Hacer las cosas sin pensarlas parece tener una connotación negativa, y de hecho implica una falta de control sobre lo que se quiere hacer.
Sin embargo hay veces que hacer las cosas sin pensar es más fácil que hacerlo de forma consciente, y son aquellas cosas a las que entrenamos el cuerpo de tal forma que se hace en automático. Por ahí se habla de la memoria de los músculos, no sé si será eso, pero lo cierto es que resulta muy curioso hacer de observador externo sobre las cosas que hace uno mismo.
Un ejemplo de lo que digo es tocar un instrumento musical, donde los dedos y las manos con entrenamiento se dirigen hacia las notas que deben sonar.
Otro ejemplo más evidente es nadar, montar en bicicleta o esquiar, que se hace sin pensar aunque pase mucho tiempo sin practicarlos.
Lástima que haya otras cosas que ni pensando es uno capaz de hacer en condiciones (hablo de jugar al fútbol o al baloncesto), pero podré sobrevivir sin ello.
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1 comentario:
El deporte es malo, y al aire libre es incluso peligroso.
Un deporte en el que participan, además de uno mismo, una pelota y dos equipos enfrentados es casi una invitación a la eutanasia. Sobre todo para los que llevamos gafas o somos incapaces de coordinar dos movimientos a la vez.
No te preocupes. Sufres un mal bastante común.
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