22.11.09

El Parque de La Batería

La perspectiva de pasar un fin de semana a solas con Ulises (mamá ha estado con actividades extraescolares) compensaba los días en los que apenas he podido verle, pero obligaba a buscar actividades para que las horas no se alargaran en exceso.

Pasados los dos días y medio reconozco que no ha sido tan difícil, de hecho ha sido bastante sencillo estar con Ulises. Las siestas que se pega permiten cumplir con las obligaciones domésticas y descansar, y su autonomía jugando hace que cuidarle sea de los más sencillo (sólo hay que estar atento cuando hace su número de funambulismo subiéndose a algún mueble).

Ayer por la mañana estuvimos paseando por la palya, y por la tarde vinieron sus tíos al rescate. Como el bicho acaba fundido las noches no tienen más actividad que la rutinaria.

Esta mañana la natación dejaba poco lugar para más cosas (por cierto, cada vez le gusta menos el agua), luego una siesta mostruosa (hasta he podido comprobar que la Play aún funciona) y tras la merienda nos hemos ido a Torremolinos a ver el Parque de la La Batería (aquí en Google Maps).

La experiencia ha sido estupenda. Acostumbrados a vivir en una ciudad sin más parque que las pequeñas áreas infantiles en medio de la urbe (muy bien acondicionadas, eso sí, pero siempre guarrísimas) ir a un parque amplio, con mucho cesped, un lago y zonas amplísimas donde moverse ha sido toda una revelación. Y lo que es más espectacular: limpísimo.

Ulises podía revolcarse por el suelo sin problema, no había ni una cáscara, papel o chicle que pudiera investigar (sólo he visto una colilla de cigarro en todo el parque).

La zona infantil es muy amplia, y aunque a primera vista parecía que no estaba acondicionada para Ulises vi un cartelito que decía "Sólo para menores de 3 años", ilustrando la entrada de una zona acotada para los más pequeños.

Pero lo que más le ha gustado a Ulises es la zona que se presenta a modo de museo al aire libre con las baterías de artillería, una pequeña trinchera y un antiguo polvorín subterráneo con forma de largo pasillo que Ulises no se cansaba de recorrer haciendo sonar el eco de su voz.

Así que el fin de semana además de haber sido llevadero nos ha revelado un sitio que a buen seguro frecuentaremos muchas veces.

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