinta folios de documentos... pero ¡oooooohhh! me faltaba una fotocopia. El funcionario sota, caballo y rey, si no tenía esa fotocopia no podía hacer nada, así que me salí, hice la fotocopia, esperé la cola y le di su fotocopia al funcionario que se quedó con mi paquetón de documentos.

En un par de semanas dicen que me llaman, a ver si los abuelos pueden conocer a Ulises antes de que vaya a la universidad (si quiere, claro, que cuando su vocabulario se amplíe algo más tendrá que decir).

PD: Me acabo de acordar que se me ha olvido aprovechar para meter a Ulises en mi pasaporte... me temo que se va a tener que esperar hasta mis próximas vacaciones si quiere salir al extranjero.

¿Y qué opina el protagonista?

Hablo mucho de los papis, pero ¿qué opina el protagonista de todo esto?

Hasta la fecha hemos identificado una palabra que tiene una interpretación clara, y que si no es atendida deriva en llanto. La palabra se pronuncia con un golpe seco de voz y se podría transcribir por "ahj!".

Así que pasado el micro al prota nos responde con un sucinto "ahj!", que traducido al castellano vendría a significar "¡dadme de comer!", y más concretamente "¡dadme de comer YA!".

En función de la situación esta palabra puede tener un sentido más amplio, como por ejemplo "deja de darme paseos y hablarme para que me calle y dame de comer YA!!!!".

Y hasta aquí sus interesantes declaraciones. Acompaño este post con una foto tomada durante la entrevista.

Correspondencia

Hoy Ulises ha recibido su primera carta por correo, y al decir que ha recibido quiero decir que venía a su nombre. Es una carta del servicio de salud y le hemos pedido permiso para abrirla, y como no ha puesto pegas hemos optado por interpretar su silencio como una afirmación.

La carta es una notificación de los resultados de la prueba del talón, diciendo que sigue estando más sano que una manzana (como las manzanas del pueblo que le trajo la abuela hace unos días).

Hemos guardado la carta en el album de fotos (el de papel, que aún tenemos alguno) para que, cuando aprenda a leer, pueda ver la que fue su primer correo postal (para el correo electrónico le tendré que abrir una cuenta un día de estos).