28.1.10

Tortilla y hamburguesas

En el parte de guardería de hoy ha habido un cambio significativo. Todos los días le dan a Ulises el puré de verduras con pollo, pescado o lo que corresponda, y de segundo se hace un intento de que empiece a comer cosas más consistentes, pero con escaso éxito.

Hoy, tras comer el puré de lentejas, Ulises se ha comido un trozo de tortilla de patatas y un vaso de natillas.

Lo cierto es que Ulises ya come cosas sólidas desde hace algún tiempo, siendo su única limitación que aún no tiene mucho dominio para masticar, con lo que hay que evitar cosas con las que se pueda atragantar. También tiene la pega que si le gusta algo se llena la boca hasta los topes y luego no puede masticar (le pasa sobre todo con los plátanos, que los muerde con tanta ansia que tras un rato con los carrillos hinchados y los labios como un chimpancé acaba por devolverlo).

Y entre las cosas que están en el menú tampoco faltan las hamburguesas:

27.1.10

Mofletes

Ayer adquirió sentido la palabra "mofletes".
Desde hace tiempo Ulises sabe señalarse la nariz, también las orejas, es incluso capaz de decir "boca" en su jerga, y ayer le tocaron el turno a los mofletes.

Quizás este aprendizaje lo hace por repetición, pero cada vez aprende más rápido.

25.1.10

Conflicto de interese

El sábado Ulises tuvo la compañía de Lucía para jugar. Inocentemente los padres pensamos que a los niños les gustará tener alguien de su edad para jugar, pero quizás ellos no piensen lo mismo.

Al principio todo muy bien, hasta que llega el punto en que ambos quieren el mismo juguete. He entendido algo: Ulises no tiene asimilado el concepto de usar algo por turnos.

Lo que empezó como algo anecdótico acabó en llanto desconsolado. Al principio a Ulises no le hizo mucha gracia cuando Lucía se subió a su triciclo, pero luego tampoco le hizo gracia cuando jugaba con algún muñeco, con algún libro... y la rabieta final fue épica.

Supongo que es parte del aprendizaje, y la verdad es que lo pasamos muy bien con Lucía y sus papás... bueno, todo lo bien que se puede pasar entre cuatro personas reventadas viendo como trastean dos monigotes.

22.1.10

Algo le pasaba

¿El qué? pues ni idea, pero el caso es que antes de las ocho Ulises cayó rendido, apenas pudimos ponerle el pijama y darle el biberón.

Sin embargo a las doce empezó a llorar, segundo biberón. Pero al poco el llanto continuaba. A duras penas preparamos la papilla y se la fuimos dando hasta que pareció más o menos satisfecho.

Al rato más llanto, tercer biberón (¿tanta hambre?). Zampado el biberón otro rato descanso y vuelta a empezar. Esta vez ya mamá optó por el Apiretal.

Al rato más llantos y vueltas hasta que Ulises se tranquilizó en la cama con su cabeza en nuestros pies. Le tapé como pude y así tiramos hasta la mañana.

Hoy me he notado ligeramente somnoliento... ¿qué habrá pasado?

21.1.10

Principio de conservación de la energía

Hace unos días, cuando Ulises ya tenía toda la casa patas arriba, lo tocaba todo y no paraba de moverse, mamá se preguntó "¿de dónde sacará la energía?".

A veces parece que Ulises, como cualquier persona de su edad, tiene una batería inagotable de energía que le permite estar activo durante horas y horas, sin embargo es una cuestión matemática: las horas de sueño.

Ulises viene a dormir unas once horas por la noche, más hora y media de siesta, mamá duerme unas siete u ocho horas, papá unas seis o siete... ¿quién acumula más energía?

No es que los niños tengan mucha energía, es que repostan durante mucho más tiempo.

20.1.10

Apuntando maneras

Ulises no suele estar concentrado en una tarea mucho tiempo, pero se ve que esta vez tenía un importante trabajo que hacer en el ordenador:

19.1.10

Resumen del día

Llego a casa a las dos mil y pillo a Ulises en su baño nocturno. Me acerco a él y casi antes de que pueda saludarle empieza a contarme su día.

De su boca salen un conjunto de sonidos que, aunque llegue de forma ininteligible a mi cerebro, suenan perfectamente coherentes. Pone cara seria, agita sus manos y le miro atentamente. Por un momento esboza una sonrisa y yo maldigo no poder entenderle.

Esbozo algún palabra para reforzar lo interesante de su discurso y chapotea en el agua mientras sigue hablando.

Finalmente acaba y seguimos con la rutina de su baño y de su biberón, tras el cual cae rendido, pues en un día en el que han acontecido tantas cosas la energía ya escasea a esas horas.

17.1.10

Zambullirse sin miedo

Hoy tocaba natación. Tras las últimas semanas, en las que aún sin haber tantos llantos las cosas no salían del todo bien, ya hay que prepararse intentado que llegue a la clase sin estar muy cansado y sin tener hambre.

También es posible que las últimas semanas haya echado de menos a mamá, que está en excedencia natatoria, pero eso hay que asumirlo.

Sin embargo hoy todo ha ido rodado, de muy buen humor desde el primer momento, llegando al extremo de acabar la clase saltando al agua desde el borde de la piscina (tarea imposible hasta la fecha, pues al sacarle del agua Ulises se agachaba y se ponía de espaldas intentando reptar hasta el agua de nuevo).

El churro ya no tiene misterios. Supongo que tras habérselo comido la semana, dejando restos de sus bocados flotando en la piscina, ha comprobado que tampoco está tan mal.

En el vestuario ha seguido el buen humor e incluso a esperado pacientemente a que papá se vistiera. La rutina marca que primero se seca y viste Ulises y luego lo hace papá, justo a la inversa de la rutina a la llegada.

Ahora toca esperar que el de hoy no haya sido un dái excepcional, sino que Ulises ya le vaya pillando el tranquillo a eso de darse un chapuzón.

15.1.10

Dos, tres

Hay ocasiones en las que Ulises aprende cosas porque su cabeza hace deducciones, pero otras aprende a base de repeticiones, y aquí es donde intentamos que los juegos se conviertan en rutinas fijas para que así poco a poco aprenda cuáles son las reglas.

Una de estas rutinas ha conseguido que Ulises aprenda a contar hasta tres... bueno, quizás hasta dos pero saltándose el uno... bueno, quizás no a contar pero sí a decir un par de números.

La rutina consiste en que cada vez que se le impulsa el cuerpo hacia arriba para jugar (desde levantarle por los brazos hasta darle una voltereta) siempre lo precedo por una cuenta con suspense: "unoooo, doooooos y treeeeees".

Ahora cuando Ulises quiere que se le dé un menéo dice: "do, teeee". Así que ya sabe contar hasta tres.

13.1.10

No eran pollitos, sino conejos

De vez en cuando Ulises nos sorprende con alguna nueva habilidad aprendida en la guardería, la última ha sido llevarse las manos a la frente con el reverso apoyado en ella mientras mueve los dedos.

En esos momentos intentamos seguirle el juego, pero tenemos que adivinar cuáles son las reglas. En esta ocasión supusimos que estaba imitando a unos patitos o unos pollitos, así que empezamos a decirle "pío, pío" mientras le imitábamos.

Ahora adivino que Ulises estaría pensando: "Esta gente está loca", pues en la guardería nos han dicho que no era pollitos, sino conejos lo que estaba imitando, y sus manos simulaban las orejas, lo que tiene más lógica que unos pollos encima de las cejas.

La duda es ¿cómo hace un conejo?

11.1.10

Apité

La he buscado en el direccionario, y no aparece. Seguramente la RAE aún no se ha percatado que la palabra tiene futuro.

Apité, apité, apité, aaaaaapité, aaaaapité, aaaaapité.

10.1.10

Fiebre repentina

Este fin de semana Ulises ha estado derrochando la energía habitual, y a pesar del frío que hacía ayer tuvimos que salir a los columpios un rato y a dar un buen paseo. Hoy la natación ha ido bastante bien, una buena siesta y una tarde de juegos con sus tíos.

Sin embargo al final de la tarde se ha acercado al sofá a descansar... ¿a descansar?

Ulises tiene dos modos: on y off, no hay término medio, por eso resultó bastante sospechoso que estuviera conmigo sentado tranquilo en el sofá cuando apenas eran las siete de la tarde.

Al los pocos minutos vimos como se le cerraban los ojos y parecía extrañamente cansado. Como le tenemos abrigado estaba algo caliente, pero nada sospecho. Sin embargo el termómetro nos ha dado la explicación del porqué de su "descanso": 37'8º

Le hemos dado la cena y se ha dormido enseguida, aunque está algo molesto por esta fiebre repentina. Esperaremos que el Apiretal cumpla con su deber y mañana ya esté de nuevo en plena actividad.


Actualización: Pues sí, el Apiretal ha hecho efecto y Ulises está como una moto. Se ha levantado y está quemando toda la energía que antes no consumió.

9.1.10

Viajando en coche

Una de las mayores dudas que se tienen preparando las vacaciones es cómo le sentará a Ulises un viaje en coche de más de ocho horas, sobre todo pensando en la actividad que derrocha normalmente.

Sin embargo contamos con que el coche causa somnolencia a Ulises, con lo que si no ha dormido siesta, por poner un caso, basta con arrancar el coche para que caiga dormido.

En esta ocasión también contábamos con un regalo de Papá Noel adelantado: un DVD para el coche. En caso que Ulises se quejara un poco le poníamos algo del Club Disney o Winnie de Poo, el cual por cierto ha sido todo un descubrimiento para Ulises. Y en caso de emergencia un "non-stop" de los cantajuegos nunca falla.

Con estos apoyos y la disposición de parar las veces que fueran necesarias hicimos tanto el viaje de ida y el de vuelta, y lo cierto es que todo fue como la seda. Incluso en el viaje de ida mamá estuvo un buen trecho en el asiento delantero, dejando a Ulises solo a trás.

Ya son varias las veces que hemos hecho el trayecto con Ulises, haciendo combinaciones con el tren, sin embargo para la próxima ya no queda duda que Ulises puede afrontar el viaje en coche... la pega es que para la próxima habrá que contar con la opinión de un cuarto, pero para escucharle aún habrá que esperar.

8.1.10

Empañando los cristales

Ciertamente alguna vez habíamos jugando a empañar con vaho el espejo de casa, pero Ulises no solía mostrar mucho entusiasmo. Sin embargo el frío exterior del que resguarda una ventana sí que le llamó la atención.

Eché una bocanada de vaho a la ventana y Ulises se me quedó mirando. Repetí la operación y despertó su interés de tal forma que con su mano me giró la cara para que volviera a repetirlo. Una vez conocido el mecanismo procedió él a intentar lo mismo, aunque aproximándose al cristal de tal manera que casi lo llegaba a besar.

El juego de empañar los cristales le ha gustado mucho estas navidades, prestándose a jugarlo con cualquiera que le acercara al cristal.

La única pega es que en alguna ocasión también intentaba abrir la ventana, y si le ayudaba a conseguirlo se volvía loco por intentar salir fuera, a pesar del frío que se colaba por la rendija.

7.1.10

Protegerse del frío

Dado que Ulises nació en septiembre, no había tenido ocasión de pasear en un lugar frío, pues su primer invierno lo pasó recogido en casa o saliendo brevemente arropado por mantas en el carrito.

Sin embargo estas vacaciones tocaba caminar y sentir los escasos dos o tres grados en la cara. Los trayectos siempre eran cortos, pero aún así había que prepararse para la ocasión.

Abrigar la parte superior del cuerpo no tenía problemas, pero donde habitualmente residimos no se estila protegerse mucho el tren inferior, así que nos tuvimos que hacer con unos leotardos, que combinados con el body y unos buenos calcetines conformaban la primera capa de protección contra el frío:



A continuación un pantalón, zapatillas , jersey, polar, chaleco de abrigo, gorro y guantes, y listo para ir a visitar a su tía:

6.1.10

Unas palabras por navidad

No puedo quitarme la impresión que es en vacaciones cuando más avances hace Ulises, quizás sea la salida de la rutina o el contacto con personas distintas. El caso es que la lista es larga, si bien destacaría cómo está empezando a pronunciar sus primeras palabras con sentido y, sobre todo, la variedad de palabras initeligibles que no cesa de pronunciar ("tana, tana, tanta").

Y es que habla por los codos, mostrando en alguna ocasión frustración por no hacerse entender. Incluso habló conmigo por teléfono, proporcionando tal aluvión de información que no pude más que decirle que lo charlaríamos en persona.

Aunque no forme parte del vocabulario (o quizás sí) en su comunicación también es importante haber aprendido a señalar con el dedo, aunque sólo lo hace a corta distancia y para referirse a "eto" (esto).

Entre las palabras ya dominadas está "gua", que la utiliza cada vez que vez un perro, sea real o dibujado. También está "pi" para referirse a los pájaros que hay en casa de los abuelos (pájaros referidos como "pipis").

Entre las novedades navideñas están "bu" (luz), "oto" (otro), "ai" (Charly), "yata" (ya está)... y seguro que alguna más que aún no identificamos.

Mañana ya terminan las vacaciones, Ulises vuelve a la guardería, pero ya ha pillado carerrilla y a buen seguro que se acelerará la adquisición de vocabulario.