Como el otorrino fue tan explícito hemos tenido que adaptar el baño para que no le entre agua en el oído.
Ahora el baño lo hace sentado, y lo más complicado ha sido que la madre y yo hemos cambiado el lado al que nos ponemos, pues yo me ponía a la derecha de Ulises y la mamá a la izquierda. Como uno es un tanto torpón, y el lado derecho debe ser cubierto por manos más hábiles, la mamá se encarga de hacer una limpieza eficiente sin que le entre agua.
Como todo será cosa de adaptarse y mecanizar el proceso, que ya teníamos perfectamente sincronizado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario