Evolución del tercer mes

Cuando uno empieza a leer cómo evolucionan las habilidades del bebé se encuentra que casi todo empieza a ocurrir a partir de los tres meses, y aunque esto no sea así completamente (toda evolución es paulatina) lo cierto es que ya estamos viendo un avance cuantitativo, pues Ulises hace muchas pequeñas cosas nuevas, aunque todavía ninguna le resulte de un utilidad clara.

La más espectacular, por repentina, ha sido la ocurrida este fin de semana, en el que ha pasado a espaciar las comidas hasta seis horas.

De forma más progresiva va fijando su atención, siendo capaz de mantenerla bastante tiempo cuando algo le interesa.

También va definiendo mucho sus gustos musicales, pues manifiesta molestia cuando una canción no le gusta y se calla automáticamente cuando escucha algo que le gusta. Esto fue muy notorio cuando llegamos a casa tras el viaje, pues Ulises estaba agotado y llorando (la última hora de tren fue complicada para él), pero en cuanto le puse una de sus canciones infantiles se quedó absorto mirando el altavoz y ya no volvió a llorar.

Más cosas, se pone de pie muy frecuentemente, de hecho le encanta ver el mundo desde arriba, pero se agota pronto, lo que le genera frustración.

Entre los cambios inminentes están que se de la vuelta él solo, pues ya se incorpora un poco (su barrigota le impide que los abdominales se plieguen adecuadamente, pero su intención es clara) y se arquea de lado.

También muestra frustración cuando no puede moverse como quiere, esto es más sutil que todo lo anterior, pero desde luego muestra intenciones de querer realizar ciertos movimientos.

Otra cuestión que apunta a suceder pronto es la aparición de los dientes, pues babea mucho y en las encías ya se le ven marcados los dientes. De hecho en la encía superior ya se le puede tocar alguna irregularidad en la superficie.

También ha pillado su primer resfriado, se ve que el frío y el contacto con la gente han resultado efecto. No es nada importante, pero tiene más mocos y a veces se le escucha respirar con algo de dificultad.

Y estos días también apunta a un poco de estreñimiento, claro que uno no sabe si es debido a que come a otro ritmo, al resfriado o a otro motivo. Desde luego se le nota algo incómodo, habla menos y llora más de forma esporádica, pero con tanto cambio supongo que será normal.

En definitiva, que cualitativamente no hay muchos cambios, pero nuestro personaje va a cumulando puntos de habilidad que seguro que le permiten pasar al siguiente nivel en muy poco tiempo.

La GRAN familia

Ulises, ya has disfrutado de tu primera nochebuena, pudiendo comprobar (no sin momentáneos agobios) lo que realmente significa este día.

Más allá de celebraciones religiosas, más allá de convencionalismos o creencias, esta fecha la recordaremos como el día en que conociste a la GRAN familia.

Conocías a tus padres, abuelos y tíos, pero tenemos una familia de una dimensión descomunal, una dimensión que va mucho más allá de su número y de todo lo medible.

A medida que crezcas te enseñaré las fotos de todos, para que los reconozcas las veces que nos podamos ver. Pero hoy te enumeraré los nombres de los once tíos abuelos (y tías abuelas) y de los ocho tíos segundos (y tías segundas) que has conocido, que te han mimado estos días y que lo seguirán haciendo incondicionalmente toda tu vida.

Ana Mari, Angelines, Celia, Clara, Elena, Francisco, Javi, Jose, Juan, Leire, Maite, Marilé, Merche, Mila, Pilar, Roberto (Rober), Roberto (Robertito), Román y Santiago.

Pero como son muchas personas que recordar para un bebé de tu edad, sobre todo teniendo en cuenta que en la familia hay más gente que no pudo venir a verte, empezaremos por un nombre que nunca debes olvidar: Eduardo, un nombre en el que no cabe, ni por asomo, la grandeza de la persona a la que se refiere.

Besos.

Con la mente en las vacaciones

Desde hace más de tres meses esperábamos que llegara el momento de presentar en sociedad a Ulises, algo así como un bautismo laico, sin agua bendita, pero con mucha fiesta.

Y es que la fiesta, o más bien la "marcha", es lo que le gusta a Ulises, así que mañana habrá marcha, con varias horas de tren y luego otras tantas de festejos.

Lo cierto es que todo está bastante controlado, el equipaje bastante pensado y pocas probabilidades de que surjan imprevistos, pero siempre inquieta un poco abandonar la seguridad del nido aunque sea por pocos días.

En estos días también habrá pausa en el diario, aunque a la vuelta seguro que Ulises tendrá nuevas experiencias que transmitirnos, pues van a ser muchas las atenciones que va a recibir... seguro que tantas como las que va a prestar.

Sin la mesa pequeña

Poco a poco el mobiliario de la casa va evolucionando para adaptarse a la nueva situación, y no sólo para buscar espacio para los nuevos cacharros (el cambiador, la bañera, la hamaquita...) sino para las nuevas actividades.

Uno de los muebles que más aprecio teníamos era la mesa pequeña que se situaba en el centro del comedor. Era la mesa alrededor de la cual hacíamos vida, pues ubicada ente el sofá y la tele era ideal para comer, atender a las visitas o simplemente llenarla de trastos. Sin embargo, con la llegada de Ulises, empezaron a ser frecuentes los golpes en las rodillas o los empujones a la mesa cuando nos teníamos que levantar del sofá con el bebé en brazos.

Para las visitas también resultaba incómodo, pues siempre la dejábamos muy pegada al sofá para tener más sitio para dar paseos.

Total, que la hemos retirado a un lado del comedor y nos ha quedado una modestita, pero muy decente, pista de baile o zona de paseo.

Los tiempos de comer viendo la tele ya pasaron a mejor vida, así que la mesa había perdido gran parte de su valor. Además las visitas se pueden sentar fácilmente en el sofá mientras Ulises y su acompañante pasean a sus anchas.

Ayer, sin apenas darse cuenta, los abuelos vinieron de visita y disfrutaron del nuevo espacio, casi tanto como lo hace Ulises.

Silla y juguetes

Como el huevo se le va quedando pequeño ya tocaba comprar una silla para el coche, así que tras varios días de mirar el informe de la DGT sobre sitemas de retención infantil ya hemos encargado el que está declarado como el más seguro, dentro de los que no tienen isofix (el coche no tiene esos anclajes, así que toca usar el cinturón del coche). El afortunado es la silla "Bebé Confort Axiss", y aunque es a partir de nueve meses ya conocemos a Ulises.

Ya por la tarde hemos recibido una visita y ha traído algunos regalos para Ulises: una alfombra de juegos y un arco con monigotes que cuelgan. Éste le ha gustado bastante pues ha estado más de media hora él sólo con el juguete montándose su fiesta.

La canguro elegida

Esta semana ya he empezado a conocer a Ulises la canguro que hemos elegido. Después de entrevistar a varias estudiantes nos hemos decidido por una persona que tiene más experiencia y, sobre todo, que está contratada por una empresa de servicios.

La mujer tiene tres hijos, así que experiencia no le falta, y su buen manejo con el bebé es evidente desde el día que vino a conocernos. Además es auxiliar de clínica y ha trabajado en guarderías. No adivinamos a conocer porqué no sigue trabajando, o cómo es que dispone de total flexibilidad horaria teniendo un niño de 14 meses, pero lo cierto es que es la mejor opción con diferencia.

Y no sólo por la persona, sino que lo que más pesa es que la contrata una empresa de servicios que le da de alta en la seguridad social y que tiene un seguro de accidentes y otro de responsabilidad civil, lo que da una mayor tranquilidad, no tanto por lo que pueda pasar como por la seriedad del servicio.

Ya ha estado un par de días conociendo a Ulises y la verdad es que ha ido bien, así que ya tenemos canguro y podemos empezar a organizarnos el año que viene.

El brazo del astronauta

En los vídeos de la NASA se ve cómo los astronautas mueven sus brazos despacio y con dificultad cuando quieren alcanzar algún objeto, se percibe que el movimiento tiene que ser lento para tener la certeza de alcanzar el objetivo.

Pues ayer se produjo un hito importante, no en la NASA, sino en el brazo de Ulises, pues por primera vez consiguió agarrar un objeto de forma intencionada. El afortunado fue uno de sus muñecos (el "Oso Gordo", ya hablaré de él) y posteriormente un sonajero.

Cuando aconteció el evento la madre me envió un MMS y por la tarde pude constatarlo yo mismo. Senté a Ulises en mis piernas y le presenté su sonajero, en ese momento su brazo avanzó lentamente, pero de forma intencionada y precisa (incluso me pareció escuchar "Así habló Zaratustra" en la BSO de 2001) hasta hacer contacto con el objetivo, los dedos se abrieron lo justo y, finalmente, el sonajero emitió su sonido impulsado por Ulises.

Y a continuación, el padre babeante dijo a la visita que había en casa: "¡Mira lo que hace mi niño!".

Setenta euros de por si acaso

Nueva ración de vacunas, esta vez fuera del calendario de la seguridad social, pero si te venden que tu hijo podría pillar una meningitis por neumococos uno se pregunta ¿y porqué no la cubre la seguridad social?

Así que, después de los cuarenta euros de Rotateq ayer tocaron los más de setenta de Prevenar. En total hemos hecho cuentas y en vacunas nos vamos a tener que gastar más de 400 euracos, cosa que por fortuna podemos permitirnos, pero que me deja la duda de si o bien nos toman el pelo o bien la seguridad social es algo irresponsable con los niños cuyos padres no les pagan estas vacunas.

El caso es que Ulises, salvo el momento del pinchazo, se portó como un campeón, sin que haya tenido más efectos secundarios que algún rato de malestar por la tarde cuya causa no pudimos identificar.

Dentro de un mes más vacunas.

Si le va bien mejor no cambiar

Tras la visita a la pediatra tenemos peso y talla oficial: 8.075 gr y 65 cm

Pesarle sin pañal resta algo de peso, lo que no quita que, según algunas páginas de internet, esté en la media de un bebé de siete meses.

La pediatra diagnosticó una salud sin tacha, todo perfecto, con lo que nos ha recomendado no introducirle alimentos nuevos por el momento. Así que seguiremos con el destete como está previsto y que siga creciendo como hasta ahora.

Según el informe materno Ulises se portó muy bien durante toda la visita, salvo que no tuvo mejor momento de premiarnos con una de sus explosiones de colores justo antes de entrar en la consulta.

Los paseos por la calle, con el fresquito, le encantan, así que además de la visita de por la mañana también tuvieron un paseo por la tarde... y Ulises tan contento.

Dormir durante las visitas

Este domingo fuimos a visitar a los abuelos, y aunque siempre hay cierta incertidumbre de saber cómo se tomará Ulises el par de horitas de coche la verdad es que estuvo mucho más tranquilo de lo previsto.

Por la mañana se despertó a su hora habitual (a las siete, como un reloj) y echamos nuestro rato de juego hasta que se volvió a dormir. Su siesta duró un rato más de lo habitual y cuando se despertó empezamos a prepararnos para salir. Una vez en la calle volvió a dormirse, incluyendo todo el trayecto del coche, y hasta un buen rato después de llegar.

Durante la visita se pegó un par de buenas siestas y yo temía que a la vuelta estuviera más inquieto, pero estuvo admirando el fluir del paisaje un rato hasta que volvió a dormirse.

Cuando en casa se despertó ya le tocaba el baño, un poco de música... y hasta hoy a su hora de diana.

Desde luego problemas de insomnio no tiene.

Prueba de carrito

Esta mañana me he adelantado a Ulises para que me pillara desayunado cuando se despertara, y así poder empezar a jigar con él desde tempranito. Luego, ya con la madre en pie y dispuesta, nos dimos un largo paseo que corrobora que no ha salido a mí en lo que agustos por las temperaturas, pues cuando siente calor se pone a llorar y cuando salimos a la calle con la rasca se queda dormido.

Al inicio del paseo tocó pesaje (la semana pasada nos lo saltamos por el puente): 8.850 gramos (mi espalda se empieza a resentir).

Por la tarde varias siestas, juegos, y a última hora la visita de los tíos, que ya lo durmieron definitivamente. Tras ello hemos sacado la silla de paseo que estaba en el armario, pues el huevo se le va quedando pequeño y tras estas navidades habrá que jubilarlo (devolverlo, que era prestado).

Esto me lleva a pensar que tengo unas semanas para comprar una silla para el coche, y aún no sé si tengo el isofix ese.

Visita a la oficina

Esta mañana Ulises ha venido a visitarme al trabajo, lo que me ha permitido tomarme una agradable pausa.

Ulises ha levantado la admiración de mis compañeros que han coincidido en destacar lo grande que está.

Y ya sólo me queda un horita para ir a jugar un rato con él.

Del cubo a la bañera

La hora del baño sigue resultado muy agradable para Ulises, pero después de tres meses su cubo se le está quedando un poco pequeño.

Ayer usamos la bañera, pues de vez en cuando hay que fregotearle los pliegues que tiene en los muslos, sin embargo parece que le sigue gustando más el cubo, pues su cuerpo se sumerge totalmente y se queda muy relajado.

También yo prefiero el cubo, pues requiere menos agua y su transporte es mucho más sencillo (en la bañera se producen olas cuando se mueve), pero habrá que irse adaptando.

Buscando canguro

Siguiendo con las cosas que hay que preparar de cara al año que viene estamos buscando una canguro para cuidar a Ulises unas horas, lo que nos permitirá seguir trabajando tanto a la madre como a mí.

La búsqueda de canguro es a la vez sencilla y muy complicada. Sencilla porque basta con poner un anuncio en alguna web para que tengas bastante oferta, pero compleja porque no uno no tiene un criterio determinado sobre cómo hacer la selección.

La selección preliminar la hacemos con criterios más o menos objetivos, como que sepan contestar a los mails, no tengan faltas de ortografía y cuestiones de ese estilo. Sin embargo, cuando llega la entrevista en persona a uno sólo se le ocurre preguntar por la experiencia, y todas tienen algo que contar (en la preliminar se descartan las que no tengan experiencia) y te encuentras con que pesa más si la persona en cuestión te cae mejor o peo que lo que objetivamente te esté contando.

Y es que las causas subjetivas pesan más que las objetivas, pero a fin de cuentas para cuidar un bebé no hace falta tanta experiencia, pues sin ir más lejos nosotros apenas tenemos tres meses de experiencia y no lo hacemos demasiado mal (al meno el protagonista no se queja demasiado).

Ayer entrevistamos a dos estudiantes, una que llega puntual, mientras que la otra se pierde por el camino, una con mucha experiencia, seria y formal, otra con menos experiencia pero alegre y dicharachera, una hablando un buen castellano y con los estudios al día, otra con acento "andalú" y haciendo primero en la universidad (con algunos años de retraso) pero con flexibilidad horaria total porque eso de ir a clase tampoco es tan importante.... Pues a pesar del aluvión de razones, entre las dos, nos quedamos sin dudarlo con la segunda.

Estos días seguiremos viendo a más candidatas y la semana que viene empezaremos a probar con alguna para ver qué tal se desenvuelve con Ulises, aunque creo que nunca ganarán un dinerito tan fácil.

Cólico del lactante

Antes de ser padres una de las cosas que más acojona es el cólico del lactante, más que por su gravedad (ninguna) por el riesgo de sufrir un trastorno de ansiedad (los padres, no el bebé).

Pasados casi tres meses desde que nació Ulises parecía haberse disipado ese miedo, pues sigue siendo un bebé tan tranquilo como el primer día, pero ayer tuvo una día un tanto complicado.

¿Cólico del lactante? Pues no se sabe, a fin de cuentas nadie sabe porqué se producen ni exactamente qué es (se podría haber llamado "jaqueca del lactante" o "hipersensibilidad del lactante a la conjunción de Saturno con la luna"), sólo se tienen datos estadísticos de que sucede más en el primer trimestre y más en los que toman leche de fórmula. Como Ulises está dentro de ese grupo pues supondremos que tuvo un día de "cólico".

Simplemente llorar y llorar hasta desesperar a la madre, pero cuando llegué a casa ya estaba dormido y tranquilo, al poco se despertó y tan contento.

Nos fuimos de paseo, jugamos un rato, un bañito en el cubo, un biberón y a dormir ¡en la cuna!

La noche la ha pasado bien, aunque a ratos con gases que le dolían, pero nada importante. Y esta mañana, a las seis y media, han tocado diana, pero tranquilote y con penita de que me tuviera que ir a trabajar (penita la mía, el seguía entretenido con su juguete de luces).

Empezando el destete

Como comenté hace unos días, y por más que nos pese, la cruda realidad laboral nos devora, y en menos de un mes la madre tiene que volver al trabajo. Obviando el disgusto que esto nos causa en esta ocasión hay razones objetivas para preocuparse/ocuparse del tema, y es la alimentación de Ulises.

Es una lástima tener que cambiar de dieta cuando está creciendo tan fuerte y contento, pero los euros mandan. Así que este fin de semana hemos empezado el destete, sustituyendo una toma por un biberón.

En principio queríamos probar por si a Ulises no le fuera a gustar la leche de sustitución, pero a este le gusta la leche materna, la de sustitución, seguro que la vaca y hasta la vaca si se la ponemos por delante. Traga todo lo que le echen, aunque tengo la impresión (sin fundamentar, es sólo una impresión) que tras esa toma no dura tanto tiempo si volver a comer.

En cualquier caso la primera sustitución ya está hecha, Ulises sigue alimentado y los pechos de la madre no han explotado (sólo se han desbordado un poco).

La semana que viene empezaremos a intentar sustituir la segunda toma y a algo que es más complica, establecer unos horarios.

Cinco horas y una lágrima

Cinco horas son las que esta noche ha dormido del tirón, marcando una nueva plusmarca de tiempo sin comer. Lo cierto es que esta noche ha (hemos) dormido genial, pues le acostamos a eso de las ocho y media y hasta las siete y media no se ha puesto en marcha (yo me levanté antes para que me pillara desayunado).

Tras un rato de juegos se ha hechado una sietecita de quince minutos y después, ya con la madre activa, han salido de paseo mientras me he encargado de llenar la nevera.

A la vuelta de su paseo le fui a cambiar de pañal, momento en que debió darse cuenta que tenía hambre, con lo que empezó a llorar. Como estaba en pleno proceso de cambio de pañal no se pudo atender la petición de forma inmediata, con lo que siguió llorando, y llorando... y sus primeras lágrimas afloraron. Dos lagrimones se le han caído por la cara cuando ya estaba a punto de empezar a mamar.

Como esta mañana había dormido poco se ha pegado una buena siesta, justo cuando los abuelos nos han venido a visitar. Al final ha estado durmiendo justo mientras comíamos, y luego ha pasado la tarde de cháchara con la abuela.

Y ahora... nueva siesta, que me deja un hueco para poder escribir estas líneas.

Agenda compartida

Cuando no hay retoños de por medio la coordinación de los eventos es más o menos sencilla, pues sólo hay que establecer un sistema para coordinar los actos comunes (tal sábado vamos a una boda o tal día hemos quedado para cenar).

Sin embargo la irrupción de un tercero obliga a establecer sistemas de coordinación más depurados que una simple comunicación verbal, pues al tener que prestar atención constante cualquier actividad de uno implica directamente al otro. Por ejemplo, para ir a la peluquería hay que contar con que la otra parte se pueda quedar a cuidar al pequeñajo.

A esto hay que sumar que, de golpe, aparecen nuevos e importantes eventos a los que prestar atención, como las visitas al pediatra o el calendario de vacunación (ambas citas llevan asociadas una anterior consistente en llamar para pedir hora, que se puede hacer sin tener que coordinarse, pero hay que acordarse).

La solución que vamos a experimentar para mejorar esta coordinación es usar el Google Calendar. De momento está anotado mi cita deportiva de los martes, y la próxima visita a la pediatra. Ahora hay que anotar la siguiente vacunación y tengo que programar un hueco para ir a la peluquería.

El nombre de l agenda compartida es evidente: "Ulises", pues en cuanto tenga edad para tener su cuenta de Google le tocará gestionar esa agenda (hay que aprender a organizarse desde pequeño).

No news, good news

Ulises pasa días buenos y días mejores, pero sin mayores novedades, salvo que cada día balbucea más cosas, sonríe más, duerme mejor...
Mientras tanto el padre está ahogándose en una montaña de trabajo, de ahí que me haya saltado un día, y dos con este.

Pero eso, "no news, good news".

Rutina matinal

Normalmente uno se levanta por la mañana y completa su rutina mientras la familia permanece en la cama (las seis de la mañana no son horas para los niños), sin embargo esta mañana la rutina ha cambiado ligeramente.

Ulises ha estado algo inquieto esta noche, por lo que la madre no ha podido dormir demasiado bien. Además a eso de las cinco hubo una de sus explosiones de colores y se sentía incómodo, así que decidí iniciar mi rutina un poco antes de lo habitual, pero con compañía.

En primer lugar hice el intento de cambiarle de pañal sin encender la luz, pues de esta forma había más opciones de que se volviera a dormir, pero Ulises tenía ganas de marcha.

Tras el cambio de pañal y juguetear un poco con él... momento en el que sobrevino otra explosión (por alguna razón siempre vienen de dos en dos), así que nuevo cambio de pañal.

Yo tenía que iniciar mi rutina, así que le puse en la hamaquita y me lo llevé al cuarto de baño donde recibió sus primeras clases de afeitado matutino.

Luego desayuno. A la segunda tostada se empezó a quejar un poco, así que le enchufé el chupete y dio los primeros síntomas de que a esa hora lo mejor es dormir.

Acabado el desayuno me despedí de él y lo dejé en la cama junto a la madre, tardado del orden de milisegundos en volver a dormirse.

Así que hoy, aunque sea a costa de levantarme un poco antes, he podido disfrutar un ratito más de su compañía, lo que siempre es de agradecer.

Cábalas para enero

Se va aproximando enero, y con él se acabará la baja de maternidad y habrá que poner en práctica las cábalas que estamos haciendo para reorganizar la actividad familiar.

Con lo bien que está creciendo Ulises no se puede considerar la opción privarle de la leche materna, pero la larguísima jornada laboral hace complicado no tener que sustituir alguna toma, máxime cuando por ahora sigue sin haber horarios fijos para cada toma.

Desde luego el plateamiento debe pasar por una o varias extracciones de leche en el puesto de trabajo, reservando biberones para el día siguiente, pero ello siempre supone una incomodidad. Por otro lado alguna toma seguramente habrá que sustituirla por una leche artificial, y así ir tirando.

Por hacer algunas cábalas: si hay que dar de comer al bebé cada tres horas tenemos ocho tomas diarias. Partiendo de las doce de la noche (por partir de la hora cero) tenemos resueltas las tomas de las tres y de las seis (eso suponiendo que la madre no va a tener sueño), a las nueve y a las doce se usan biberones del día anterior, a las tres y a las seis se usa leche artificial. Mientras tanto, y a lo largo del día, la madre se ha sacado dos biberones. Luego, a las nueve y a las doce toma en directo.

La cábala, en resumidas cuentas, quedaría tal que así:
3h -> Directo
6h -> Directo
9h -> Biberón natural
12h -> Biberón natural
15h -> Biberón artificial
18h -> Biberón artificial
21h -> Directo
24h -> Directo

No suena demasiado mal, ya veremos la realidad como nos trata.

Saco de dormir y pesaje

Aunque con nuestra nueva instalación de aire acondicionado el frío ya no es un problema en casa, preferimos no encenderlo en la habitación donde dormimos, pues el aire se reseca y se respira con mayor dificultad.

Para un adulto eso no supone más problema que lavarse un poco y sonarse la nariz, pero una de las cosas que uno aprende con un bebé es que no sabe sonarse la nariz, y ahí entra en juego el "sacamocos".

El "sacamocos" es un artilugio que cuando se ve usar por primera vez causa cierta repugnancia: "¿Qué yo voy a absorber los mocos del bebé?", pues sí, a absorber tocan. Unas gotas de suero fisiológico para reblandecer los gérmenes y a succionar.

El caso, que si dejamos que el aire se reseque tendríamos que aumentar la frecuencia de uso del sacamocos, y aunque Ulises ya no se queja mucho (las primeras veces era un trauma) es inevitable que se ahogue un poco al entrarle el suero. Por todo ello no encendemos el aire acondicionado en la habitación donde dormimos.

La consecuencia que tiene esta decisión es que, tras un rato de estar en la cuna, Ulises se enfríe y se despierte. Para evitar riesgos no se le puede poner un edredón, y tampoco vamos a cargarle con un montón de mantas, así que ayer probamos, con éxito, el saco de dormir.

Este saco se le coloca como uno de sus pijamas, pero las piernas quedan sueltas. El material del que está hecho es grueso y tiene pinta que bastante calentito, y a la primera noche ha funcionado bastante bien.

Por cierto, que el sábado hubo pesaje y ya hemos superado los 8 kg: 8.010 gramos... así tengo la espalda.