28.11.06

Iniciativa lalala

Muchas son las campañas y boicots que se lanzan por internet, ocn el ánimo de llegar a mucha gente, sin embargo la mayor parte de ellas me resultan un tanto absurdas, vanas o demasiado pretenciosas (aún me acuerdo del boicot a Carrefour, temblando de miedo que tiene que estar el presidente de la cadena).

El caso es que ayer Javi Moya hacía referencia a una campaña que me parece interesante, por lo divertida, práctica y por lo poco que cuesta participar en ella.

La idea es usar el mismo login y clave para todas las páginas que requieren registro gratuito para ver sus contenidos, de tal forma que antes de registrarnos probemos a usar la clave que se propone:
* login: lalala
* clave: lalala (o lalala99)

Esto sirve, de paso, para acordarse de las claves con las que se está registrado (impresionante la cantidad de combinaciones que pueden tener mi nombre y apellidos).

Pues bueno, sirva esta referencia de la referencia a la referencia para que mis dos o tres seguidores se apunten al "movimiento lalala" (bueno, si de esos descontamos a los que ya conozcan a Javi Moya pues entonces que sirva para mi uno o ningún seguidor que no fuera a saber del tema).

22.11.06

La ventaja de comer tarde

A medida que avanza la mañana las tripas empiezan a pedir su ración de relleno, y por eso en cuanto llega una hora razonable para un españolito (como puede ser la una) nos avalanzamos a los ticket restaurante que da la empresa (salir a comer antes sería una hora demasiado europea, y hay que mantener las tradiciones).

Sin embargo salir tan pronto implica, necesariamente, volver pronto, con lo que las tardes se hace eteeeeeeernas (estoy hablando de tardes en el trabajo).

Hace unos días se me complicó la mañana y me apunté a comer con un grupo que tiene sólidas convicciones hispánicas, pues se van a comer pasadas las tres de la tarde. A la vuelta comprobé, con toda la satisfacción del mundo, que sólo me quedaba una hora de trabajo, y entre una cosa y otra ya casi estaba tirando para casa.

Sin embargo hoy no pude resistir la tentación de comer pronto y rápido, así que la fastidiamos, se me avecina una eternidad por recorrer.

21.11.06

Ya es navidad... en Carrefour

Tras el puente de todos los santos fui al Corte Inglés esperando que me informaran que ya era navidad, pero cuál fue mi sorpresa al comprobar que este año la navidad se retrasa, pues había procalamado los "ocho días de oro".

Esto me plantea muchas preguntas, ¿por qué ocho y no siete o nueve?, ¿por qué oro si no hay nada de joyería? ¿sirven para algo estas campañas de El Corte Inglés (aparte de para hablar del El Corte Inglés)? ¿cómo es "el corte inglés"? ¿es recto? ¿es redondo? ¿por qué no "corte francés" o "corte italiano"?

Ya estaba yo pensando que la navidad empezaba al final de diciembre cuando fui de compras al Carrefour, y allí habían cambiado la distribución de varias estanterías para llenarlas de turrones, mazapanes y polvorones, con lo que me quedo más tranquilo.

Creo que esto es como el cambio climático, que año a año se van notando sus consecuencias, así llegaremos a empalmar la navidad con el verano, sino al tiempo.

13.11.06

Negociación de besugos

La expresión "diálogo de besugos" se utiliza cuando en una conversación entre dos partes cada una está hablando de cosas distintas, con lo que al final el entendimiento se complija ligeramente. Pues algo similar sucede con el "proceso de paz" que pretende llevar el gobierno con la panda de frustrados imbéciles de ETA (el epíteto es obra de una auténtica vasca, así que está aplicado con autoridad).

La cuestión es que en toda negociación hay que partir de un punto en común: lo que se va negociar. Yo puedo negociar con mi mecánico que me rebaje el precio de la avería, pero si el lo que quiere es que además le pague un cambio de aceite difíclmente vamos a llegar a algún acuerdo, pues estamos hablando de cosas distintas.

A pesar de ser muy cortitos de mente los de ETA saben que los políticos pierden el culo por tener protagonismo y pasar a la historia (eso lo sabe hasta un bebé de teta), así que cada vez que llega uno nuevo al poder le hace lo mismo: proponerle una tregua y negociación que les permita tomar un poco de aire, pues todo lo que les permita aligerar la presión policial pues bienvenido sea.

Han caído todos los presidentes, desde Felipe González a Aznar, pues el caramelo de pasar a la historia como los artífices del fin de la violencia es demasiado goloso para un político.

Ahora se lleva unos meses de vuelta a las andadas, y parece ser que ETA ya ha descansado suficiente y vuelve a tener munición en la recámara, pues empiezan a bombardear (su especialidad) el supuesto proceso de paz.

Sin embargo no hay tal proceso de paz, no hay tal negociación, pues las dos partes pretenden negociar cosas distintas. Todo es una gran falacia que le interesa a ETA, a Zapatero y a la prensa (que así llenan páginas y telediarios).

El gobierno quiere negociar la disolución de ETA, pero ETA sólo quiere negociar la independencia, y como ya digo es imposible negociar cuando cada parte negocia una cosa que no tiene que ver con lo de la otra.

Pero bueno, seguiremos pegando la oreja a la pecera, por si algún besugo consigue articular alguna palabra con sentido.

10.11.06

El acoso de Murphy

Tener una avería con el coche es algo por lo que todos los conductores pasamos de vez en cuando, pero pienso que Murphy se cebó con el mío esta semana.

Salí de casa por la mañana para ir al trabajo el día que más ha llovido en los últimos añós (por aquí llueven un par de días, pero lo llueve todo de golpe).

Arranqué el coche, y a los pocos metros el piloto del aceite me pitó. Paré y bajo el primer remojón comprobé que el coche estaba seco, así que aparté el coche como pude y me fui a buscar una gasolinera para comprar un par de litros.

Además de ser el día que más llovió también daba la casualidad que era el único día en varios años que las gasolineras estaban en huelga, así que me tuve que dar un magnífico paseo para encontrar una gasolinera de guardia, comparar el aceite y volver al coche.

La cosa parecía normalizarse, pero con el paseo había perdido un montón de tiempo y ya iba a pillar el atasco de salida de la ciudad en todo su apogeo.

Superada la primera parte de semáforos vi que el atasco se prolongaba mucho más allá de lo que sería razonable, hasta el punto de un bloqueo total de la autovía. Y es que es el único día en todos los años que llevo haciendo ese camino que una huelga provocó un bloqueo de los accesos al lugar de trabajo, así que tardé hora y media en el habitual trayecto de quince minutos.

Evidentemente ya no había sitio donde aparcar, así que dando vueltas me volvió a pitar el indicador del aceite (¡horror!). Paro el coche y un manchurrón de aceite empieza a aparecer por debajo (después del negro, con la lluvia, el aceite se vuelve multicolor, ¡qué gran descubrimiento!).

Llamo al seguro y me dicen que la grúa llegará en tres cuartos de hora, así que como el coche estaba parado de cualquier forma me quedo dentro a esperarle. A la hora me llaman para decirme que la grúa se ha quedado atascada y que aquello no avanza (bueno, ya lo sabía) así que tardarán un rato largo.

Empujo el coche hasta dejarlo en zona azul, pago el ticket y me voy para la empresa (menos mal que estaba cerca). Al ir a entrar me llama el de la grúa: que ya ha llegado (no me dio ni tienpo de sercarme un poquito).

Pues ale, a cargar el coche, otro remojón, y para el taller.

Llego al taller y me dicen que el coche se tiene que quedar unas horas, así que llamo al seguro par auqe me envíen un taxo para llevarme de vuelta al trabajo.
Cuando ya estaba haciendo buenas migas con el contestador de "todos nuestros gestores están ocupados, manténgase a la espera" me contesta una teleoperadora, que me toma los datos, me dice que efectivamente el seguro me cubre el taxi, pero que se tiene que asegurar que el coche no me lo tendrá listo ese día, que si le puedo pasar a alguien del taller.

Le explico el caso a la chica del taller que me atendió, coje el teléfono y dice: "Hola, mire que el coche no puede estar hoy" y me devuelve el teléfono.

Lo impresionante es que la del seguro se quedó convencida del todo (a eso le llavo una verificaciónen condiciones), así que dice que me va a pasar con otra persona que se encarga de pedir el taxi.

Cuando estaba a punto de pedirle matrimonio al contestador me contesta otra teleoperadora y me vuelve a pedir los datos (deja vú?) y finalmente dice: "le voy a pedir el taxi, manténgase a la espera". Cómo no, con lo que estaba hechando de menos esa voz que me dice que no se olvidan de mí aunque el teléfono me esté achicharrando la oreja del tiempo que lleva ahí pegado.

- ¿Señor?
- ¿Sí?
- El taxi llegará en 45 minutos.
- ¿Cómo? para eso me cojo el autobús.
- Es que está en la otra punta de la ciudad.
- ¿Y no hay más taxis? míre, déjelo.

Tras unos minutos de diálogo de besugos la mujer me dice que efectivamente me pueden enviar un taxi en diez minutos. Para mí que Maphre tiene acciones de Movistar, pues si no no me explico el interés en tenerme casi una hora pegado al móvil.

Llega el taxi y dice que mi trabajo está muy lejos y que esa distancia no la cubre el seguro. Le digo que le pago la diferencia y el tipo dice que no, que cómo me va a cobrar sólo un par de euros por un trayecto de varios kilómetros (me parece que las matemáticas no eran el fuerte del taxista).

De nuevo habla con alguien de su compañía, me lo pasa, le digo que le pago la diferencia y me dice que no hay problema. Cuelgo y se lo digo al taxista, pero no se convence, así que llama de nuevo a la compañía para decirles que si le habían dicho que le daban diez euros, y el trayecto cuesta quince, ¿cómo es que yo sólo pago cinco? (lo dicho, un monstruo de la matemática avanzada).

Finalmente se convence y con unas cuatro horas de retraso llego al trabajo.

Por cierto, a la media hora salió el sol.

7.11.06

La taza, el culo y el papel

No pude evitar acordarme del chiste del que quería comprar papel higiénico y tuvo que irse con la taza a la tienda para decírselo clarito al dependiente, pero la verdad es que no envidio a los pobres dependendientes de la sección de informática de El Corte Inglés.

Estaba yo esperando para pagar el cacharro que había seleccionado sin que ningún dependiente se dignara a atenderme, y cuando uno quedó libre y dijo "el siguiente" le tocó el turno a una pareja mayor, muy amable y correcta, que parecía que quería comprar un regalo para un familiar.
- Yo quería una impresora.
- ¿Y cómo la desesa?
- Pues, no sé.... ¿en color?
- Sí señor, pero es que hoy en día todas las impresoras son en color, salvo las láser, que aún quedan en blanco y negro.
- Pues no sé, ¿qué tiene?
- Pues, por ejemplo, hay impresoras con lectores de tarjetas o con pantalla.
- No, pantalla no que ya tiene el ordenador.
- Es que hay impresoras que incorporan pantalla para leer las tarjetas sin necesidad del ordenador.
- ¿Qué tarjetas?
- Las de las cámaras digitales.
- Ah, entiendo. ¿Y puedo ver las impresoras?
- Sí, claro.

Y allí que estuvo el dependiente enseñándole las impresoras a ver cuál le gustaba más.

Por un lado pensé, como miembro del gremio, que vaya un trabajito que les toca a algunos dependientes con eso de explicar el "abc" miles de veces, pero por otro lado pensé en que a fin de cuentas esto es "El Corte Inglés", y los usuarios que además de inexpertos vayan cortos de parné seguro que van a hacer sufrir a las tiendas de barrio.

La verdad es que la informática me sigue pareciendo muy complicada, y sigo sin explicarme cómo narices se ha podido difundir tanto.

En todas esas meditaciones estaba cuando, tras más de veinte minutos de espera, llegó un dependiente, dijo "el siguiente" y le contesté:
- Yo, que quiero pagar esto - enseñándole la caja del router que había escogido.
- ¿Ha comprobado que...?

Hizo una pausa y directamente me cobró sin mediar más palabra, supongo que acojonado de lo que podría suponer iniciar una conversación acerca de un módem-router-wifi-adsl2+-firewall NAT-802.11g a 54 Mbs/s.

6.11.06

Kenia y Seychelles - Hoteles (II)

Si hay un sitio donde merezca ir aunque sólo sea por visitar los hoteles es a Seychelles.

Realmente serían innumerables las razones para quedarse en Seychelles, como el hecho de ir en bermudas todo el año, pero como es de hoteles de lo que quiero hablar pues a ello me restrinjo.

En la gencia de viajes estuvimos barajando la posibilidad de alojarnos en algún hotel de los buenos, pero el presupuesto se nos disparaba, así que nos quedamos con el que estaba incluido en el paquete, pues tampoco pintaba mal.

Cuando llegamos al hotel pudimos comprobar que no nos habíamos equivocado. Nada más entrar comprobamos que el hotel, como muchos sitios públicos de por allí, era totalmente abierto, sin puertas de entrada o salida, lo que permitía ver el mar desde la recepción.



El hotel era el Meridien Barbarons y su categoría vendría a ser un cuatro estrellas bastante apañado.

Tenía un restaurante a la carta, uno de buffet y una cafetería donde ponían unos sandwiches de vicio las 24 horas del día.

El servicio absolutamente impecable, con una amabilidad que aparentaba ser muy sincera (no sé si lo sería, pero si era mentira lo hacían muy bien).

Para empezar nada de hacer el check-in de pie en la recepción. En primer lugar te sentabas en un sofá y te invitaban a una bebida. Allí hacías todos los trámites hasta que entregaban la llave de la habitación. Era de agradecer que no aceptasen propinas en ningún sitio, sobre todo tras la experiencia de Kenia.

Eso sí, por ley en los hoteles no se puede pagar con moneda local, sólo euros o dólares, lo que para los turistas es incluso mejor.

La habitación era un loft muy bien cuidado, con la cabina de ducha transparente desde la que se podía ver la tele.


El emplazamiento del hotel era magnífico, pues nada más levantarse por la mañana uno se podía pegar un baño en el mar (temperatura constante del agua de más de veinte grados).

La pega es que hacían falta muchos días para degustar la comida que allí servían, pues además de ser de buna calidad era imagintiva y muy variada. En el buffet había al menos cinco cocineros, cada uno con su sección y algunos con ayudante. Cada día se ofrecía una centa temática (oriental, local, italiana...) y cada cocinero debía preparar los platos de su sección acorde con el tema. ASí por un lado estaba el cocinero de las ensaladas, por otro el que cocinaba en plan Wok delante tuyo, por otro el de las carnes y asados, por otro el de los entrantes y sopas y por último el de los postres. La verdad es que no se daba abasto.

Lo realmente impresionante es que este hotel no es una excepción, sino que en el tour de Mahé (la isla principal) se incluyen visitas a varios hoteles.

PD: Sí, sí, estuvimos informándonos sobre el papeleo para emigrar a Seychelles. El papel más importante a presentar son billetes de muchos euros.