27.7.06

La culpa fue del 40

Cuando salen las estadísticas de accidentes de tráfico siempre mencionan que había exceso de velocidad o que se superaba el índice de alcoholemia, pero la manipulación viene al dejarlo caer como causa de los accidentes. Es cierto que hay mucho loco y borracho suelto, pero las circunstancias no se convierten en causas por más que se repitan.

Desde luego el que no saldrá en las estadísticas es el accidente que ocurrió hace unso días en la salida de la autovía que se dirige al lugar donde trabajo, de hecho ni se mencionó en los informativos, de cuyo dudoso criterio de selección de noticias ya he hablado alguna vez. El resultado fue de un muerto y varios heridos en un choque en cadena que provocó un autocar y que afectó a nueve vehículos.

Como siempre las primeras hipótesis apuntaban al conductor del autocar, pero dio negativo en la prueba de alcoholemia, y circulaba a 90Km/h por autovía (en una zona limitada a 120Km/h). La cosa se zanjó con que podía haber sido un despiste del conductor del autocar.

Sin embargo yo tengo otra hipótesis: que alguien cumplió estrictamente lo que marca la señalización.

La salida de la autovía tiene una limitación de 60 y, a continuación, una de 40. Normalmente todas las mañanas paso junto a ese 40 a 80Km/h para seguir el flujo normal del tráfico, pues sería un suicidio pegar un frenazo para cumplir con el 40 (que además está en curva con pendiente ascendente, con lo que un frenazo garantiza estamparse contra el quitamiedos).

Me imagino yo que a alguien se le ocurrió respetar ese 40, lo que provocó un cola que se alargó en la autovía hasta la distancia suficiente como para que alguien que supere un cambio de rasante que hay no tuviera tiempo de frenar.

Seguro que son pocos, pero yambién habría que mencionar los accidentes debidos a la mala señalización.

26.7.06

Casi de vacaciones

Yo aún no me he ido de vacaciones, pero indudablemente he puesto el blog en modo ocioso, pues un día por otro al final no encuentro el momento de escribir unas líneas, lo que no va a llevar sino a la huida de la selecta audiencia, ¿mantendré una periodicidad siquiera semanal? Seguro que sí... salvo cuando de verdad esté de vacaciones.

18.7.06

Canapés de ADN (II)

La zona donde se repartían los canapés tenía unas vistas increíbles (las mismas que otras veces, pero ya digo que merecne mucho la pena), aderezadas con una tormenta eléctrica lejana que se veía sobre el mar.

Al acceder nos recibían los camareros con bandejas de bebidas, aunque ya se dejó ver que el personal no debía estar muy motivado o informado pues había uno que llevaba una bandeja con copas de vino blanco y tinto, señalando una copa de vino blanco preguntamos: "¿Qué vino es este?" y el camarero nos contestó "Vino blanco". Ooooooo, vino blanco, qué cosa más interesante, y yo que pensaba que era zumo de tomate.

Nos ubicamos en una zona despejada con la esperanza de que los canapés fueran marchando, pero la espera estaba resultando infructuosa. Nos dimos cuenta que no había más de dos o tres camareros sacando bandejas para las doscientas personas que por allí había, así que nos tuvimos que arrimar más al bulto para coincidir con alguna bandeja.

La primera traía canapés de "foie" con "Chutney" (mermelada de mango). De ese pasé, a pesar que ya tenía ganas de hincarle el diente a algo.

Siguiente bandeja (tras un raaato) con unas bolas marrones. Al interrogar al camarero sólo nos dijo "buñuelos". Me arriesgué y comprendí porqué no dio más información, pues el sabor era indescriptiblemente aborrecible, con un toque a gasolina que me costó quitarme de la boca.

Siguiente hojas de endivia con queso fundido y huevas. La apariencia era pobre, así que también pasé.

La siguiente "snack vejetal"... patatas fritas de toda la vida pero hechas migajas. La verdad es que fue el mejor de la noche.

Creo que hubo algún canapé más, pero mi mente ya los ha eliminado al ser selectiva con los momentos desagradables.

En definitiva, que un suspenso como un castillo para el servicio de catering "Gvadalpin", el personal regular y los canapés aborrecibles.

14.7.06

Canapés de ADN (I)

Eso debía ser, que los canapés estaban hechos directamente de nucleótidos del ADN, pues en otro caso no me explico cómo podían estar tan malos.

Ayer fuimos invitados (yo, como es habitual, de consorte) a la presentación y cocktail (la presentación nos traía al fresco, íbamos a la yugular de los canapés, directamente) del diario ADN, un periódico gratuito que hace unos meses se distribuye por la ciudad (bueno, eso dijeron, que nosotros no hemos visto ninguno).

El marco fue de lo mejorcito, pues siempre se agradece una visita al Castillo de Gibralfaro, disfrutando de sus increíbles vistas.

Con más de media hora de retraso empezó el acto, consistente en un discurso del Gerente del periódico. La verdad es que ante las autoridades que por allí había (el alcalde, algunos concejales y algunos cargos menores del gobierno regional) el hombre se podía haber preparado el discurso un poco, pues facilidad de palabra no es que tuviera.
Luego otro discurso, luego un vídeo, luego otro discurso (ya empezaba a quedar largo aquello, pues el cocktail no estaba a la vista) y luego el discurso del alcalde.

No fueron muchos minutos, pero tras el vídeo ya uno encontraba más interés en reconocer a las personas que había entre el público, destacando López Nieto (el árbitro) y una desconocida de raza negra (como el tizón, de las subsaharianas), delgada y con un vestido rojo chillón brillante que era como para no verla. Venía acompañando a un hombre joven bien vestido, y ambos parecía pareja, pero fue inevitable hipotetizar sobre el "coste" de aquella relación.

Siguiendo con los discursos, son varias las veces en que he visto a Francisco de la Torre decir unas breves palabras, y puedo afirmar con rotundida que el tipo es un máquina de la oratoria. Por supuesto no tenía nada preparado (de hecho iba con prisa pues salía para otro acto), pero se quedó con un par de datos de los que torpemente se habían dicho en los discursos anteriores. Tomó esos datos, el motivo del acto, y en un par de quiebros llevó el discurso a donde él quería: todo lo que el ayuntamiento está haciendo por la ciudad.

Fue breve, sin atascarse, conduciendo el discurso allá donde le interesaba... un maestro.

Acabado el acto pasamos a los prometidos canapés...

13.7.06

Regalitos de cumpleaños

Aunque ya han pasado algunas semanas, y dado que mi cerebro no da para muchas alegrías estos días, voy a catalogar los regalitos que recibí el día de mi cumpleaños, a falta de los calcetines o pantalones que mi madre me vaya a regalar (seguro que tiene el regalo envuelto esperando a que me digne a hacerle una visita).


La verdad es que los más allegados se portaron, pues recibí dos cacharritos y un pack de DVDs que me molan un montón:

iPod Hi-Fi
Hacía mucho que no escuchaba música tumbado en el sofá, y es que el altavoz este funciona de escándalo. De pequeño me gustaba pasarme las horas junto a la vieja torre musical de mi padre (una Sony de alta fidelidad con dos bafles que eran de mi tamaño por aquel entonces), pero desde que entró el iPod en casa la música sólo se escuchaba con auriculares o desde el ordenador. Ahora me pregunto cuál es el volumen máximo del iPod Hi-Fi, aunque desde luego está por encima de lo que mis oídos puede soportar.


Teléfono móvil Motorola V3
Estropeado el teclado de mi Nokia 6820(era magnífico escribir mensajitos a todo teclado) sufría yo los inconvenientes del móvil de reserva (un Motorola de los que regalaba Movistar hace unos años). Ahora luzco nuevo moddelito, que ya ha sido convenientemente tuneado y destripado con un montón de software adicional que quita todas las cosas que Movistar ha capado con su software (como lo de instalar juegos o meter archivos gif, que ya es capar).


Pack de DVD Star Wars (la trilogía buena)
Imposible llevar la cuenta de cuántas veces he visto estas películas, pero con la tele nueva y con el iPod Hi-Fi a toda pastilla la experiencia la repetiré otro puñado de veces. La versión con comentarios del director y parte del equipo técnico es magnífica, aunque seguir los subtítulos cuando en la imagen sale algo que no tiene nada que ver se hace un poco cansado (sobre todo porque lo veo mientras como, justo cuando estoy a punto de nieve para echar la siesta).


Así que estos regalitos me permiten seguir siendo un poco Geek y un poco friki (cualquier cosa es buena si se toma en pequeñas dosis), sin embargo me faltó el beso que me prometió alguien, y es que sigo siendo un sentimental.

11.7.06

El pecado de los honrados

Después de varios días sigo adaptándome al horario de jornada intensiva, que por más años que pasen no consigo sacarle el jugo al tema, pues ando todo el día o deseando dormir (cuando trabajo) o dormido (cuando no trabajo).

En esas estaba cuando hoy he encontrado un weblog de los que merece la pena leer: El diario de un médico que está harto

Las barbaridades que cuenta creo que se resumen en un párrafo que coincide con algo sobre lo que escribí hace tiempo:
En la sanidad pública, la eficiencia en el trabajo es claramente penalizada. Los ineficaces son los que se llevan la mejor parte. Si un responsable médico, por decencia, por prurito profesional o por candorosa inocencia se pone a trabajar en serio, solventa su quehacer diario con diligencia y se queda sin lista de espera, sus perspectivas son negras. Se le retirarán recursos, presupuesto, personal, etc. … y éstos se transferirán al ineficaz, al que por desidia o por malevolencia infrautilice los recursos que tiene disponibles y tenga más lista de espera acumulada. Ni que decir tiene que los recursos desviados no servirán para paliar la situación asistencial.

Yo extiendo esta afirmación no sólo a la medicina ni a los organismos públicos, sino al resto de las profesiones y también a la empresa privada.

Los que fuimos educados como buenas personas, guardando respeto y cediendo el paso a los demás, somos los que cargamos sobre nuestras espaldas con la maldición del trabajo sin medida ni recompensa.

Cierto es que esta educación estaba pensada para una sociedad en la que la precariedad laboral era moneda de cambio habitual, con lo que la forma de actuar que nos inculcaron fue la de decir amén a todo. los que no no lo hicieran tenían complicado llevarse un sueldo a fin de mes.

Sin embargo el riesgo es evidente: perpetuar la situación.

Cuando la precariedad laboral ya no es tal (los problemas cambian pues antes había vivienda y no había trabajo, ahora hay trabajo y no hay posibilidad de vivienda) uno se plantea porqué seguir pagando con la maldición de la expulsión del Edén toda la vida, pero el sistema te ofrece más manzanas en forma de ascensos, promociones económicas y reconocimientos que nunca llegan en su justa medida.

Y es en ese punto donde triunfan aquellos que no se tragaron el cuento de ceder el paso, aquello de poner la otra mejilla, aquello de hacer "acto de contricción".

Tras haber asegurado los primeros pasos no hay nada como ser un cabrón en su justa medida. Con la habilidad suficiente como para que no te lo puedan reprochar, pero con la astucia de la serpiente haciendo que otros se coman los marrones (aunque sean frutales).

6.7.06

Que no me he muerto...

... que es que ha empezado la jornada intensiva, que viene a ser como la normal, pero sin parar para comer.

A ver si acabo con la entrega de este viernes y a otra cosa "maripoza".