18.7.05

El ventilador olvidado

Todos los veranos se vienen repitiendo las quejas por el calor, los incendios forestales y los cortes de suministro eléctrico por haber una demanda excesiva.

Sobre el calor yo me sigo preguntando qué es lo que se puede esperar del verano sino calor. Yo creo que los medios de comunicación se quejan de vicio, o más bien por falta de contenidos, pues este verano es uno de los menos calurosos que recuerdo.

En cuanto a los incendios forestales cada vez hay menos dado que el número de árboles disminuye, sin embargo los cafres descuidados y los delincuentes sin escrúpulos intentan mantener el tipo.

A los tópicos habituales ya se le han unido los apagones de suministro eléctrico. Uno que ya tiene recorrido asocia el consumo eléctro a las estufas, a la generación de calor, con lo que en verano debería bajar el consumo, máxime si se considera que en esta época hay más luz natural. Sin embargo el aire acondicionado se está imponiendo y parece que es un elemento indispensable. Pero me pregunto yo, ¿cómo se podía vivir hace poco más de diez años cuando sólo había aire acondicionado en los centros públicos?

Hace unos días mi hermano quería poner remedio al calor que se produce en su apartamento, así que fue a buscar un aparato de aire acondicionado. Sin embargo ante el coste y volumen de estos cacharros optó por una solución casi olvidada: un ventilador. El problema está absolutamente resuelto con un coste mucho menor y un consumo energético notablemente inferior.

Hoy en día se cree que si se superan los cuarenta grados uno no puede vivir sin aire acondicionado, pero me bastó con encender el ventilador para que el calor no molestara en absoluto.

No sé si es cosa de consumismo o de moda, pero lo que ya no entiendo es porqué hay que pasar frío en verano. Reivindico el ventilador, con diseños modernos o antiguos, pero siempre con el principio del abanico, uno de esos pequeños gran inventos de la humanidad.

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