De nuevo una prueba experimental ha desvelado otro gran misterio que asolaba a la humanidad: por qué la máquinas de secar las manos no sueltan suficiente aire como para dejar las manos secas.
Este misterio ya lo expuse hace unos meses (El misterio del secamanos), tiempo que he dedicado a realizar una ardua investigación consistente en contar de viva voz los segundos en lso que la máquina expulsaba aire.
He constatado que la primera vez que se pulsa el tiempo que tarda en apagarse es sustancialmente menor que las siguientes veces que se pulsan (no he hecho la prueba a partir de la segunda pulsación consecutiva).
En la máquina de muestra la primera vez que se pulsa permanece de 30 a 40 segundos expulsando aire, mientras que la segunda vez permanece de 50 a 60 segundos. De esta forma la primera vez nunca seca las manos completamente, y la segunda vez siempre se deja soplando para evitar abrasarnos la piel.
Las causas de tan curioso comportamiento sólo están al alcance de la mente divina, así que este mortal común se da por satisfecho con haber constatado el hecho.
He dicho.
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2 comentarios:
Retomo, los secamanos con "sensor" son aún más extraños. ¿nadie ha pensado en poner los sensores de manera que perciban las manos? ¿porqué suponen que debemos mover las manos continuamente para secarlas?
Creo que no has resuelto todos los misterios, aún.
Dios la respuesta es muy simple.
1. El secamanos como todas lasmáquinas que expulsan aire, se han de calentar previamente antes de que su funcionamiento sea correcto.
2. Los sensores se fijan en que hay movimiento bajo el sacamanos, no si hay algún objeto. Sino si hubiera una pelota de papel ahí por casualidad, estarían echando aire todo el rato.
¬¬" es lógico ¿no?
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