19.10.08

Turno de noche

Tener los biberones a nuestra disposición está dando mucho juego, tanto como que la madre, después de un mes largo, anoche pudo vovler a encadenar más de siete horas de sueño.

Se acostó casi a las once yo me quedé con el peque jugando un rato (haciéndo metros en el pasillo, que es lo que le mola) hasta que se durmió.

Lo dejé recostado a mi lado en el sofá y nos dormimos juntos, hasta que a eso de las dos se despertó con bastante hambre. Biberón al canto, pero no se durmió. Estuvo como una hora que quería más paseos, pero estaba intranquilo, y al final me convencí que tenía más hambre, así que a eso de las tres tiré del segundo biberón (calentado con una mano) y ya no pudo con él, antes de acabarlo se durmió.

Por cierto, que entre las cosas que hay que practicar con una mano está ir al váter (aguas menores, por supuesto), y se puede, se puede.

Como decía, tras el biberón se durmió sobre mi pecho y los dos nos sumimos en nuestros sueños, yo soñaba con Ulises y él, supongo, con sus biberones.

A las siete se despertó y ya acudí a la madre, que había sufrido un desbordamiento lácteo empapando las sábanas (muchas horas de producción), así que hubo para Ulises y para llenar dos biberones más.

Hoy los papis estamos ambos bastante despiertos, y Ulises está durmiendo a lo bestia (está echando unos muslos descomunales).

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