18.11.10

Cómo come Héctor

Lo que mejor describe la reacción de Héctor cuando una cuchara deposita en su boca un poco de puré de verdura es la palabra "sorpresa". La boca se le queda abierta, al igual que los ojos, y sólo el tiempo puede hacer que la papilla se disuelva poco a poco y desaparezca.


Bueno, hay alternativas: por vía experimental hemos descubierto que tirando del mantel podemos hacer que la papilla desaparezca del plato. Aunque las investigaciones ulteriores permitieron descubrir que la papilla no desaparece del todo, está repartida de manera más o menos uniforme entre el pijama, el suelo y la hamaquíta.


 

26.9.10

Ulises + Héctor


A pesar de nuestras buenas intenciones, tenemos poco tiempo para escribir. Por eso no lo hacemos. Pero estamos todos bien, esta foto es la prueba :-)

13.7.10

Qué es España para ti

En esta casa no somos muy de sentimientos patrióticos. Y mira que tenemos países para elegir. O a lo mejor justamente por eso. El caso es que cualquier parrafada patriótica en la tele por ejemplo nosotros la acabamos con un "Gibraltar Ehpañó" a lo P. Tinto y una carcajada. Por eso no se nos ocurrió enseñarle a Ulises decir "España". No hay ninguna necesidad y además es difícil explicarle a un niño que no tiene ni dos años qué es un país.
Pero el niño lo aprendió sólo. Y de la mejor manera posible. Porque a ninguno se nos habría ocurrido una explicación mejor. Ayer, viendo la celebración de La Roja por la tele, apuntando con el dedo el autobús de la selección, Ulises dijo: "España"

12.7.10

El año que pasará a la historia

Yo nací un año que pasó desapercibido para la historia, pero todo el mundo recordará por mucho tiempo el año que nació Héctor, y cuando crezca le contaré cómo estaba en mis brazos cuando celebré que este año pasará a la historia.

4.7.10

Las moscas y demás animales de granja

Ulises es un niño de ciudad. Por eso el primer animal que conoció fue el perro. Rápidamente aprendió que los perros hacen "wau, wau". Cada vez que se cruzaba con un perro por la calle, le saludaba en el idioma perruno.

Pero un día se fijó en las gaviotas detrás de la ventana del dormitorio y empezó a decir "wau, wau". Obviamente Ulises pensaba que todos los animales hablaban igual. No es que fuera un tema de preocupación, pero pensé que es una pena que los niños hoy tienen tan poco contacto directo con los animales. Afortunadamente con la ayuda de los abuelos y gracias a sus tres agapornis Ulises aprendió que los pajaros hace "pio pio".

Un día esta primavera dejé la ventana abierta (¡por fin hacía calor!). Al volver con  Ulises de la guardería encontramos un grupito de 5-6 moscas dando vueltas por el salón. Ulises, entusiasmado: "Pio! Pio!"

Luego vino la canción de la granja de Pepito. Ulises esperaba pacientemente a que se llegue al perro para intervenir con su "wau, wau":



Finalmente la semana pasada, papá al volver de paseo dijo que Ulises ya sabe decir perfectamente cómo hace la vaca, cómo hace el gato, cómo hace el burro.

Es más, ahora los pájaros ya no se llaman "pio pio". Se llaman "caja'o".

Hector y Ulises

Psicomotricidad fina

24.5.10

Cambio de ritmo

Cuando hay más tareas por hacer de las que se pueden abarcar lo que hay que hacer es establecer prioridades, y eso ha tenido (y seguirá teniendo) consecuencias con el blog.

Más o menos la vida está organizada, pero no hay muchos huecos para respirar profundamente, así que los que hay es mejor dejarlos vacíos. Por ello la mochila de las obligaciones hay que descargarla, así que sin pretender dar la puntilla al blog sí que se quedará con actualizaciones muy esporádicas.

Sólo decir que Héctor está genial, con los típicos problemas de la edad (gases, más que otra cosa), pero engordando un montón (ya debe estar cerca de los 5 kg).

Mientras tanto Ulises ha pasado a una fase donde las cuestiones físicas son secundarias, dando paso a las preocupaciones por su evolución psicológica. Sus deseos, caprichos o necesidades son más complejas de atender adecuadamente, excepto cuando con voz lastimosa suplica "chupete", ese deseo es fácil de satisfacer.

Ambos nos hacen ver que lo físico lo resuelve un médico, lo psicológico no lo resuelve nadie.

Y en esas seguimos.

9.5.10

Mosquitos

Con estos cambios de temperatura es inevitable pillar algún enfriamiento, así que Ulises pasó una mala noche con una tos persistente (lo comenté hace algunos días). La cuestión es que para que le parara la tos tuve que abrir la ventana para que el aire fluyera.

Con el aire la tos se calmó, pero entraron los mosquitos de forma silenciosa e imprevista.

Por aquí los mosquitos no son especialmente voraces, quizás de forma ocasional amaneces con una pequeña hinchazón que se pasa en cuestión de minutos. Sin embargo a Ulises las marcas de las picaduras le duran días, muchos días.

Aquella mañana sólo el amaneció con algunas manchas en la piel, poca cosa. Nadie más había sido víctima de los molestos insectos.

Sin embargo, con el paso de los días, las manchas se le convierten en costras, y tras más de una semana las señales son muy notorias. Dentro de unos días ya no quedará rastro, pero no puedo evitar preguntarme si detrás de ellas se esconde algún tipo de alergia o simplemente es que su piel no está curtida para esas batallas.

8.5.10

Nuevo ombligo

Una vez se abandona el útero el cordóno umbilical (sus restos) se convierte en un apéndice un tanto desagradable, y los padres siempre estamos deseando que se caiga, pero con cierta inquietud a que esté secando bien dado su desagradable aspecto.

En el caso de Héctor, además, el cordón acababa en un ombligo que parecía muy alto, casi como una tubería a la que hay que enchufar una manguera.

Sin embargo ya hace unos días que los restos del cordón se secaron y se separaron del cuerpo... y la naturaleza ha hecho un buen trabajo haciendo que el ombligo se plegara sobre sí mismo y se cerrara perfectamente.

La consecuencia inmediata ha sido el primer baño de Héctor, pues no queríamos mojar los restos del cordón.

Para el baño hemos usado un cubo similar al que usamos para Ulises, pero en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, el de Héctor ha sido de estreno (el cubo de Ulises era prestado, y este ha sido regalado).

Y las primeras sensaciones con el baño han sido bastante positivas.

5.5.10

Cambio de pediatra

Al ir a solicitar pediatra para Héctor en la seguridad social me dijeron que no podían asignarme el mismo que para Ulises porque tenía el cupo lleno, pero que solicitaban la reagrupación familiar en el mismo acto.

Sea como fuere solicitamos la primera cita en la pediatra que le habían asignado, y al ir a verla nos dijo que lo que podíamos hacer era pedir cita para Ulises y llevar a Héctor mientras se tramitaba el cambio, pues el cupo se lo alternaban entre las dos pediatras cada mes... curioso sistema.

Así que pedimos hora para Ulises... aunque la verdad es que la pedimos porque pasó una noche de tos espantosa, pero como a la mañana siguiente ya estaba perfectamente llevamos a Héctor en su lugar.

Hecho el chequeo el bichillo está perfectamente, con un peso de 3.450 gramos (ha engordado unos 300 gramos) y una talla de 52cm (ha crecido un centímetro). La verdad es que a nosotros nos parece mucho más grande que la primera vez que le vimos, pero los números son los que son.

Por su parte Ulises no podía irse sin aprovechar la visita, así que le pusimos la enésima dosis de la vacuna cara que no cubre la seguridad social (¡como juegan con el miedo las farmacéuticas!). Con esta dosis ya no hay más vacunas oficiales hasta que cumpla tres años, pero en un par de meses le pondremos la de la varicela, ya que teniendo al pequeño en casa es mejor que no venga el virus a visitarnos.

El pinchazo de la vacuna le dolió a Ulises, y tras la llantina señaló la puerta de la consulta de enfermería y dijo "¡caca!"... No es exactamente así, pero a ver quién se lo explica.

3.5.10

Hermano mayor

La reacción de Ulises al ver a su hermano fue inmejorable, y tras casi dos semanas cuando viene a casa quiere ir a ver qué tal está el bebé.
Hay que tener algo de cuidado por la fuerza que puede tener Ulises, pero en un momento dado le puse a Héctor en sus brazos y se le cambió la cara, pasó a ser alguien responsable que trataba con mimo lo que tenía entre manos.

Ulises ya es un estupendo hermano mayor.

2.5.10

Cambiar pañales y el meconio

Se supone que debería contar muchas cosas de Héctor, pero aparte de repetir en que es un encanto poco más se puede mencionar, si acaso que poco a poco pasa más minutos despierto, lo observa todo abriendo unos enormes ojos, pero su actividad sigue siendo la misma.

Es posible que sea yo el que haya perdido la capacidad de asombro, quizás absorto en los avances de Ulises, que por momentos me impone cierto respeto pues ya tiene un cuerpo y una mente que no es precisamente de un bebé.

Bien es cierto que no hace tanto que pasamos por esta etapa, y que algo habremos aprendido.

Recuerdo lo torpe que me sentí al cambiarle el primer pañal a Ulises, y lo cuesta arriba que se me hacía pensa que aquello era tan complicado. Realmente lo que sucedió es que le primer pañal es el más complicado, no tanto por la inexperiencia como por el hecho de tener que limpiar el meconio.

Con Héctor ya lo sabía, y cuando vi el petróleo que inundaba su pañal (para quienes no lo hayan visto creo que es una comparación perfecta) me lo tomé con calma, una esponja jabonosa, un poco de agua y un poco de paciencia.

También hace mucho el no tener miedo a manejar al bebé. Si Ulises hubiera sido tan pequeño y con una apariencia tan frágil me habría acojonado, pero ahora me cuelgo del hombro a Héctor mientras tiro el pañal que le cambio en apenas unos segundos.

Por ello no hay mucho que contar, no porque no haya motivos para contarlo, sino porque en algún momento ya fue contado.

1.5.10

Ti

"Ti", adverbio afirmativo contrario a "no".

Me pregunto porqué ha tardado tanto. El "nooo" fue descubierto por Ulises hace muchos meses, pero la afirmación no ha aparecido hasta hace unos días.

La consecuencia es asombrosa, pues Ulises no sólo indica cuando no quiere comer algo (uso principal de su negación) sino que se le puede preguntar sobre si quiere o no algo, y el contesta adecuadamente.

Sirva como ejemplo que al despertarse por la mañana Ulises le preguntamos si quería ir a la guardería: "no". "¿Y te quieres quedar en casa?", "ti".

No es que no le guste la guardería: "¿Te gusta la guardería?", "ti".
Es, simplemente, que apurar unos minutos de cama por la mañana le agrada a todo el mundo.

30.4.10

Adaptación

Son varios los días que llevo sin escribir, en parte por la falta de tiempo (que no tanto) como por dejarme un período de adaptación.

Con Ulises ya descubrimos que lo peor es pretender hacer cosas más allá de las obligaciones que marcan los bebés y las tareas domésticas, pues si luego no hay tiempo se empieza a llevar mal la cosa. Así que he evitado cualquier distracción para adaptarnos a la nueva vida.

Y tras unos días confirmo que, por ahora, esa nueva vida no es tal.

Héctor es un encanto, su vida se limita a dos actividades: comer y dormir (la actividad de llenar pañales la compatibiliza con las anteriores).

Ulises fue un bebé muy bueno, pero ahora nos hemos dado cuenta que su apego al contacto humano suponía cierta carga, cosa que con Héctor no sucede, pues se conforma con cualquier superficie lisa y blanda para echar su sueñecito.

Supongo que esto cambiará en breve, pues las dos semanas que se adelantó hace que que su cuerpo requiera dormir mucho, pero por ahora el aterrizaje está siendo de lo más suave.

Sin embargo he comprobado lo que significa ocupar el 100% del tiempo...

Al recibir al primer inquilino se ocupa una parte importante del tiempo, pero no deja de ser un bebé para dos adultos, lo que permite cierto juego (no diría tanto como el 50%, pero cierto margen). Sin embargo ahora somos dos para dos, con lo que el margen se ha esfumado, aunque se puede llevar con holgura dado que Ulises tiene sus horas de guardería y Héctor no es que tenga unas necesidades muy sofisticadas.

En definitiva, nos adaptamos los cuatro, y todos muy contentos con la nueva situación.

25.4.10

Ojos azules

Apenas acababa de empezar la tarde del 21 de abril cuando la enfermera trajo a la habitación una cuna de metacrilato, y en ella un bebé que nos pareció muy pequeño, pero muy guapo (a diferencia del resto de recién nacidos).

La enfermera empezó sus explicaciones protocolarias, algo así como la guía rápida de usuario, pero al ver nuestras caras dijo "vosotros ya sabéis esto ¿no?". Ante nuestra respuesta afirmativa se despidió amablemente.

Y allí estaba Héctor, aún sin nombre, en la cabecera de su cuna aparecía un círculo bajo una flecha que apuntaba a la una y media (curiosamente la hora de su nacimiento) acompañando a los apellidos de papá y mamá.

Sabíamos lo que teníamos que hacer, los nervios en ningún momento nos habían visitado y tampoco hicieron acto de presencia en aquel momento.

Sólo hubo cierta zozobra unas horas antes, cuando a las cinco de la mañana la mamá dijo "he roto aguas"... dos semanas antes de lo esperado, una semana antes de lo planificado... Sin prisa, pero sin pausa, activamos el protocolo, dejamos a Ulises en la guardería y fuimos al hospital.

La espera fue tranquila, todo aquello nos resultaba muy familiar.

Han pasado más de cuatro días y Héctor ya tiene personalidad propia. Desde el primer día nos mostró sus ojos y su agudizado instinto (lo primero que hizo al caer en brazos de mamá fue empezar a buscar su comida), ojos que hoy ya son azules e instinto que seguro que le hacen crecer rápido.

Le gusta dormir solo, en la cuna o en el sofá. Apenas se queja, al principio ronroneaba cuando tenía hambre, ahora simplemente activa su instinto de búsqueda.

Es fuerte, como su hermano, aunque haya pesado un kilo menos. Tumbado es capaz de girar la cabeza para seguir un sonido, sus pequeños dedos aferran con fuerza lo que se ponga a su alcance.

En solo un día nos ha cautivado a todos... y aunque la experiencia haya sido distinta al nacimiento de Ulises tengo claro con cual me quedo: con las dos.

21.4.10

Con prisa

Ulises sigue durmiendo plácidamente, pero hay quien tiene mucha prisa por salir de la cama...

20.4.10

Cosas que no se entienden

Tras más de año y medio con Ulises danzando por nuestra vida ya casi tenemos olvidados los momentos en que nos parecía raro ver como había gente que hablaba de que dormir poco y perder parte de tu libertad era compensado por el hecho de tener unos mocosos en su vida.

Tal es así que comprobé como era yo el incomprendido cuando con naturalidad contaba que nos teníamos que levantar a dar el biberón de las tres de la mañana, asumiéndolo como algo natural.

O que escuchas encantado cuando un pequeñajo, tras haber vomitado a las tantas de la madrugada, tras haberte obligado a cambiarle de ropa y a cambiar las sábanas, se quita el chupete y te dice "agua". El pobre estaba seco, y fui a por agua, y durmió el resto de la noche.

Y yo contaba estas cosas encantado, y mi interlocutor decía: "por eso no tengo hijos, y por eso nunca entenderé estas cosas".

17.4.10

Comiendo solo

Esta semana podemos declarar que Ulises ya come solo. Evidentemente aún le falta precisión, pero ya tiene la suficiente habilidad como para alimentarse él solo usando la cuchara.

En este vídeo, además, la comida tiene dedicatoria.

16.4.10

Es mío

"Eh mío, eh mío" hoy no para de decir Ulises. Seguramente lo ha aprendido en la guardería al jugar con niños más mayores, pero cuando quiere cualquier cosa dice "eh mío".

Pero el manejo de las palabras parece no aprenderse de forma directa, sino por aproximación, pues si quiere que le den un abrazo también dice "eh mío", aunque ciertamente hay abrazos que son suyos.

15.4.10

Vista al frente

Ulises camina y corre con soltura, aún no salta pero se mueve deprisa. A veces se trastabilla, pero se levanta si problemas y continúa... el riesgo no está en sus piernas, sino en sus ojos.

No, no es que tenga algún problema en la vista, más bien quiere ver más cosas de las que puede en determinados momentos.

Una vez empieza a andar la máquina ya está lanzada, y no es raro que en ese momento quiera fijar su atención en algo que está a un lado o incluso detrás de él... y no puedo evitar acordarme de los anuncios de tráfico que dicen cuantos metros recorre el coche sin control cuando tenemos una distracción.

En su caso las consecuencias suelen venir teñidas de morado cuando se topa con alguna pared o un obstáculo a nivel de suelo.

14.4.10

Reducción de jornada

Conocer la fecha exacta del futuro nacimiento es algo extraño, pero permite planificarse de forma precisa. Tal es así que ya he concretado con la empresa el calendario de los próximos meses, en los que habrá que tirar de convenios, leyes de paternidad, vacaciones y demás artilugios para poder sobrevivir a lo que se viene encima.

El reparto cualitativo de las tareas será sencillo: un bicho para papá y otro para mamá.

El bicho de papá será Ulises, pues requiere compatibilizarlo con el horario de guardería, esto es, es compatible con algún horario (el otro bicho será incompatible con casi todo).

Ulises entra en la guardería aproximadamente a las 7:45h, y sale a las 14:45h, así que en ese intervalo puedo trabajar seis horas, más una adicional para los desplazamientos (comer es de nenazas).

Por supuesto este planteamiento es válido mientras la guardería esté operativa (no sólo que esté abierta en plan "parking de bebés", sino 100% operativa), por lo que será válido hasta final de julio (espero). En agosto habrá que tirar de vacaciones e improvisar, y en septiembre...

Mayo, junio, julio, agosto... septiembre está muy lejos, ya se verá. De momento la fiesta empieza el 28 de abril.

13.4.10

Palabras prohibidas

Hace unos días le tuve que decir a mamá: "saca del bolsillo del carro las cosas redondas que se comen", pues no quería que las galletas estuvieran al alcance de Ulises cuando faltaba poco para la hora de la cena, pero no podía usar la palabra "galletas".

Cuando estás con un bebé es habitual hablar de él con total libertad, sin embargo cuando el bebé empieza a entender palabras hay que ser más prudente, pues uno no sabe el efecto real que esas palabras pueden causar en él.

En aquella ocasión sabía que si decía "galleta" se le iba a encender una luz en su cabeza y empezaría a pedirlas. Lo mismo sucede con otra palabra que está vedada: "chupete".

Intentamos que sólo use el chupete en momentos muy determinados, como puede ser por la noche para dormir, pero a lo largo del día no se lo damos salvo caso de rabieta con la paciencia de papá y mamá a flor de piel.

Pero ya no son solo palabras, ya hay que empezar a contar con Ulises en las conversaciones, aunque seguimos sin entenderle y eso le frustra (y con razón).

12.4.10

Sardinas

Desde hace tiempo hemos declarado que Ulises come de todo, y sólo le están vedadas aquellas cosas que son complicadas de masticar, como pueden ser los frutos secos.

Tampoco es momento de darle dulces o chocolate, pero salvo estas excepciones y no tiene porqué haber un menú especial.

Bajo esta premisa ayer decidimos no prepararle comida cuando salimos a comer fuera (por si acaso cargamos con un potito, pero no hubo que hacer uso de él).

Fuimos a comer "pescaíto" con los padres de "Pichía" (Lucía, en la jerga de Ulises), así que hicimos el pedido habitual de espetos, rosada, ensalada...

Ulises empezó con el pan, que no falte, y luego hizo algún intento con el tomate o los pimientos, pero el sabor no le resultó agradable al estar muy sazonado.

La comida de verdad llegó con los espetos: a Ulises le encantan las sardinas. También probó la rosada, pero donde esté un buen espeto que se quite la fritura.

El postre tuvo una parte infantil, con el "petit suisse" para beber de Lucía, y otra compartida con el helado de papá.

La tarde transcurrió entre juegos en los columpios en la playa y siestas en los trayectos en coche, y es que el ajetreo cansa por más sardinas que se coman.

9.4.10

Rutinas

Estos días estoy escribiendo menos, no he acabado de arrancar tras el parón vacacional, pero lo cierto es que ya es difícil de describir la forma en la que evoluciona Ulises.

De forma constante y bastante rápida va aprendiendo palabras, empieza a tener mayor control sobre sus acciones, su psicomotricidad fina le permite realizar acciones como abrir cajas de DVDs (y esparcirlos por el suelo)... y ya asume y participa divertido las rutinas diarias.

Pero lo más interesante es que quiere ser protagonista de esas rutinas. Por ejemplo quiere comer solo aunque aún le cueste sujetar la cuchara, o quiere enjabonarse en la ducha, y se enfada si no le dejamos al menos intentarlo.

Con esta evolución de un poco de pereza volver a empezar otra vez de cero, pero ya no será con Ulises, así que esa es otra historia.

7.4.10

Escalones de uno en uno

La principal fuente de aprendizaje de Ulises es la imitación, aunque poco a poco va haciendo sus propias deducciones y construyen su propio conocimiento, por eso dar buen ejemplo es fundamental.
Sin embargo el buen ejemplo no siempre consiste en hacer las cosas como se debería, sino en hacerlas para facilitar el aprendizaje.
Los adultos subimos y bajamos escaleras alternando las piernas y escalones de forma natural, pero un niño pequeño no puede hacerlo mientras el obstáculo a superar sea de una proporción excesiva con respecto a su pequeño cuerpo.
Pero Ulises observaba e intentaba subir escalones alternando las piernas, con el consiguiente desequilibrio. Con un resultado algo mejor intentaba bajarlos, pero a costa de un riesgo excesivo de dejarse los piños.
Así que hubo que variar el ejemplo. Cuando Ulises me ve bajo los escalones uno a uno, y mediante la imitación él ya es capaz de hacerlo solo, aunque agarrado de la mano para reforzar la seguridad.
Sin embargo no doy ejemplo al subir escalones, así que Ulises ha buscado medios alternativos subiéndolos a cuatro patas.

6.4.10

El bebé

El domingo fuimos a visitar a Alexia en la maternidad, pues apenas llevaba un día sin la protección de la barriga de su mamá.

El hospital estaba prácticamente vacío, y Ulises podía correr a sus anchas por los amplios y largos pasillos. Sin embargo, cuando entramos en la habitación Ulises se quedó cortado al ver que había bastante gente desconocida dentro.

Papá y mamá entraron a felicitar a la mamá de Alexia y contemplaron lo pequeña que era la recién nacida, apenas del tamaño de alguno de los muñecos con los que juega Ulises.

Ya con confianza Ulises entró y cuando vio a Alexia exclamó: "¡el bebé!". Se acercó a ella y la observó de cerca, sin querer tocarla, pero admirándola con agrado mientras repetía una y otra vez "¡el bebé!".

Con suavidad llegó a acariciarle el pelo, para finalmente darle un beso. Así Ulises regaló a Alexia su primer beso con los labios (antes sólo los había lanzado con la mano).

Estuvimos un rato, hasta que Ulises se aburrió y empezó a decir "amonó" (vámonos).

Desde luego ha sido una muy buena reacción para la responsabilidad que le espera dentro de pocas semanas.

31.3.10

La ducha de dentro de un mes

Hace unos meses era obligado el baño diario en la bañerita, pero poco a poco la cosa se iba complicando pues por un lado Ulises hace mucho que no cabe tumbado y por otro siempre acababa tirando un montón de agua con tanto chapoteo.

Así que empezamos con la ducha compartida con papá, para la que hacía falta asistencia de mamá a la salida (mamá recoge a Ulises mientras papá se acaba de duchar).

Sin embargo el sistema no era sostenible. En poco más de un mes tendremos un nuevo inquilino que no va a permitir que mamá distraiga su atención, así que ayer pusimos en marcha el nuevo método.

El cambio es sutil, simplemente Ulises se ducha solo, aunque papá le asiste desde fuera echándole agua y jabón según convenga. La cosa ha funcionado, así que un problema menos que resolver cuando haya que acometer el reparto radical de tareas.

29.3.10

Aprendiendo el uso del tobogán

A la primera se cae...


A la segunda se desequilibra...


Pero a partir de la tercera ya todo está controlado.

28.3.10

Evaluación

El viernes Ulises nos trajo de la guardería su segunda evaluación, los folios con sus "dibujos" (intentos de colorear o poner pegatinas en dibujos de animales u objetos cotidianos).
Precediendo a sus trabajos hay una hoja con varios aspectos de evaluación, aspectos tales como que progresa en la coordinación de movimientos, respeta algunas normas elementales de relación y convivencia, identifica algunos elementos del cuerpo... y así hasta quince.

Por cada aspecto hay dos columnas, una para indicar que sí lo hace y otra para indicar que no. No tiene marcado ningún "no" (supongo que sólo se usará para casos extremos, pues es difícil que haya un "no" en aspectos tales como "sigue ampliando su vocabulario"... desde luego Ulises evoluciona "su" vocabulario).

Sin embargo hay dos aspectos en los que la columna "sí" no está marcada, en su lugar hay una anotación que dice "progresa": identifica el color rojo y discrimina la diferencia entre grande y pequeño.

Lo que me pregunto es cómo se puede progresar en identificar un color concreto, que tampoco habría problema en decir que no lo identifica por ahora. Supongo que lo pondrán así para que los papás no se traumaticen.

27.3.10

Dibujando con Lucía

Ulises no es capaz de dedicar mucho tiempo a desarrollar una tarea, independientemente de si se le da mejor o peor hacerla, pero hace unos días comprobamos que quizás se deba a que no tiene compañía, pues dando un paseo con Lucía y sus papás encontramos una zona de ocio para niños, y allí que se sentaron Lucía y Ulises delante de un papel para hacer trazos con los lápices.



No se puede decir que estuvieran mucho rato, pero Ulises mostraba interés en la tarea, aunque no tanto como el que ambos mostraron por pasear con el carrito de juguete de Lucía, motivo de rabietas por ambos bandos cuando el otro era quién lo conducía.

Por cierto, las rabietas ya no son unos meros llantos esporádicos, son lloros y gritos a lágrima viva acompañados de vueltas por el suelo.

25.3.10

Caminar tocando las cancelas

Recuerdo que de pequeño me gustaba caminar por la calle tocando con mi mano la pared y haciendo rebotar los dedos con las rejas de los portales y ventanas, así como con las cancelas de las tiendas.

Paseando a Ulises evoqué ese recuerdo, pues tiene la misma afición, ala que suma meter los dedos en los raíles de las cancelas correderas, llenándose de grasa.

Ahora lo veo desde otra perspectiva, pues tengo que estar limpiándole la mano continuamente pues se las lleva a la boca frecuentemente. La perspectiva anterior era la de ir rebotando los dedos, la actual es la de ir limpiando toda la porquería.

24.3.10

Agua demasiado caliente

El rito de lavarnos las manos se llegó a convertir en algo divertido, ver a Ulises arremagarse (o al menos intentarlo) y seguir la secuencia del agua-jabón-frotado ha funcionado durante un tiempo.

Pero nadie está libre de cometer errores, y para evitar que el agua estuviera demasiado fría puse el calentador, esperé unos instantes y el agua se puso algo tibia, inicié la secuencia con Ulises y al mojarse retiró la mano y se puso a llorar: papá había girado el grifo demasiado y el agua estaba ardiendo cuando Ulises puso la mano.

Aunque el agua estaba realmente caliente la cosa no pasó de un enrojecimiento momentáneo de la mano y la muñeca, pero a partir de ese momento Ulises ya no quiere lavarse las manos.

Desde luego no vuelvo a correr riesgos con el calentador (siempre agua fría), pero aunque fuerzo a que Ulises meta la mano y compruebe que no quema él se niega entre llantos.

Ahora queda esperar a que, poco a poco, borre de su memoria la experiencia, aunque me planteo el coste que tienen los pequeños errores... Si uno lo piensa un poco es mucha responsabilidad la que se tiene, así que mejor no pensarlo.

23.3.10

El primer beso

Todas la mañanas Ulises sale de casa y se despide de mamá agitando la mano. Pero no hace falta que sea mamá, o que sea la mañana, o que salga de casa, a veces se despide simplemente porque se va a otra habitación, por educado que no quede.

El saludo está dominado, aunque arrastra el vicio de cuando era más pequeño de agitar la mano en horizontal, en un signo similar al de amenazar con dar un cachete (signo que no conoce, ni falta que hace).

Pero hoy nos ha sorprendido con un añadido al saludo: un beso de despedida. Ha puesto su mano abierta sobre la boca y al separarla ha soltado un "aaaa", como contranción de "muá".

Ya habíamos hecho algunos ensayos, pero estos han sido sus primeros besos.

22.3.10

Rabietas forzadas

Hasta hace no demasiado los llantos de Ulises estaban motivados por algún dolor físico o alguna frustración momentánea, pero siempre representaban un sufrimiento espontáneo. Desde hace unos días observo como el arranque del llanto por frustración sigue siendo espontáneo, pero lo alarga de forma voluntaria y consciente.

No diría tanto como que simula el llanto, aunque a veces me parece un buen actor, capaz de creerse su propio personaje y vivir las emociones que se ha inventado. Lo digo porque sus lágrimas brotan y su respiracións e entrecorta, pero el sonido de llanto es distinto, en ocasiones suena forzado, sobre todo cuando nota que el volumen baja Ulises hace un esfuerzo para volverlo a subir.

Supongo que todo esto es muestra de cómo con el aumento de su inteligencia busca herramientas para imponer su autoridad, aunque con las rabietas pocas cosas consigue, o al menos los padres mucho nos cuidamos para que no consiga algo como respuesta a una rabieta.

19.3.10

Una semana sin cenar

Con esto de estar sano, Ulises ha recuperado el modo on/off, esto es, está consumiendo energía a toda mecha hasta que se agota, momento en que cae rendido. Dado que la energía se le agota antes de lo previsto, a las siete o siete y media de la tarde está dormido (¡o a las seis y media!), y luego ya no hay manera de darle la cena.

Como mucho hemos llegado a ducharle dormido. Evidentemente se queja con el traqueteo, pero una vez le cae el agua caliente se relaja y se deja hacer mientras mantiene los ojos cerrados.

Quizás habrá que hacer una permuta entre la cena y la merienda.

18.3.10

Sueño reparador

Habitualmente la expresión "sueño reparador" se usa para referirse a cuando dormimos y nos quedamos como nuevos, sin embargo con Ulises sucede al contrario, pues cuando está sano es cuando realmente duerme.

Los catarros pasaron por ahora, dejando únicamente un esporádico resquicio de tos con flemas, lo que le permite volver a estar de mejor humor. Sin embargo ayer el cansancio pudo con él al final de la tarde, como está sucediendo últimamente. ¿Final de la tarde? la verdad es que se durmió a las 18:30h, una hora complicada de gestionar para los papás, pues ante la probabilidad de que sea una siesta y se despierte en un par de horas se descabala toda la rutina de la cena y el baño.

Y efectivamente se descabaló, pues no hubo ni cena ni baño, pues Ulises prorrogó su siesta hasta que esta mañana, ya pasadas las siete, hemos tenido que despertarle para ir a la guardería.

Por el camino tres biberones que se ha zampado sin abrir los ojos (el de cena, otro a media noche y el de desayuno).

Así que Ulises ha marcado una nueva plusmarca personal de horas de sueño, estableciéndola en doce horas y media.

16.3.10

Hasta que llegó ella.

Ulises apenas aguantó tranquilo las primeras imágenes de la ecografía de su hermano, así que nos tuvimos que salir a la sala de espera.

La sala era amplia, con muchos sitios donde sentarse y pocas cosas que romper, así que Ulises campó a sus anchas, correteó, se subió en los sillones, se tiró al suelo, bromeó con las personas que había por allí, incluso descubrió una puerta que se camuflaba en la pared.

No paró hasta que entró una niña de edad similar a la suya.

La niña era bastante tímida, escondiendo su sonrisa tras las piernas de la madre. Ulises se paró a unos metros de ella y la observó entre tímido y curioso. Me senté cerca de Ulises y el se apoyó en mi pierna sin quitar ojo a su acompañañnte en la distancia.

En un momento dado ambos apoyaron un pie sobre la punta al tiempo que encogían la pierna, en la imagen más tópica que uno se pueda imaginar sobre timidez.

A los pocos minutos la niña se fue, y el terremoto Ulises volvió a reventar los sismógrafos.

15.3.10

Próximamente en sus pantallas...

Quizás no es tan fotogénico como Ulises (siempre oculta su cara tras la mano), pero tiene un toque de madurez y seriedad. Y a pesar de que siempre se está moviendo le pillamos dormido...

12.3.10

Febrícula

La fiebre va y viene, apenas unas décimas sobre 37ºC, pero lo suficiente como para dejar tirado al bicho. A eso hay que sumarle que tiene las amígdalas como dos tomates de la huerta del bisabuelo, y que la descomposición a buen seguro le provoca dolor de barriga. Con este cóctel las noches se han convertido en una sucesión de interrupciones de sueño que no favorecen un ritmo diurno muy estable.

La pediatra, tan agradable y atenta como siempre, opina que será algún virus, así que, salvo que la fiebre suba algún grado entero, no hay nada que hacer.

Si el lunes sigue igual volveremos a hacerle una visita, a ver si hay novedades.

11.3.10

Dolor de garganta

¿Qué puede llevar a un niño que normalmente come bien a no querer comer? Es más, ¿qué es lo que sucede si ese comportamiento es esporádico?.

Que Ulises se quiera saltar alguna comida entra dentro de lo normal, lo que no había pasado nunca es que rechazara los biberones. Por otro lado estos días hay veces que devora lo que se le ponga por delante y otras veces que lo rechaza de plano.

Tenemos un par de pistas, como son las décimas de fiebre que van y vienen (se van por la mañana y vienen por la tarde), además de algún esporádico desarreglo intestinal. Lo único que se me ocurre es que tenga dolor de garganta, y por eso rechace comer.

A esto se une que mamá vuelve a estar resfriada, así que sospecho que es algún nuevo virus o bacteria encadenado al que dejamos atrás hace unos días.

Sea como sea esta tarde le daremos la palabra a la pediatra, aunque sospecho que esta será una de esas afecciones que se pasan solas.

9.3.10

Limpiándose solo

"Ulises, vamos a lavarnos las manos", y Ulises... no hace caso. Pero en cuanto escucha abrirse la puerta del cuarto de baño acude raudo y veloz.

El cuarto de baño le gusta, sobre todo para cerrar la puerta (un cuarto de baño con la puerta abierta es algo impensable) y esconderse dentro. Hace un tiempo trasteaba con todo, pero ya apenas se va al paquete de rollos de Scotex y señalando al perro dice "¡guau!".

Esta afición al cuarto de baño ha tenido un efecto beneficioso (se podría entender así) y es que a mis años he tenido que mejorar la puntería, pues a Ulises le gusta observar de cerca como cae el chorrito para, al terminar, darle al botón que vacía la cisterna. Claro que por el camino he de colocarme de tal forma que evite que se vea salpicado o que meta repentinamente la mano.

Ya estando en el cuarto de baño sí, se puede decir eso de "a lavarnos las manos", y Ulises intenta arremangarse. Le ayudo y le subo hasta el lavabo: "agua, agua", digo mientras le mojo cada mano alternativamente, "jabón, jabón", y tras dejar la pastilla de jabón "¡frota, frota, frota, frota!". Luego a secarse con la toalla, pero antes, y de forma autodidacta, sacude ligeramente sus manos salpicando a su alrededor.

Esta afición por la higiene también la manifiesta al cambiarle de pañal, pues si se le da una toallita húmeda o bien se la come (lo que no viene al caso) o bien se limpia. Sin embargo en esta ocasión la higiene es contraproducente, pues a veces intenta limpiarse sin que se le haya dado una toallita, y no se la toallita cuando hay demasiado que limpiar, con lo que su buena intención corre riesgo de convertirse en un desastre ecológico (por aquello del chapapote).

8.3.10

Reposo casero

A todos nos venía bien un descanso, y la lluvia ha despejado cualquier duda sobre si salir a dar brincos por la calle o quedarse en casa.

La perspectiva de quedarse todo un día en casa con Ulises siempre es un poco agotadora, pero por unas cosas o por otras ha pasado las tardes aletargado.

El sábado, sin llegar a tener fiebre, se le notaba que algo le pasaba (de hecho hoy le he dejado con unas décimas). Supongo que será el siguiente virus en rotación, pues una vez mamá y papá están totalmente recuperados hay que empezar el ciclo.

El domingo fue un tanto extraño, pero con resultado similar, pues Ulises se despertó más tarde lo habitual (casi a las ocho) y no se eschó una cabezadita antes la natación, con lo que ésta fue un desastre (como viene siendo costumbre habitualmente). No quiso comer y durmió una mini-siesta de menos de media hora. Se despertó con hambre, jugar un poco y luego sí que hubo una siesta comunal más propia de un fin de semana.

Entre sueño y sueño Ulises sigue mostrando cómo su mente elabora procedimientos más sofisticados para conseguir las cosas, hasta tal punto que vuelven a sucederse las ocasiones en que no sabemos lo que nos pide por más que tire de nosotros.

5.3.10

El misterio del apité

La palabrá "apité" irrumpió con ímpetu en el vocabulario de Ulises, pero hasta ahora seguía siendo un misterio.

Hoy mamá ha descubierto su significado: achupé.

Así dicho sonará raro, quizás si lo contextualizo se entenderá mejor:
Al corro de la patata,
comeremos ensalada,
como comen los señores,
naranjitas y limones
ACHUPÉ, ACHUPÉ,
sentaditO me quedé.

3.3.10

La postura de la rana

Cuando Ulises era un recién nacido había que estar muy pendiente de la postura en la que dormía, aunque nunca fuimos de aquellos de ponerle un rato de cada lado pues Ulises siempre tuvo un físico bastante desarrollado. Típicamente dormía boca arriba o ligeramente ladeado.

A medida que ha crecido le ha pillado el gusto a eso de dormir de lado. de hecho cuando le meto en la cuna boca arriba el hace un giro automático para colocarse de lado.

Pero desde hace pocos días prefiere la postura de la rana... al menos para empezar a dormir, pues a medidad que avanza la noche gira su cuerpo mezclando lso movimientos de una peonza con los de las agujas del reloj.

2.3.10

Botella con pitorro

Hacía mucho tiempo que el vaso con tetina estaba en uso, tanto que ya perdía agua y la tetina empezaba a tener manchas imperecederas, pero ha tenido que ser una recomendación de la guardería la que nos haya hecho ver que la evolución era necesaria.

Así que desterrados los vasos con tetina Ulises ya gasta botellas de medio litro con pitorro similares a las que usan los deportistas.

Ulises bebe perfectamente de estas botellas, pero como siempre hay algún factor no previsto, y es que si bebe tras comer pan o galletas la botella acaba llena de miguitas. Supongo que el pitorro se ha diseñado para que el flujo de líquido sea adecuado, pero no para evitar que haya corrientes en sentido inverso.

26.2.10

Aquellas vacaciones

Fue un fin de semana, pero parecieron unas vacaciones. Ya escribí algo cuando estábamos por allí disfrutando de un par de días de tranquilidad, familia y buen comer... y no hay mucho más que se pueda decir, pero me apetecía volver a recordarlo.

25.2.10

Llévame de la mano

Entender a Ulises cuando habla aún es complicado, pero ya no lo es cuando quiere que hagamos algo, pues se acerca, te agarra (si estás sentado tira de ti para que te levantes) y te lleva de la mano hasta el sitio que quiere ir.

Esta noche tenía hambre, así que me ha dado la mano y me ha llevado hasta la cocina, y señalando el armario donde guardamos las galletas ha dicho: "taneta".

A veces no quiere ir a un sitio sino simplemente jugar a agacharse (le gusta "el patio de mi casa", en concreto la parte final donde hay que agacharse), así que Ulises tira de uno hacia abajo hasta que te agachas a su lado.

Reconozco que está saliendo de la fase de "bicho" y ya empieza a parecerse a una persona.

24.2.10

Movimiento de brazos

El abuelo me comentó hace un tiempo que ulises movía los brazos de forma asimétrica cuando camina, de hecho aparentemente sólo mueve el brazo izquierdo.

Tras observarlo con detenimiento me he fijado que el brazo derecho también se mueve, pero más sutilmente.

Cuando Ulises camina rápido (aún no corre, puesto que no es capaz de levantar ambos pies del suelo simultáneamente) se impulsa con el brazo izquierdo, que hace un movimiento pendular, mientras que se equilibra con el brazo derecho, que me recuerda un poco al movimiento de manos de los esquiadores que hacen salto de trampolín mientras están en vuelo.

Desde luego esta forma de usar los brazos para caminar no es producto de copia u observación, sino de autoaprendizaje, y aunque no lo había visto antes creo que es un uso inteligente de los brazos, pues nadie dice que tengan que moverse simétricamente.

Hablando de distinción entre brazos, ahora nos preguntamos si Ulises será zurdo, aunque de momento usa indistintamente ambas manos. Seguiremos observando.

23.2.10

De compras

Ayer Ulises desplegó todo su arsenal de conocimientos para acompañarme a comprar.
Como siempre que salimos de casa fue dispuesto a pulsar el botón del ascensor, mientras se despedía de mamá al cerrar la puerta.

En la calle iba cogido de la mano, ¡ya es capaz de andar si hacer círculos! Para cruzar le cojo en brazos y en la acera alterna los ratos de carreritas con estar cogido de la mano.

Tras entrar en el Mercadona le di una de esas cestas con ruedas, y ya no me permitió volver a tocarla. En un principio la arrastraba marcha atrás, pero conseguí que se girara adecuadamente y ya pudo maniobrar por los estrechos pasillos del Mercadona del barrio.

Yo cogía el artículo de la estantería, se lo daba a Ulises y él lo introducía diligentemente en la cesta.

A la hora de pagar fue poniendo los artículos sobre la cinta transportadora, aunque apenas pudiera llegar a ella.

Por último se empeñó en llevar la bolsa a casa. Aunque no había muchos artículos era muy grande para él y pesaba un poco, pero empeñado en llevarla la empezó a arrastrar. Finalmente se cansó ante mi insistencia de llevársela yo mismo, así que siguió con su paseo tranquilo hasta volver a casa.

Un poco más y le mandamos a que nos haga la compra él solito.

20.2.10

Una noche en el convento

Realmente esta es la segunda noche, pero el título queda mejor con una.

La abuela de Ulises nos ha invitado a toda la familia a pasar un fin de semana de lujo (http://www.hotellamagdalena.com/), y siendo como es una magnífica ocasión para disfrutar siempre tengo alguna duda de cómo afrontará Ulises la salida de la rutina (no es que sea algo negativo, simplemente la rutina hace que las situaciones san predecibles).

Ayer Ulises estuvo paseando el convento, a pesar de lo cual se durmió más tarde lo habitual y apenas sin cenar (esto de no cenar ya se está convirtiendo en rutinario). Esta mañana ha tocado diana a la hora habitual (las siete, ideal para un fin de semana de relax) y a media mañana nos hemos bajado al spa. realmente Ulises apenas ha nadado, sólo han sido unos minutos en el jacuzzi, pero lo suficiente para que se haya quedado totalmente fundido y no haya podido llegar despierto a la hora de la comida (mientras mamá le tenái sentado en sus piernas yo iba a calentarle la comida, pero su cabeza se vio vencida por el sueño, así que se eschó una siesta en el coche mientras nos íbamos de excursión).

Por la tarde se ha dado unos cuantos paseos, pero no creo que tantos como para que se venciera a otra siesta de dos horas que apenas hemos podido interrumpir, pues al intentar despertarle a las ocho los llantos eran constantes. Tras un intento fallido de papilla, biberón y a dormir.

Me temo que mañana vamos a levantarnos a una hora muy típica de un convento: a la hora de maitines.

Pero merece la pena, de vez en cuando hay que salir de la rutina aunque los horarios se trastornen un poco.

19.2.10

Vocabulario: taneta

Esto ya va ser un no parar en cuanto a adquisición de palabras, así que iré anotando el vocabulario a modo de diccionario "ulisiano"-castellano.

Ulises ya sabía identificar las orejas y entiende la palabra, pero ayer empezó a decirla: taneta... me pregunto yo cuál es la relación, ¿cómo se llega de oreja a "taneta"?

Y aprendió una segunda palabra "mano", que significa... ¡mano! Es la primera palabra, monosílabos aparte, que pronuncia perfectamente (con sus cuatro fonemas perfectamente pronunciados), y que además significa lo que tiene que significar.

Lo que ya ha perdido todo el sentido es el "no", pues ya lo usamos en plan cachondeo para reirnos mientras alargamos la "o" y movemos el índice de lado a lado.

17.2.10

El baile del cocodrilo

En el primer Cantajuegos está la canción del cocodrilo, y Ulises intenta bailarla:
El cocodrilo se metió en la cueva, de pronto asomó la cabeza, miró para un lado y al otro, ¿y qué pasó? ¿y qué pasó? se sorprendió ¡oooo! (los del Cantajuegos expresan la sorpresa llevándose las manos a la cara...)

16.2.10

Más

Cuando el vocabulario es escaso las palabras deben multiplicar su significado según el contexto, y así lo hace Ulises.

Desde hace tiempo la palabra "más" está en uso para indicar cuando Ulises quiere que se repita algo, sobre todo una canción o algún juego, pero curiosamente también la usa para decir que no quiere seguir comiendo (creo que nunca dice "más" cuando quiere comida, sólo cuando ya está lleno).

Lo importante es que ya va expresando sus deseos, aunque últimamente abusa mucho del "más" a la hora de la cena, pues es un tanto sorprendente ver como crece para lo poco que come, pero mientras esté como está (con unos muslos como un luchador de sumo) tampoco nos vamos a poner exigentes.

15.2.10

Un bicho encantador... aunque madrugador

Supongo que Ulises está llegando poco a poco a esa edad que se dice que los niños son encantadores. Tienen que salir de bebés, para poder tener su autonomía y personalidad, pero no crecer demasia ado como para que despunten ideas independentistas.

El caso es que Ulises empieza a entender cosas (otra cosa es que haga caso), intenta decir cosas, incluso llega a cogerte de la mano para llevarte a algún sitio que quiera. Especialmente este fin de semana ha estado encantador, jugando tranquilo él solo durante bastante tiempo, charlando...

El único pero que tiene es que a pesar de acostarse un poco más tarde de lo habitual se despierta a las 6:30h, y a esa hora todavía no tenemos en marcha las baterías (lo justo para cumplir con las obligaciones profesionales).

Lo cierto es que la siesta se ha desmadrado un poco, pues ayer (tute de natación) durmió la friolera de cuatro horas de siesta, y hoy un par pero muy tardías (después de merendar). Así que mejor me voy a hacerle compañía pues me sospecho que mañana no volverá a hacer falta el despertador, Ulises ya se encarga... como digo, un encanto :P

13.2.10

Carnaval

Ulises ha tenido la escasa fortuna de tener unos padres poco dados a fiestas y celebraciones, pero al menos conscientes que no hay que privarle de disfrutar de las tradiciones que marca el calendario (luego que de mayor el decida si le apetece o no ser como sus padres).

Y el calendario ahora marca carnaval, así que había que poner algunos medios para que lo celebrara adecuadamente:


En febrero, además del carnaval, también so típicos los resfriados y catarros, lo que también se aprecia en el detalle de la foto (había que elegir entre la cámara o los kleenex para la ocasión).

11.2.10

Escalada de silla

Aunque el desarrollo motor se manifiesta inicialmente con el desplazamiento horizontal no llega a su culmen hasta que se domina el desplazamiento vertical. De hecho saltar es una de las últimas cosas que hacen los bebés.

En esa fase Ulises ya escalaba muebles bajos o se subía al sofá, pero poco a poco los riesgos aumentan pues ya ha aprendido a subirse a las sillas.

El procedimiento consiste en echar el cuerpo encima de la sila, agarrarse por un extremo y con la fuerza de los brazos ir subiendo las piernas. Al final Ulises es capaz de sentarse perfectamente, pero en el camino más de una vez da la impresión de que la cosa puede acabar con un descenso bruso al suelo.

Si al menos se quedara sentado... pero es que continúa hasta ponerse de pie en la silla, momento en que él mismo pronuncia un sonoro "¡no!" mientras agita su dedo índice de lado a lado y frunce el ceño.

10.2.10

El baile de Pocoyo

A veces Ulises se acerca al iPod y pide que le pongamos música, y a poco que suene algo que le guste se pone a bailar.

Hemos intentado grabarle alguna vez, pero en cuanto ve la cámara se dirige a ella y para su actuación. Sin embargo su baile es muy parecido al de "Kokooo" (Pocoyo), quizás porque el baile de éste está hecho a semejanza del de los niños pequeños, pues no sé yo de donde habrá sacado Ulises esos pasos de baile.

Así que a falta del original nos conformaremos con la copia:

9.2.10

Pies grandes

Pies, manos, piernas... podría ser cualquier parte del cuerpo, pero ha sido cuando le he quitado los calcetines a Ulises cuando he visto lo grandes que tiene los pies.

Al estar todos los días con él se podría pensar que no se ven los cambios, pero de repente me he dado cuenta cómo ha crecido Ulises.

Hace un par de semanas no alcanzaba al mando del aire acondicionado que estaba pegado al mueble del despacho así como tampoco alcanzaba al picaporte de la puerta de casa, pero hoy ya lo hace sobrado.

Cuando duerme y está echado veo que ya no es el bebé de hace año y medio, sobre todo lo noto cuando le tengo que llevar en brazos a la cuna, pues el peso se ha incrementado proporcionalmente con el tamaño.

8.2.10

Problemas de comunicación

Llego a casa y Ulises me empieza a contar su día. Intercalo alguna palabra y sigue contando, pues cuando la única función que usa es la enunciativa es suficiente con un pequeño feed-back.

Sin embargo ayer por la tarde Ulises estaba pidiendo algo, y ante la falta de respuesta insistía en ello hasta la desesperación. Por desgracia el nivel de comprensión de papá y mamá no está al nivel del vocabulario de Ulises, con lo que pasó el día sin que supiéramos que quería Ulises.

Pero vamos aprendiendo a decir palabras como nata (galletas), tana (pan) o bata (boca).

5.2.10

Tirando el pañal

La rutina de cambiar el pañal lleva siendo similar desde que Ulises nació, aunque indudablemente con mayor dificultad ahora pues hay que esquivar unas patadas que ya no son inocuas.

La actividad de Ulises en el proceso se limita (o debería limitarse) a estarse quieto, sin embargo ayer tomó parte en el asunto, pues cuando mamá lo bajó del cambiador Ulises cogió su pañal del sofá donde previamente lo había dejado mamá, se lo llevó a la cocina y esperó a que mamá abriera la puerta del cubo de la basura para dejar allí el pañal sucio.

¡¡¡ Espectacular !!!!

Lástima que no pude asistir al evento. Se nota como el cerebro de Ulises ya es capaz de desarrollar secuencias más allá de las meramente repetitivas.

4.2.10

Quitarse el babero

El babero nunca fue santo de la devoción de Ulises, pero habitualmente lo lleva con indiferencia.

Pero como todo evoluciona Ulises admite el babero mientras tiene hambre o está comiendo, cuando él considera que ha terminado tira del extremo del lazo, lo desata y se lo quita.

En cualquier caso suele pasar que se lo quita no porque no quiera comer más, sino porque se aburre comiendo. Entiendo que esperar a que te metan cucharadas mientras estás atado debe cansar, pero la alternativa de dejarle comer a él solo equivale a meter la casa en un túnel de lavado, sin garantías de que realmente Ulises haya comido.

2.2.10

Vacuna de los 15 meses

Ya casi nos habíamos olvidado de las vacunas. Al principio eran el pan nuestro de cada día, pero desde hace muchos meses ya no teníamos que preocuparnos.

Sin embargo ya tocaba, y hoy le han pinchado a Ulises por tres sitios distintos para vacunarle de polio, difteria, tétanos, tosferina, paperas, sarampión, rubeola, meningococo C e hib (que no sé que es, pero suena raro).

Ulises se ha portado como un campeón y apenas se ha quejado unos segundos al ver venir el tercer pinchazo.

Ahora que lo pienso, al final nos quedó la duda de si vacunarle o no contra la varicela, que no es que sea peligrosa, pero aún la recuerdo y no es plato de gusto.

1.2.10

Cuestión de carácter

El viernes Ulises llegó a casa con un par de arañazos nuevos, y en esta ocasión no era suyos, sino que fueron realizados por una compañera de la guardería que, a su vez, también llegó a su casa con un par de arañazos de Ulises.

El motivo de la disputa fue un juguete al que acudieron los dos al mismo tiempo, y es que Ulises tiene claro que nadie le toque los juguetes.

Poco a poco se está viendo que Ulises está desarrollando su propio carácter. No veo preocupante esas disputas o las rabietas, simplemente tiene un carácter fuerte, pero a la vez le gusta divertirse y los malos modos le duran muy poco, aunque las caras serias son bastante frecuentes.

Repito que sin ser preocupante me lo tomo como un primer toque de atención, pues aunque Ulises desarrolle su propia personalidad es incuestionable que en gran parte actúa por imitación. Lo de las rabietas es de cosecha propia (ahí poco podemos hacer) pero las caras serias son copia de cuando le decimos "no" por haber hecho algo indebido (normalmente algo con cierto riesgo de caída).

Dicho de otra forma, esto se complica.

28.1.10

Tortilla y hamburguesas

En el parte de guardería de hoy ha habido un cambio significativo. Todos los días le dan a Ulises el puré de verduras con pollo, pescado o lo que corresponda, y de segundo se hace un intento de que empiece a comer cosas más consistentes, pero con escaso éxito.

Hoy, tras comer el puré de lentejas, Ulises se ha comido un trozo de tortilla de patatas y un vaso de natillas.

Lo cierto es que Ulises ya come cosas sólidas desde hace algún tiempo, siendo su única limitación que aún no tiene mucho dominio para masticar, con lo que hay que evitar cosas con las que se pueda atragantar. También tiene la pega que si le gusta algo se llena la boca hasta los topes y luego no puede masticar (le pasa sobre todo con los plátanos, que los muerde con tanta ansia que tras un rato con los carrillos hinchados y los labios como un chimpancé acaba por devolverlo).

Y entre las cosas que están en el menú tampoco faltan las hamburguesas:

27.1.10

Mofletes

Ayer adquirió sentido la palabra "mofletes".
Desde hace tiempo Ulises sabe señalarse la nariz, también las orejas, es incluso capaz de decir "boca" en su jerga, y ayer le tocaron el turno a los mofletes.

Quizás este aprendizaje lo hace por repetición, pero cada vez aprende más rápido.

25.1.10

Conflicto de interese

El sábado Ulises tuvo la compañía de Lucía para jugar. Inocentemente los padres pensamos que a los niños les gustará tener alguien de su edad para jugar, pero quizás ellos no piensen lo mismo.

Al principio todo muy bien, hasta que llega el punto en que ambos quieren el mismo juguete. He entendido algo: Ulises no tiene asimilado el concepto de usar algo por turnos.

Lo que empezó como algo anecdótico acabó en llanto desconsolado. Al principio a Ulises no le hizo mucha gracia cuando Lucía se subió a su triciclo, pero luego tampoco le hizo gracia cuando jugaba con algún muñeco, con algún libro... y la rabieta final fue épica.

Supongo que es parte del aprendizaje, y la verdad es que lo pasamos muy bien con Lucía y sus papás... bueno, todo lo bien que se puede pasar entre cuatro personas reventadas viendo como trastean dos monigotes.

22.1.10

Algo le pasaba

¿El qué? pues ni idea, pero el caso es que antes de las ocho Ulises cayó rendido, apenas pudimos ponerle el pijama y darle el biberón.

Sin embargo a las doce empezó a llorar, segundo biberón. Pero al poco el llanto continuaba. A duras penas preparamos la papilla y se la fuimos dando hasta que pareció más o menos satisfecho.

Al rato más llanto, tercer biberón (¿tanta hambre?). Zampado el biberón otro rato descanso y vuelta a empezar. Esta vez ya mamá optó por el Apiretal.

Al rato más llantos y vueltas hasta que Ulises se tranquilizó en la cama con su cabeza en nuestros pies. Le tapé como pude y así tiramos hasta la mañana.

Hoy me he notado ligeramente somnoliento... ¿qué habrá pasado?

21.1.10

Principio de conservación de la energía

Hace unos días, cuando Ulises ya tenía toda la casa patas arriba, lo tocaba todo y no paraba de moverse, mamá se preguntó "¿de dónde sacará la energía?".

A veces parece que Ulises, como cualquier persona de su edad, tiene una batería inagotable de energía que le permite estar activo durante horas y horas, sin embargo es una cuestión matemática: las horas de sueño.

Ulises viene a dormir unas once horas por la noche, más hora y media de siesta, mamá duerme unas siete u ocho horas, papá unas seis o siete... ¿quién acumula más energía?

No es que los niños tengan mucha energía, es que repostan durante mucho más tiempo.

20.1.10

Apuntando maneras

Ulises no suele estar concentrado en una tarea mucho tiempo, pero se ve que esta vez tenía un importante trabajo que hacer en el ordenador:

19.1.10

Resumen del día

Llego a casa a las dos mil y pillo a Ulises en su baño nocturno. Me acerco a él y casi antes de que pueda saludarle empieza a contarme su día.

De su boca salen un conjunto de sonidos que, aunque llegue de forma ininteligible a mi cerebro, suenan perfectamente coherentes. Pone cara seria, agita sus manos y le miro atentamente. Por un momento esboza una sonrisa y yo maldigo no poder entenderle.

Esbozo algún palabra para reforzar lo interesante de su discurso y chapotea en el agua mientras sigue hablando.

Finalmente acaba y seguimos con la rutina de su baño y de su biberón, tras el cual cae rendido, pues en un día en el que han acontecido tantas cosas la energía ya escasea a esas horas.

17.1.10

Zambullirse sin miedo

Hoy tocaba natación. Tras las últimas semanas, en las que aún sin haber tantos llantos las cosas no salían del todo bien, ya hay que prepararse intentado que llegue a la clase sin estar muy cansado y sin tener hambre.

También es posible que las últimas semanas haya echado de menos a mamá, que está en excedencia natatoria, pero eso hay que asumirlo.

Sin embargo hoy todo ha ido rodado, de muy buen humor desde el primer momento, llegando al extremo de acabar la clase saltando al agua desde el borde de la piscina (tarea imposible hasta la fecha, pues al sacarle del agua Ulises se agachaba y se ponía de espaldas intentando reptar hasta el agua de nuevo).

El churro ya no tiene misterios. Supongo que tras habérselo comido la semana, dejando restos de sus bocados flotando en la piscina, ha comprobado que tampoco está tan mal.

En el vestuario ha seguido el buen humor e incluso a esperado pacientemente a que papá se vistiera. La rutina marca que primero se seca y viste Ulises y luego lo hace papá, justo a la inversa de la rutina a la llegada.

Ahora toca esperar que el de hoy no haya sido un dái excepcional, sino que Ulises ya le vaya pillando el tranquillo a eso de darse un chapuzón.

15.1.10

Dos, tres

Hay ocasiones en las que Ulises aprende cosas porque su cabeza hace deducciones, pero otras aprende a base de repeticiones, y aquí es donde intentamos que los juegos se conviertan en rutinas fijas para que así poco a poco aprenda cuáles son las reglas.

Una de estas rutinas ha conseguido que Ulises aprenda a contar hasta tres... bueno, quizás hasta dos pero saltándose el uno... bueno, quizás no a contar pero sí a decir un par de números.

La rutina consiste en que cada vez que se le impulsa el cuerpo hacia arriba para jugar (desde levantarle por los brazos hasta darle una voltereta) siempre lo precedo por una cuenta con suspense: "unoooo, doooooos y treeeeees".

Ahora cuando Ulises quiere que se le dé un menéo dice: "do, teeee". Así que ya sabe contar hasta tres.

13.1.10

No eran pollitos, sino conejos

De vez en cuando Ulises nos sorprende con alguna nueva habilidad aprendida en la guardería, la última ha sido llevarse las manos a la frente con el reverso apoyado en ella mientras mueve los dedos.

En esos momentos intentamos seguirle el juego, pero tenemos que adivinar cuáles son las reglas. En esta ocasión supusimos que estaba imitando a unos patitos o unos pollitos, así que empezamos a decirle "pío, pío" mientras le imitábamos.

Ahora adivino que Ulises estaría pensando: "Esta gente está loca", pues en la guardería nos han dicho que no era pollitos, sino conejos lo que estaba imitando, y sus manos simulaban las orejas, lo que tiene más lógica que unos pollos encima de las cejas.

La duda es ¿cómo hace un conejo?

11.1.10

Apité

La he buscado en el direccionario, y no aparece. Seguramente la RAE aún no se ha percatado que la palabra tiene futuro.

Apité, apité, apité, aaaaaapité, aaaaapité, aaaaapité.

10.1.10

Fiebre repentina

Este fin de semana Ulises ha estado derrochando la energía habitual, y a pesar del frío que hacía ayer tuvimos que salir a los columpios un rato y a dar un buen paseo. Hoy la natación ha ido bastante bien, una buena siesta y una tarde de juegos con sus tíos.

Sin embargo al final de la tarde se ha acercado al sofá a descansar... ¿a descansar?

Ulises tiene dos modos: on y off, no hay término medio, por eso resultó bastante sospechoso que estuviera conmigo sentado tranquilo en el sofá cuando apenas eran las siete de la tarde.

Al los pocos minutos vimos como se le cerraban los ojos y parecía extrañamente cansado. Como le tenemos abrigado estaba algo caliente, pero nada sospecho. Sin embargo el termómetro nos ha dado la explicación del porqué de su "descanso": 37'8º

Le hemos dado la cena y se ha dormido enseguida, aunque está algo molesto por esta fiebre repentina. Esperaremos que el Apiretal cumpla con su deber y mañana ya esté de nuevo en plena actividad.


Actualización: Pues sí, el Apiretal ha hecho efecto y Ulises está como una moto. Se ha levantado y está quemando toda la energía que antes no consumió.

9.1.10

Viajando en coche

Una de las mayores dudas que se tienen preparando las vacaciones es cómo le sentará a Ulises un viaje en coche de más de ocho horas, sobre todo pensando en la actividad que derrocha normalmente.

Sin embargo contamos con que el coche causa somnolencia a Ulises, con lo que si no ha dormido siesta, por poner un caso, basta con arrancar el coche para que caiga dormido.

En esta ocasión también contábamos con un regalo de Papá Noel adelantado: un DVD para el coche. En caso que Ulises se quejara un poco le poníamos algo del Club Disney o Winnie de Poo, el cual por cierto ha sido todo un descubrimiento para Ulises. Y en caso de emergencia un "non-stop" de los cantajuegos nunca falla.

Con estos apoyos y la disposición de parar las veces que fueran necesarias hicimos tanto el viaje de ida y el de vuelta, y lo cierto es que todo fue como la seda. Incluso en el viaje de ida mamá estuvo un buen trecho en el asiento delantero, dejando a Ulises solo a trás.

Ya son varias las veces que hemos hecho el trayecto con Ulises, haciendo combinaciones con el tren, sin embargo para la próxima ya no queda duda que Ulises puede afrontar el viaje en coche... la pega es que para la próxima habrá que contar con la opinión de un cuarto, pero para escucharle aún habrá que esperar.

8.1.10

Empañando los cristales

Ciertamente alguna vez habíamos jugando a empañar con vaho el espejo de casa, pero Ulises no solía mostrar mucho entusiasmo. Sin embargo el frío exterior del que resguarda una ventana sí que le llamó la atención.

Eché una bocanada de vaho a la ventana y Ulises se me quedó mirando. Repetí la operación y despertó su interés de tal forma que con su mano me giró la cara para que volviera a repetirlo. Una vez conocido el mecanismo procedió él a intentar lo mismo, aunque aproximándose al cristal de tal manera que casi lo llegaba a besar.

El juego de empañar los cristales le ha gustado mucho estas navidades, prestándose a jugarlo con cualquiera que le acercara al cristal.

La única pega es que en alguna ocasión también intentaba abrir la ventana, y si le ayudaba a conseguirlo se volvía loco por intentar salir fuera, a pesar del frío que se colaba por la rendija.

7.1.10

Protegerse del frío

Dado que Ulises nació en septiembre, no había tenido ocasión de pasear en un lugar frío, pues su primer invierno lo pasó recogido en casa o saliendo brevemente arropado por mantas en el carrito.

Sin embargo estas vacaciones tocaba caminar y sentir los escasos dos o tres grados en la cara. Los trayectos siempre eran cortos, pero aún así había que prepararse para la ocasión.

Abrigar la parte superior del cuerpo no tenía problemas, pero donde habitualmente residimos no se estila protegerse mucho el tren inferior, así que nos tuvimos que hacer con unos leotardos, que combinados con el body y unos buenos calcetines conformaban la primera capa de protección contra el frío:



A continuación un pantalón, zapatillas , jersey, polar, chaleco de abrigo, gorro y guantes, y listo para ir a visitar a su tía:

6.1.10

Unas palabras por navidad

No puedo quitarme la impresión que es en vacaciones cuando más avances hace Ulises, quizás sea la salida de la rutina o el contacto con personas distintas. El caso es que la lista es larga, si bien destacaría cómo está empezando a pronunciar sus primeras palabras con sentido y, sobre todo, la variedad de palabras initeligibles que no cesa de pronunciar ("tana, tana, tanta").

Y es que habla por los codos, mostrando en alguna ocasión frustración por no hacerse entender. Incluso habló conmigo por teléfono, proporcionando tal aluvión de información que no pude más que decirle que lo charlaríamos en persona.

Aunque no forme parte del vocabulario (o quizás sí) en su comunicación también es importante haber aprendido a señalar con el dedo, aunque sólo lo hace a corta distancia y para referirse a "eto" (esto).

Entre las palabras ya dominadas está "gua", que la utiliza cada vez que vez un perro, sea real o dibujado. También está "pi" para referirse a los pájaros que hay en casa de los abuelos (pájaros referidos como "pipis").

Entre las novedades navideñas están "bu" (luz), "oto" (otro), "ai" (Charly), "yata" (ya está)... y seguro que alguna más que aún no identificamos.

Mañana ya terminan las vacaciones, Ulises vuelve a la guardería, pero ya ha pillado carerrilla y a buen seguro que se acelerará la adquisición de vocabulario.