31.10.09

30.10.09

Camino de la guarde

Para intentar optimizar un poco ls idas y venidas, esta mañana hemos probado que sea yo el que lleve a Ulises a la guardería. Eso implica que entre más de una hora antes, pero el madrugón no es problema para Ulises, pues incluso antes de su hora ya estaba contándonos lo bien que había (salvo para tomar el biberón de la mañana ha pasado toda la noche en la cuna).

Una vez arreglados Ulises agarró su mochilita (ahí lleva su vaso de agua, el chupete y una muda completa) y salimos andando de casa, pues el carro no era necesario al ir en coche.

En pocos minutos nos plantamos en la calle de la guardería, donde aparcamos sin problema, llevé a Ulises en brazos hasta el portal y allí le puse en el suelo, le di su mochila y me siguió hasta el ascensor. Ambos esperamos pacientemente que el ascensor bajara, y al abrir la puerta Ulises entró de forma casi solemne. En ese momento no pude evitar recordar cuando mi abuelo me llevaba al colegio al ver a Ulises moviendo su bolsa.

Al llegar al piso de la guardería seguíamos caminando, le dirijí un poco los pasos, tocamos el timbre y nos abrieron la puerta.

Ulises seguía soriente, pero cuando Isabel (la directora de la guardería) le cogió la mano para que le acompañara Ulises hizo ademán de ir hacia dentro, pero al instante se giró y entre sollozos vino a abrazarse a mis piernas. Isabel, que a pesar de su juventud parece que está bien curtida en estas lides, le cogió en brazos y se lo llevó para dentro con presteza, mientras se escuchaban los llantos de Ulises alejándose.

Es muy poco habitual que Ulises llore al llegar a la guardería, aunque no lo es menos que lo lleve yo a tan tempranas horas.

El resto del día transcurrió con normalidad, entre risas sólo interrumpidas por unas muelas que siguen molestando al despuntar.

29.10.09

Lentejas bajo sospecha

Hoy han llamado de la guardería diciendo que Ulises ha vuelto a devolver. Él está de buen humor, ha merendado y cenado como si nada, por lo que no parece que sea un virus ni nada que le provoque debilidad. Así que ahora las sospechas recaen sobre las lentejas que Ulises come los jueves en la guardería.

La semana que viene estaremos atentos, pues si vuelve a tener la misma reacción se confirmaría que debe tener algún tipo de alergia, aunque es extraño que hasta hace un par de semanas no se haya manifestado.

28.10.09

Nuevos biberones

Con el paso del tiempo la preparación de los biberones se va llevando menos tiempo, en parte porque cada vez somos más hábiles pero, sobre todo, porque cada vez la prepapración de un biberón se asemeja a servirse un vaso de leche.

En el principio de los tiempos los biberones había que esterilizarlos (una vez fregados, obviamente), el agua hervirla, enfriarla, preparar las dosis de leche en polvo (dosis que iban cambiando a medida que avanzaban los meses) y mezclarlo todo.

Hace unos meses dejamos de hervir agua, pues cuando Ulises ya bebía agua mineral los biberones ya no tenía sentido que fueran de agua esterilizada (usamos Solán de Cabras por su bajo contenido en sales minerales, pero sobre todo porque es la que hay en casa).

El salto cualitativo que supuso dejar de hervir agua fue enorme, pues si las dosis de polvitos estaban listas, los biberones se preparaban en un momento.

La última evolución ha acontecido a partir de que Ulises cumplió un año, pues ya podía pasar a leche de fórmula "3", y casi de casualidad encontramos que Puleva la vende en tetrabrik (además también hay una variedad que incluye un suplemento de cereales). Por tanto ahora sólo hay que esterilizar los biberones, y realmente eso tampoco es necesario, pues al no haber polvitos no hay riesgo de que se queden grumos, peor lo seguimos ahciendo por costumbre.

Así que ahora el proceso es idéntico al de calentar un vaso de leche: del paquete al biberón y de ahí al microondas un minuto.

27.10.09

¡Mira que guapo soy!

Hace varios días comprobamos como, a la hora del baño, Ulises recobraba la actividad si tiene un espejo delante, y es que todo apunta a que en la guardería hacen actividades con el espejo.

Cada vez que le vestimos le ponemos en el suelo para que él se mire en el espejo. Ulises se sonríe y se gira para verse de lado. Desde luego está claro que ya se reconoce.

Pero el momento más divertido acontece cuando le estamos bañando, pues Ulises se pone de pie en la bañera y se mira desnudo mientras sonríe autocomplaciente, llegando incluso a levantar una pierna para admirarse hasta los dedos del pie. Luego se sienta, chapotea y repite la operación.

Desde luego falsa modestia no tiene.

25.10.09

Si no fuera por el cambio de hora y la muela...

La semana de vaivenes estomacales ya llega a su fin. Todos estamos perfectamente repuestos y Ulises sigue haciendo gala de su buen humor (hasta que le viene una rabieta) y de su energía.

El único pero que ha tenido este domingo ha sido el cambio de hora, pues han tocado diana de lo más tempranito (incluso más temprano que sin el cambio de hora), con lo que a estas horas ya vamos vagando cual almas en pena en busca de dejar todo en orden para irnos a la cama.

Ulises ya duerme plácidamente desde hace rato, en parte por el mencionado cambio de hora, en parte porque no para de moverse en todo el día (salvo la enorme siesta que se ha pegado, pero que no le ha durado mucho más de un par de horas antes de volver a estar cansado) y en parte porque una segunda muela está despuntando.

Entender a Ulises en su lenguaje es harto complicado, pero que le molesta la muela es evidente pues cuando no tiene el chupete a mano se mete un dedo en la boca, pero no para chuparlo sino para tocarse el punto exacto de la encía donde pronto aparecerá el segundo molar.

Mañana intentaremos volver a la rutina de la guardería, aunque la guardería no se ha acabado de convertir en una rutina con tantas interrupciones.

23.10.09

Cuatro horas de tratamiento

Con el cuadro de vómitos que habíamos tenido, y la explosión líqueda que aún estaría por venir, llevé a Ulises a urgencias.

Parece que los caminos a urgencias le sientan bien a Ulises, pues suele dormirse y luego entra en la consulta con apariencia de estar más sano que una manzana.

Estrañamente no llegamos a esperar ni cinco minutos y nos atendió una amable pediatra que tras examinarle me dijo que lo mejor era darle suero poco a poco, y si en cuatro horas no devolvía pues darle algo de comer. Ulises salió de la consulta por su propio pie, no hay nada como un espacio amplio que caminar y descubrir.

En el camino a casa iba pidiendo agua, y buscaba su vaso en el carro, pero la pediatra insisitó en que nada de agua, sólo suministro de suero de forma progresiva.

Empezamos por una cucharadita, a los cinco minutos otra, a los cinco una grande... todo trnscurrí con normalidad hasta que llegó la explosión líquida. Se ve que el arroz del día anterior había provocado un tapón, y al disolverse se vació el líquiso acumulado en el intestino. El pañal se quedó colgando sospechosamente, pero era inevitable el desborde. Obviaré los detalles.

Tras el baño, más suero y muchas quejas por hambre, Ulises se durmió.

La noche transcurrió entre peticiones de biberón que se acallaban con biberones de suero, hasta que ya por la mañana desayunó papilla de arroz.

Ya todo parece haberse normalizado, aunque hemos seguido una dieta estricta a base de arroz, patata, suero y agua, hasta que esta noche le hemos dado un yogurt y medio biberón. Parece que el virus ya se ha despachado a gusto con todos los habitantes de la casa y ya se habrá ido a visitar a su próxima víctima (su tía, por citar un ejemplo).

22.10.09

Virus en acción

Cuando parecía que todo se normalizaba, papá y mamá repuestos, Ulises ensuciando los pañales razonablemente... han llamado de la guardería diciendo que Ulises ha vomitado varias veces.

La pregunta ahora es si la causa radica en el bichejo que nos rondara los días pasados o en la leche que le hemos cambiado, pues tentados por la comodidad hemos pasado de la leche en polvo a una en brick.

A ver si la pediatra se moja ahora, pues el lunes dijo que si no había vomitado no había que hacer nada, que con darle cereales de arroz bastaba. Por cierto, además de la leche también hemos incorporado cereales de arroz, ¡cómo para dar con el origen del problema!

21.10.09

La siesta justa

Mantener horarios rigurosos es complicado habitualmente, por lo que con un niño de un año aún lo es más, sin embargo siempre hemos intentando mantener rutinas.

Sin embargo en las últimas semanas la rutina de las siestas diurnas se ha desmadrado, pasando de dormir mucho a apenas dormir nada, y ayer este último aspecto manifestó sus consecuencias.

Sin hacer nada especial en la guardería Ulises apenas durmió una hora, y por la tarde en casa apenas media hora. Cuando pasaban las siete y media de la tarde y recién llegado del paseo con sus tíos empezó a encadenar rabietas sin sentido, cuya única explicación es el cansancio que tenía.

Desde luego Ulises tiene auténtica pasión por tocar todo aquello que no se le permite tocar. De hecho algunas veces le hemos cedido los objetos que llamaban su atención (por ejemplo un teléfono móvil), pero en el momento que lo tiene ya no muestra interés. Por contra cuando no se le deja tocar algo muestra su enfado, que ayer alcanzó tintes dramáticos a tenor de los gritos, llantos y lagrimones que derramaba.

Normalmente las rabietas se le pasan en escasos segundos, pero en esta ocasión se prolongaban bastante. Las distracciones con juegos o música surtían un efecto temporal, hasta que ya optamos por empezar rutina de cena (además de sueño tenía bastante hambre), ducha y biberón. Cayó vencido por KO en el primer minuto tras acabar el biberón.

20.10.09

Si tú no comes yo tampoco

De nuevo una correlación, pero sin que se pueda definir una causa y un efecto inequívocamente.

Ayer recogí a Ulises de la guardería, y me dijeron que había comido bien, pero me entregaron su ropa en una bolsa diciéndome que había hecho "caca líquida" (la bolsa aún no ha sido abierta en espera de que se reduzca la actividad radioactiva). Ese fue el último efecto de una cadena de desarreglos intestinales que ha afectado a toda la familia.

Por la mañana mamá me escribió un SMS diciendo que algo le había sentado mal, y yo contesté que a mí también.

A duras penas ella consiguió llevar a Ulises a la guardería, y yo arrancar la jornada laboral. Pero en un par de horas estábamos los dos tirados en el sofá de casa.

Hicimos un intento de arrancar, pero al final volví a salir del trabajo para ir a por Ulises y tirar renqueando toda la tarde hasta que el equipo de rescate llegó a casa.

Los abuelos se hicieron cargo de Ulises, el único superviviente que a pesar de los pesares se mantenía en pie y dando batalla, manteniendo el buen humor en todo momento.

Ya parece que el temporal ha remitido, aunque Ulises va a hacer una visita al médico esta mañana, pues ya son varios los días en los que proliferan el uso de armas bacteriológicas.

18.10.09

Un día sin comer

Aparentemente Ulises estaba (y está) bien, sólo tenía dierta irregularidad a la hora de cargar los pañales con materia sólida, sustituyéndola por la guerra bacteriológica.

Sin embargo ayer decidió no comer. Estaba de buen humor, pero apenas probó una cucharada del potito de salmón con pasta, apenas un par de yogurt, y escasos mordisquitos a algunas galletas.

Por la tarde tres cuartos de lo mismo, así que sin comer ni merendar nos fuimos a un cumpleaños de niños donde Ulises tuvo espacio de sobra para explayarse. Al menos allí comió una chuche de arroz inflado (granito a granito). En el camino de vuelta se durmió y ya en casa apenas se tomó el biberón.

Aguantó hasta las seis de la mañana, cuando se tomó otro biberón, y luego a las ocho volvió a repetir. Sin embargo ya no volvió a comer hasta la cena, que sí la ha hecho con normalidad.

El único efecto que hemos notado es que por la tarde ha estado dormitando, pero con los ojos despiertos. Evidentemente no tenía mucha gasolina en el cuerpo.

Estas son las cosas que tiene que no nos pueda contar que le pasa, pues a lo mejor le molesta la barriga, o simplemente no tiene apetito. El caso es que parece que no tiene mayor consecuencia y que la cosa se normaliza.

17.10.09

Corte de pelo

La energía de Ulises no sólo se manifiesta en su actividad diaria, sino que la forma en que le crece el pelo también es bastante enérgica y un tanto anárquica, resultando imposible intentar peinarle en seco.

Sus rizos rubios crecen en todas direcciones, por lo que los dejamos fluir libremente.

Sin embargo un año de cosecha de rizos daban como resultado una rebeldía excesiva, por lo que ayer mamá llevó a Ulises a la peluquería.

La peluquera hizo lo que pudo, trasquilando rizo a rizo mientras Ulises se movía de un lado para otro, pero al menos ya han desaparecido esa selva de puntas dirigidas a los cuatro puntos cardinales.

Ahora Ulises parece un poco más mayor y todo.

16.10.09

Dormir de cabeza

Normalmente Ulises se despierta un par de veces por la noche (una para pedir el biberón y otra para que le metamos en la cama con nosotros) y suele moverse bastante (incluso haciéndose sitio mientras duerme, aunque sea a costa de patear las costillas de su padre).

Sin embargo anoche fue especialmente activo por razones misteriosas. Se puede despertar porque está resfriado, hambriento o porque le molestan los dientes, pero ninguna de estas situaciones se daba anoche.

El caso es que no quería estar en la cuna, y además de moverse ha llorado bastante. Le cambiábamos de postura, pero a los pocos minutos nuevamente volvía a llorar. Probamos con mamá, con papá, de lado, boca arriba, recostado en un brazo, en el pecho... ¡menuda nochecita!

Entre los múltiples movimientos acabó con la cabeza casi en nuestros pies, así que le agarré del tobillo para evitar que avanzara hacia el precipicio. Sin embargo el sueño me venció, sentí como mi mano se soltaba y lo siguiente que vi fueron los pies de Ulises en posición vertical y en dirección a tierra. Debió aterrizar de cabeza, aunque por fortuna sin más consecuencias que el susto de despertarse contra el suelo.

Recuperados del susto y del aterrizaje forzoso retomamos la postura habitual de poner la cabeza en la almohada y cuando el despertador estaba a punto de sonar (o quizás ya lo había hecho) Ulises se durmió plácidamente.

14.10.09

Los tres granos

Una consecuencia imprevista del día de playa (eso sospechamos) son tres llamativas manchas rojas que luce Ulises en la cara: una en la ceja, otra en medio de la mejilla y otra en la mandíbula.

En principio parecían picaduras de mosquito, pero la hinchazón central es mucho menor que la que produce una picadura de mosquito, y la roncha de alrededor mucho mayor, así que sospechamos que escondido entre los granos de arena se debía encontrar algún tipo de insecto que no afecta a los adultos, pero que deja una decoración de lo más llamativa en la cara de los bebés.

En cualquier caso ayer ya se le estaban secando y seguramente hoy apenas quedará señal.

12.10.09

Día de playa

Una de las ventajas de vivir por aquí es que a mediados de octubre puede amanecer un magnífico día de playa. Además ya no hace tanto calor como en verano, por lo que un ratito al sol resulta agradable.

Al poco de despertase Ulises (más bien al rato largo, pues hoy ha madrugado bastante) hemos visto que no había nubes en el cielo, así que hemos echado las toallas al petate y nos hemos ido a pasar la mañana a la playa.

Al pisar la arena Ulises ha sentido algo de desconfianza, pues no es una superficie que ayude a su incipiente sentido del equilibrio. Parecía que la cosa no iba a funcionar hasta que he cogido un puñado de arena y le he mostrado como se escurría entre los dedos. Me ha imitado y a partir de ahí se pasaron todos los miedos.

Ulises ha estado jugueteando con la arena, casi rebozándose. El único momento complicado ha venido cuando se ha metido un puñado de arena en la boca, y luego sólo se le ocurría quitársela de la lengua con las manos, que a su vez estaban llenas de arena. Todo se ha solucionado con un buen buche de agua directamente de la botella.

A medida que iba adquiriendo confianza hemos dado un paseo hasta la orilla del mar, y aunque le atraía el ir y venir de las olas no se atrevía a mojarse. Sin embargo en un momento dado le he dicho la palabra mágica: "agua". Ulises parecía haberme entendido, comprendiendo que lo que iba y venía no era más que inofensiva agua, así que poco a poco ha ido avanzando hasta que una fría ola le ha remojado las plantas de los pies.

Al sentir el frío Ulises arrancó un grito acompañado de un breve llanto, pero al poco hizo un nuevo intento y ya no se dejó impresionar por el frío, dejando que varias olas le mojaran.

Apenas llevábamos media hora en la playa cuando Ulises ha empezado a poner de manifiesto que estaba cansado, así que nos hemos retirado, pues el sol empezaba a calentar demasiado y Ulises había desayunado muy temprano, con lo que también tendría hambre.

Ahora duerme su siesta, tras haber devorado el potito, el yogurt y varias galletas. Nada como un día de playa para quemar energías.


11.10.09

El odiado churro

Domingo a domingo la clase de natación va mejorando, Ulises ya mueve las piernas con soltura bajo el agua, chapotea, incluso hace gorgoritos con el agua.

Sin embargo hay un par de cosas que se le resisten, aunque curiosamente son cosas que hacía sin problemas hasta hace no demasiado tiempo.

Desde hace algunas semanas Ulises se resiste a ponerse boca arriba, por más que esté apoyado en el hombro de papá o mamá. Pero lo que resulta imposible desde todo punto de vista es que Ulises utilice el flotador con forma de churro o espagueti.

Cuando el profesor reparte los churros Ulises a veces lo agarra de frente, pero enseguida lo suelta. Sin embargo si el ejercicio consiste en usar el flotador como si fuera un caballito Ulises se niega en redondo entonando el mayor de sus llantos.

Normalmente al dejar de intentar el ejercicio se le pasa la rabieta, pero hoy ha continuado hasta el punto de tener que salir de la piscina para que se calmara.

Esperemos que Ulises pronto empiece a hablar para que nos desvele los misterios de sus fobias.

10.10.09

El brazo derecho

Por algún motivo que no alcanzo a entender desde siempre he solido coger en brazos a Ulises sujetándole fundamentalmente con el brazo izquierdo. A medida que ha ido aumentando el peso me he dado cuenta como la fuerza de un brazo era mucho mayor que la de otro, llegando el punto en que no puedo sostener a Ulises con el brazo derecho más de unos pocos segundos.

Sin embargo, hace unos días bailando con Ulises me hice algo de daño en el lado izquierdo, con lo que he tenido que empezar a entrenar el lado derecho.

Ya no es solo la diferencia de resistencia, sino que parece que Ulises se siente más cómodo al la izquierdo, quizás porque se nota más seguro o quizás por algún otro motivo que habrá que averiguar.

9.10.09

Desatornillando

Con la inspiración que Terminator le da a las acciones de Ulises se podría pensar que no tiene suficientes habilidades como para realizar actividades más sofisticadas, sin embargo nada estaría más lejos de la realidad.

Ulises mantiene su afán de deshacer cosas, y para ello es capaz de desarrollar paciencia y una técnica muy depurada que le permiten, incluso, sacar los tornillos que sustentan la trona.

El día que consigamos canalizar su habilidad hacía la construcción vamos a tener un arquitecto en casa.

8.10.09

Saliendo de la guardería

Debido a los horarios del trabajo no he tenido la ocasión de llevar o recoger a Ulises de la guardería, sin embargo ayer se juntaron varios factores y fuimos mamá y papá a recogerle juntos.

Al entrar en la guardería la cuidadora reconoció a la madre, por lo que alzó la voz y dijo: "Se va Ulises".

A los pocos segundos abrió la puerta de una de las aulas y por su propio pie salió el rubio. Cuando nos vio abrió su sonrisa y echó una carrerita, pero el pasillo es demasiado largo como para mantener el equilibrio durante un sprint, así que se tropezó incorporándose de inmediato para acabar abrazado en las piernas de mamá.

La cuidadora nos pasó el informe del día (todo en orden) y nos dirigimos al ascensor (la guardería está en una tercera planta).

Normalmente mamá recoge a Ulises con el carrito, pero como teníamos el coche esperando a la puerta le bajamos en brazos. Ulises descubrió una nueva perspectiva del camino que hace todos los días, descubrió los indicadores luminosos del ascensor, los botones, el espejo, lo observaba todo casi sin percatarse que el día anterior y al día siguiente volverá a pasar por el mismo sitio, sólo que con las vista un metro por debajo.

6.10.09

Retomando el chapoteo

A pesar de que Ulises ya chapotea los domingos en la piscina, misteriosamente dejó de hacerlo en casa durante su baño nocturno.

Pensé que quizás se debió que encontró nuevas formas de interactuar con el agua, como pedir que dejara caer un chorro de agua apretando la esponja, o haciendo pompas soplando en la superficie. También le gusta de vez en cuando sentir como el agua cae en su cara (siempre con moderación), pero había dejado de chapotear.

Sin embargo, con la marcha de los abuelos volvimos a colocar la bañera en su cuarto, justo delante del espejo. Fue entrar en el agua, verse en el espejo y empezar el festival acuático. La fregona tuvo que volver al lugar que, durante un tiempo, fue el habitual, pues acabado es espectáculo casi era más el agua que había por el suelo que la que quedaba en la bañera.

De todo esto interpreto que el chapoteo es más un juego social que solitario, aunque sea realizándolo conjuntamente con la propia imagen del espejo.

5.10.09

Premolar superior izquierdo

Hace ya algunos días Ulises ha pasado días incómodos por culpa de las encías, llegando a babear exageradamente en alguna ocasión (se le caían los goterones). Sin embargo últimamente no parecía especialmente molesto con el tema.

Hoy quizás a asomado la causa que hace alguna semana le molestaba: el primer premolar superior izquierdo.

En la encía asoman dos picos blancos justo tras el hueco destinado para el canino. Esperemos que salga pronto pues Ulises ha aprendido a usar sus incisivos con bastante eficacia, pero aún le faltan herramientas para masticar los alimentos.

Sea como sea Ulises ya se va a apañando con el pan, las galletas, la fruta o algún dedo ajeno que se le ponga a tiro.

Despedida de los abuelos

El sábado los abuelos se marcharon después de un mes de estar en casa.

Al principio de su estancia Ulises no mostraba un especial interés por ellos (la habitual simpatía que manifiesta con todo el mundo), pero las últimas semanas lo primero que hacía Ulises nada más levantarse era ir (de motu propio) a la habitación de los abuelos para darles los buenos días.

Todas las tardes Ulises salía con ellos de paseo, lo que además de darnos un respiro a los padres permitía que siempre hubiera con él alguien con energía suficiente como para jugar y estar pendiente.

No sé si será casualidad, pero el caso es que desde que llegaron los abuelos Ulises ha dado un salto enorme en cuanto a expresión oral. Tiene su propio lenguaje, plagado de fonemas impronunciables y de palabras ininteligibles, pero que fluye con naturalidad, sobre todo tras despertarse por las mañanas o tras una siesta.

Seguramente habrá que esperar un año para volver a repetir la experiencia, pero habrá merecido la pena la espera para todos.

3.10.09

La osa Posa

Algunas veces en la guardería nos dan una hoja con consejos e indicaciones de lo que podemos ir intentando con Ulises. Ayer nos dieron más material del habitual, pues acompañando a la hoja había un cuaderno con una prpgramacion didáctica.

Nos cuentan que hasta ahora ha habido un período de adaptacion, pero que se va a empezar la primera Unidad del curso, que se centrará en la adquisición de hábitos de alimentación, higiene, descanso y los utensilios necesarios para ello. Además se iniciará el conocimiento del propio cuerpo empezando por pies y manos.

Para todo ello se presentará al personaje de la "Osa Posa", que acompañará a Ulises todo el curso (incluso vendrá a pasar un fin de semana a casa).

Entre las recomendaciones que nos hacen está la de nombrarle los objetos que usemos, que aprenda a beber del vaso, que vaya dejando el chupete... hasta aquí bien, pero la cosa se complica cuando también tiene que aprender a usar la cuchara (se entiende que para comer, porque para lanzar comida a las paredes Ulises la maneja a la perfección). Y dejaremos para un futuro eso de que recoja sus juguetes, pues debe tener alguna neurona en común con Terminator y su afán destructor le impide que el orden se mantenga allá por donde pasa.

Kleenex, la foto

Lo que decía.

1.10.09

Papel papel

Hay veces en las que una afición por algo puede chocar con el carácter opuesto de un padre, y eso es lo que le pasa a Ulises con su afición por el papel.

Cualquier cosa de papel al alcance de Ulises cae en sus garras que se prestan a despedazarlo como paso previo a ser deglutido.

Una simple hoja, un periódico, una revista, un libro... Ulises no discrimina por tamaño, color o material, papel que está a su alcance papel que muere.

Especial predilección tiene por las cajas de kleenex, que va extrayendo uno a uno (o en grupos si no se separan al salir) para desparramarlos por el suelo mientras mastica el primer pañuelo del lote.

Y de forma irracional me pone de los nervios, aunque intento no reprenderle sino sustituirle aquellas hojas que deban ser conservadas por folletos o papeles viejos.

Eso sí, con el desparrame de Kleenex me supera.