31.3.10

La ducha de dentro de un mes

Hace unos meses era obligado el baño diario en la bañerita, pero poco a poco la cosa se iba complicando pues por un lado Ulises hace mucho que no cabe tumbado y por otro siempre acababa tirando un montón de agua con tanto chapoteo.

Así que empezamos con la ducha compartida con papá, para la que hacía falta asistencia de mamá a la salida (mamá recoge a Ulises mientras papá se acaba de duchar).

Sin embargo el sistema no era sostenible. En poco más de un mes tendremos un nuevo inquilino que no va a permitir que mamá distraiga su atención, así que ayer pusimos en marcha el nuevo método.

El cambio es sutil, simplemente Ulises se ducha solo, aunque papá le asiste desde fuera echándole agua y jabón según convenga. La cosa ha funcionado, así que un problema menos que resolver cuando haya que acometer el reparto radical de tareas.

29.3.10

Aprendiendo el uso del tobogán

A la primera se cae...


A la segunda se desequilibra...


Pero a partir de la tercera ya todo está controlado.

28.3.10

Evaluación

El viernes Ulises nos trajo de la guardería su segunda evaluación, los folios con sus "dibujos" (intentos de colorear o poner pegatinas en dibujos de animales u objetos cotidianos).
Precediendo a sus trabajos hay una hoja con varios aspectos de evaluación, aspectos tales como que progresa en la coordinación de movimientos, respeta algunas normas elementales de relación y convivencia, identifica algunos elementos del cuerpo... y así hasta quince.

Por cada aspecto hay dos columnas, una para indicar que sí lo hace y otra para indicar que no. No tiene marcado ningún "no" (supongo que sólo se usará para casos extremos, pues es difícil que haya un "no" en aspectos tales como "sigue ampliando su vocabulario"... desde luego Ulises evoluciona "su" vocabulario).

Sin embargo hay dos aspectos en los que la columna "sí" no está marcada, en su lugar hay una anotación que dice "progresa": identifica el color rojo y discrimina la diferencia entre grande y pequeño.

Lo que me pregunto es cómo se puede progresar en identificar un color concreto, que tampoco habría problema en decir que no lo identifica por ahora. Supongo que lo pondrán así para que los papás no se traumaticen.

27.3.10

Dibujando con Lucía

Ulises no es capaz de dedicar mucho tiempo a desarrollar una tarea, independientemente de si se le da mejor o peor hacerla, pero hace unos días comprobamos que quizás se deba a que no tiene compañía, pues dando un paseo con Lucía y sus papás encontramos una zona de ocio para niños, y allí que se sentaron Lucía y Ulises delante de un papel para hacer trazos con los lápices.



No se puede decir que estuvieran mucho rato, pero Ulises mostraba interés en la tarea, aunque no tanto como el que ambos mostraron por pasear con el carrito de juguete de Lucía, motivo de rabietas por ambos bandos cuando el otro era quién lo conducía.

Por cierto, las rabietas ya no son unos meros llantos esporádicos, son lloros y gritos a lágrima viva acompañados de vueltas por el suelo.

25.3.10

Caminar tocando las cancelas

Recuerdo que de pequeño me gustaba caminar por la calle tocando con mi mano la pared y haciendo rebotar los dedos con las rejas de los portales y ventanas, así como con las cancelas de las tiendas.

Paseando a Ulises evoqué ese recuerdo, pues tiene la misma afición, ala que suma meter los dedos en los raíles de las cancelas correderas, llenándose de grasa.

Ahora lo veo desde otra perspectiva, pues tengo que estar limpiándole la mano continuamente pues se las lleva a la boca frecuentemente. La perspectiva anterior era la de ir rebotando los dedos, la actual es la de ir limpiando toda la porquería.

24.3.10

Agua demasiado caliente

El rito de lavarnos las manos se llegó a convertir en algo divertido, ver a Ulises arremagarse (o al menos intentarlo) y seguir la secuencia del agua-jabón-frotado ha funcionado durante un tiempo.

Pero nadie está libre de cometer errores, y para evitar que el agua estuviera demasiado fría puse el calentador, esperé unos instantes y el agua se puso algo tibia, inicié la secuencia con Ulises y al mojarse retiró la mano y se puso a llorar: papá había girado el grifo demasiado y el agua estaba ardiendo cuando Ulises puso la mano.

Aunque el agua estaba realmente caliente la cosa no pasó de un enrojecimiento momentáneo de la mano y la muñeca, pero a partir de ese momento Ulises ya no quiere lavarse las manos.

Desde luego no vuelvo a correr riesgos con el calentador (siempre agua fría), pero aunque fuerzo a que Ulises meta la mano y compruebe que no quema él se niega entre llantos.

Ahora queda esperar a que, poco a poco, borre de su memoria la experiencia, aunque me planteo el coste que tienen los pequeños errores... Si uno lo piensa un poco es mucha responsabilidad la que se tiene, así que mejor no pensarlo.

23.3.10

El primer beso

Todas la mañanas Ulises sale de casa y se despide de mamá agitando la mano. Pero no hace falta que sea mamá, o que sea la mañana, o que salga de casa, a veces se despide simplemente porque se va a otra habitación, por educado que no quede.

El saludo está dominado, aunque arrastra el vicio de cuando era más pequeño de agitar la mano en horizontal, en un signo similar al de amenazar con dar un cachete (signo que no conoce, ni falta que hace).

Pero hoy nos ha sorprendido con un añadido al saludo: un beso de despedida. Ha puesto su mano abierta sobre la boca y al separarla ha soltado un "aaaa", como contranción de "muá".

Ya habíamos hecho algunos ensayos, pero estos han sido sus primeros besos.

22.3.10

Rabietas forzadas

Hasta hace no demasiado los llantos de Ulises estaban motivados por algún dolor físico o alguna frustración momentánea, pero siempre representaban un sufrimiento espontáneo. Desde hace unos días observo como el arranque del llanto por frustración sigue siendo espontáneo, pero lo alarga de forma voluntaria y consciente.

No diría tanto como que simula el llanto, aunque a veces me parece un buen actor, capaz de creerse su propio personaje y vivir las emociones que se ha inventado. Lo digo porque sus lágrimas brotan y su respiracións e entrecorta, pero el sonido de llanto es distinto, en ocasiones suena forzado, sobre todo cuando nota que el volumen baja Ulises hace un esfuerzo para volverlo a subir.

Supongo que todo esto es muestra de cómo con el aumento de su inteligencia busca herramientas para imponer su autoridad, aunque con las rabietas pocas cosas consigue, o al menos los padres mucho nos cuidamos para que no consiga algo como respuesta a una rabieta.

19.3.10

Una semana sin cenar

Con esto de estar sano, Ulises ha recuperado el modo on/off, esto es, está consumiendo energía a toda mecha hasta que se agota, momento en que cae rendido. Dado que la energía se le agota antes de lo previsto, a las siete o siete y media de la tarde está dormido (¡o a las seis y media!), y luego ya no hay manera de darle la cena.

Como mucho hemos llegado a ducharle dormido. Evidentemente se queja con el traqueteo, pero una vez le cae el agua caliente se relaja y se deja hacer mientras mantiene los ojos cerrados.

Quizás habrá que hacer una permuta entre la cena y la merienda.

18.3.10

Sueño reparador

Habitualmente la expresión "sueño reparador" se usa para referirse a cuando dormimos y nos quedamos como nuevos, sin embargo con Ulises sucede al contrario, pues cuando está sano es cuando realmente duerme.

Los catarros pasaron por ahora, dejando únicamente un esporádico resquicio de tos con flemas, lo que le permite volver a estar de mejor humor. Sin embargo ayer el cansancio pudo con él al final de la tarde, como está sucediendo últimamente. ¿Final de la tarde? la verdad es que se durmió a las 18:30h, una hora complicada de gestionar para los papás, pues ante la probabilidad de que sea una siesta y se despierte en un par de horas se descabala toda la rutina de la cena y el baño.

Y efectivamente se descabaló, pues no hubo ni cena ni baño, pues Ulises prorrogó su siesta hasta que esta mañana, ya pasadas las siete, hemos tenido que despertarle para ir a la guardería.

Por el camino tres biberones que se ha zampado sin abrir los ojos (el de cena, otro a media noche y el de desayuno).

Así que Ulises ha marcado una nueva plusmarca personal de horas de sueño, estableciéndola en doce horas y media.

16.3.10

Hasta que llegó ella.

Ulises apenas aguantó tranquilo las primeras imágenes de la ecografía de su hermano, así que nos tuvimos que salir a la sala de espera.

La sala era amplia, con muchos sitios donde sentarse y pocas cosas que romper, así que Ulises campó a sus anchas, correteó, se subió en los sillones, se tiró al suelo, bromeó con las personas que había por allí, incluso descubrió una puerta que se camuflaba en la pared.

No paró hasta que entró una niña de edad similar a la suya.

La niña era bastante tímida, escondiendo su sonrisa tras las piernas de la madre. Ulises se paró a unos metros de ella y la observó entre tímido y curioso. Me senté cerca de Ulises y el se apoyó en mi pierna sin quitar ojo a su acompañañnte en la distancia.

En un momento dado ambos apoyaron un pie sobre la punta al tiempo que encogían la pierna, en la imagen más tópica que uno se pueda imaginar sobre timidez.

A los pocos minutos la niña se fue, y el terremoto Ulises volvió a reventar los sismógrafos.

15.3.10

Próximamente en sus pantallas...

Quizás no es tan fotogénico como Ulises (siempre oculta su cara tras la mano), pero tiene un toque de madurez y seriedad. Y a pesar de que siempre se está moviendo le pillamos dormido...

12.3.10

Febrícula

La fiebre va y viene, apenas unas décimas sobre 37ºC, pero lo suficiente como para dejar tirado al bicho. A eso hay que sumarle que tiene las amígdalas como dos tomates de la huerta del bisabuelo, y que la descomposición a buen seguro le provoca dolor de barriga. Con este cóctel las noches se han convertido en una sucesión de interrupciones de sueño que no favorecen un ritmo diurno muy estable.

La pediatra, tan agradable y atenta como siempre, opina que será algún virus, así que, salvo que la fiebre suba algún grado entero, no hay nada que hacer.

Si el lunes sigue igual volveremos a hacerle una visita, a ver si hay novedades.

11.3.10

Dolor de garganta

¿Qué puede llevar a un niño que normalmente come bien a no querer comer? Es más, ¿qué es lo que sucede si ese comportamiento es esporádico?.

Que Ulises se quiera saltar alguna comida entra dentro de lo normal, lo que no había pasado nunca es que rechazara los biberones. Por otro lado estos días hay veces que devora lo que se le ponga por delante y otras veces que lo rechaza de plano.

Tenemos un par de pistas, como son las décimas de fiebre que van y vienen (se van por la mañana y vienen por la tarde), además de algún esporádico desarreglo intestinal. Lo único que se me ocurre es que tenga dolor de garganta, y por eso rechace comer.

A esto se une que mamá vuelve a estar resfriada, así que sospecho que es algún nuevo virus o bacteria encadenado al que dejamos atrás hace unos días.

Sea como sea esta tarde le daremos la palabra a la pediatra, aunque sospecho que esta será una de esas afecciones que se pasan solas.

9.3.10

Limpiándose solo

"Ulises, vamos a lavarnos las manos", y Ulises... no hace caso. Pero en cuanto escucha abrirse la puerta del cuarto de baño acude raudo y veloz.

El cuarto de baño le gusta, sobre todo para cerrar la puerta (un cuarto de baño con la puerta abierta es algo impensable) y esconderse dentro. Hace un tiempo trasteaba con todo, pero ya apenas se va al paquete de rollos de Scotex y señalando al perro dice "¡guau!".

Esta afición al cuarto de baño ha tenido un efecto beneficioso (se podría entender así) y es que a mis años he tenido que mejorar la puntería, pues a Ulises le gusta observar de cerca como cae el chorrito para, al terminar, darle al botón que vacía la cisterna. Claro que por el camino he de colocarme de tal forma que evite que se vea salpicado o que meta repentinamente la mano.

Ya estando en el cuarto de baño sí, se puede decir eso de "a lavarnos las manos", y Ulises intenta arremangarse. Le ayudo y le subo hasta el lavabo: "agua, agua", digo mientras le mojo cada mano alternativamente, "jabón, jabón", y tras dejar la pastilla de jabón "¡frota, frota, frota, frota!". Luego a secarse con la toalla, pero antes, y de forma autodidacta, sacude ligeramente sus manos salpicando a su alrededor.

Esta afición por la higiene también la manifiesta al cambiarle de pañal, pues si se le da una toallita húmeda o bien se la come (lo que no viene al caso) o bien se limpia. Sin embargo en esta ocasión la higiene es contraproducente, pues a veces intenta limpiarse sin que se le haya dado una toallita, y no se la toallita cuando hay demasiado que limpiar, con lo que su buena intención corre riesgo de convertirse en un desastre ecológico (por aquello del chapapote).

8.3.10

Reposo casero

A todos nos venía bien un descanso, y la lluvia ha despejado cualquier duda sobre si salir a dar brincos por la calle o quedarse en casa.

La perspectiva de quedarse todo un día en casa con Ulises siempre es un poco agotadora, pero por unas cosas o por otras ha pasado las tardes aletargado.

El sábado, sin llegar a tener fiebre, se le notaba que algo le pasaba (de hecho hoy le he dejado con unas décimas). Supongo que será el siguiente virus en rotación, pues una vez mamá y papá están totalmente recuperados hay que empezar el ciclo.

El domingo fue un tanto extraño, pero con resultado similar, pues Ulises se despertó más tarde lo habitual (casi a las ocho) y no se eschó una cabezadita antes la natación, con lo que ésta fue un desastre (como viene siendo costumbre habitualmente). No quiso comer y durmió una mini-siesta de menos de media hora. Se despertó con hambre, jugar un poco y luego sí que hubo una siesta comunal más propia de un fin de semana.

Entre sueño y sueño Ulises sigue mostrando cómo su mente elabora procedimientos más sofisticados para conseguir las cosas, hasta tal punto que vuelven a sucederse las ocasiones en que no sabemos lo que nos pide por más que tire de nosotros.

5.3.10

El misterio del apité

La palabrá "apité" irrumpió con ímpetu en el vocabulario de Ulises, pero hasta ahora seguía siendo un misterio.

Hoy mamá ha descubierto su significado: achupé.

Así dicho sonará raro, quizás si lo contextualizo se entenderá mejor:
Al corro de la patata,
comeremos ensalada,
como comen los señores,
naranjitas y limones
ACHUPÉ, ACHUPÉ,
sentaditO me quedé.

3.3.10

La postura de la rana

Cuando Ulises era un recién nacido había que estar muy pendiente de la postura en la que dormía, aunque nunca fuimos de aquellos de ponerle un rato de cada lado pues Ulises siempre tuvo un físico bastante desarrollado. Típicamente dormía boca arriba o ligeramente ladeado.

A medida que ha crecido le ha pillado el gusto a eso de dormir de lado. de hecho cuando le meto en la cuna boca arriba el hace un giro automático para colocarse de lado.

Pero desde hace pocos días prefiere la postura de la rana... al menos para empezar a dormir, pues a medidad que avanza la noche gira su cuerpo mezclando lso movimientos de una peonza con los de las agujas del reloj.

2.3.10

Botella con pitorro

Hacía mucho tiempo que el vaso con tetina estaba en uso, tanto que ya perdía agua y la tetina empezaba a tener manchas imperecederas, pero ha tenido que ser una recomendación de la guardería la que nos haya hecho ver que la evolución era necesaria.

Así que desterrados los vasos con tetina Ulises ya gasta botellas de medio litro con pitorro similares a las que usan los deportistas.

Ulises bebe perfectamente de estas botellas, pero como siempre hay algún factor no previsto, y es que si bebe tras comer pan o galletas la botella acaba llena de miguitas. Supongo que el pitorro se ha diseñado para que el flujo de líquido sea adecuado, pero no para evitar que haya corrientes en sentido inverso.