28.8.09

Cuatro paredes

Fin de las vacaciones, fin de la libertad de movimientos, el aire respirable y la buena compañía. En ese ambiente era fácil adivinar que se avecinaban cambios importantes, tanto física como intelectualmente.

A medida que vaya recopilando material iré desgranando los avances, que ya no son paso a paso sino en literales carreras. Sin embargo todo ellos se pueden identificar con el sonido de la primera palabra de Ulises más allá de los balbuceos para llamar a sus padres o para ilustrarnos con sus discursos socráticos y su "tai, tai, tai...". Esta vez la palabra tiene todo el sentido: "awa".

Esperemos que el hecho de meterle entre cuatro paredes de nuevo no le corte su capacidad de evolución, que en cualquier caso se verá reforzada con su inminente ingreso en la guardería.

12.8.09

Vacaciones

Cuando se publique este mensaje ya llevaremos unos días de vacaciones, y nos faltarán otros tantos.

Seguro que en esos días Ulises ha aprendido a andar con soltura, comerá muchas cosas nuevas y disfrutará de la familia.

Pero todo ello habrá que contarlo a la vuelta, hasta entonces echo colgaré el cartelito de "cerrado por vacaciones".

11.8.09

Dónde está esta gente

El cantajuegos sigue dejan absorto a Ulises (cada vez más) hasta tal punto que no tiene suficiente con ponerse a una cuarta de la tele, sino que quiere averiguar dónde está toda esa gente y esos niños que bailan.

Cuando empieza a verlos, y tras unos minutos, poco a poco Ulises se va desplazando lateralmente a lo largo del mueble para ubicarse justo en el lateral del televisor. En ese punto empieza a alternar el movimiento de su cabeza para mirar delante y detrás del televisor, intentado comprender cómo es posible que detrás no haya nadie.

En cualqueir caso tras unos minutos deja de inquitarle, pues al no encontrar respuesta prefier seguir disfrutando del programa.

10.8.09

Saltando barreras

Uno de los efectos secundarios más negativos de la evolución del décimo mes, ha sido aprender a saltarse los obstáculos que delimitaban la zona de exclusión.

El primero que se saltó fue el arcón del pasillo (el mismo que intentó atravesar por la técnica del butrón con la cabeza). Ulises se ubica en un lateral y poco a poco lo va empujando. Como no tiene un peso descomunal consigue moverlo lo suficiente como para hacerse un hueco y colarse.

El segundo que se saltó fue el sofá, pues es capaz de escalarlo, aunque le supone mucho esfuerzo y sólo lo consigue en contadas ocasiones, pues debe coincidir que se ubica exactamente en la esquina interior del cheslong para que su pierna se pueda apoyar correctamente.

El tercero, y más peligroso por la zona y el método, son las mesitas que evitan que se acerque al balcón. La técnica consiste en tenderse sobre la mesita y agarrarlas por el lado opuesto, para poco a poco y ir subiéndose hasta aterrizar de cabeza en el lado contrario.

Cada vez hay menos autonomía... de los padres, que a Ulises ya le va sobrando.

9.8.09

La encía, la fiebre y los velones

No ha vuelto a aparecer la fiebre, pero en ocasiones Ulises luce unos velones debajo de su nariz que indican que algo no va bien.

El pobre se agobia y rompe a llorar, tiene muchas dificultades para comer pero, sobre todo, parece molestarle la parte derecha de la boca, pues muerde las tetinas de los biberones aún sin tragar nada.

Desde luego los dientes superiores están apareciendo con bastante virulencia, y por cierto son enormes (con lo graciosos que están los inferiores).

8.8.09

Veintidos

Al fin se despejó el misterio: el número que calza Ulises es un 22.

Sin embargo esto tiene algunos matices: el pie derecho es ligeramente más ancho que el izquierdo, pero sobre todo hay que tener en cuenta que no es lo mismo poner unos zapatos con calcetines que sin calcetines. Es mucho más fácil con calcetines, pues de no llevarlos Ulises seguiría necesitando un número mayor.

6.8.09

El charco de babas

Desde hace un par de días Ulises está ligeramente resfraido, o al menos eso aparenta por tener alguna dificultad para respirar por los mocos, alguna décima de fiebre esporádica, desgana al comer y unas noches de perros (coincidimos en que no poder respirar resulta de lo más molesto).

Sin embargo hoy hemos recordado el tópico de que los bebés babean mucho cuando le salen los dientes, pues aunque los seis dientes actuales no provocaron ningún babeo significativo, hoy Ulises ha ido dejando auténticos charcos de babas allá por donde pasaba.

Tal es así que durante el par de horas de paseo vespertino ha empapapdo completamente su camiseta, pues parecía como si se hubiera volcado una botella de agua. Pero no era agua, tampoco sudor (la parte trasera estaba totalmente seca), sino un exagerado babeo que parece compensar todo el que no ha producido durante los mese anteriores.

5.8.09

Seis dientes

Hace tiempo que no hacía recuento dental: seis. Ya tenemos totalmente operativos los dos incisivos inferiores, y en progreso más que vidente los cuatro superiores (todos de golpe).

4.8.09

Enmadramiento

Desde el primer minuto el contacto que un bebé tiene con su madre es distinto del que tiene con el resto, pero a medida que pasan los días el bebé va desarrollando apegos a otras personas... hasta que llega el décimo mes.

al menos esto es lo que le ha pasado a Ulises. Reconoce a muchas personas de su entorno, regalando sonrisas a todas ellas, pero el "enmadramiento" que está desarrollando es, cuanto menos, sorprendente.

Separarse de la madre no supone un trauma en sí mismo, pero si la ve pasar sin que le diga nada puede llegar a arrancarse a llorar desesperadamente, sobre todo si está con sueño.

Lo cierto es que, para comodidad de los padres, a veces llenamos la tarde de actividades haciendo que Ulises se salte su tercera siesta del día, con lo que la cena se hace muy complicada (a veces apenas come vencido por el cansancio) y se vuelve muy susceptible incluso para dormir. En esos momentos mejor que el mundo se pare, pero con mamá a su vera.

3.8.09

Busco, busco, busco unos zapatos

La lógica me dice que entre las tallas de zapatos para niños de uno o dos años, y la talla que yo calzo, seguro que hay alguna que le venga bien a Ulises, el problema es dar con ella.

Desde que nació apenas hemos podido utilizar unos zapatos abiertos, que son los que sigue usando y a los que le desbordan dedos por los cuatro costados. Más allá de eso ni los decorativos zapatos para bebés pequeños, ni los sucesivos intentos en forma de regalos que nos han llegado han tenido éxito.

Ya preparando el viaje de las próximas semanas tendremos que buscar algo que le proteja bien los pies, pues ya hemos pasado de "homo habilis" a "homo erectus" con lo que el calzado empieza a adquirir su importancia.

2.8.09

Consecuencias de la natación

Hoy tocaba clase de natación, y por primera vez Ulises la ha empezado riéndose y divirtiéndose casi hasta el final, en el que el cansancio ya le vencía.

La rutina habitual de Ulises marca que tras el desayuno y un rato de juegos se eche una siesta un rato antes de comer, luego la comida y un poco de juego para, posteriormente, dormir la siesta larga.

Sin embargo los domingos la cosa cambia, pues salimos de casa a las once, hora a la que normalmente ya se está echando una cabezadita, luego un rato de piscina y después el trajín de la vuelta a casa.

Sin embargo hoy, nada más iniciar el viaje de vuelta a casa, ha caído dormido, y es que la hora escasa de natación parece que agota tanto que bien merece posponer la comida un par de horas.