30.6.05

Incendio!!

Tengo las llamas a menos de 500 metros y a los helicópteros cargando agua en el lago que está a menos de 50 metros de mi ventana.

Por fortuna no hay riesgo y se puede disfrutar del espectáculo desde la comodidad de mi silla y el gran ventanal mientras estoy escribiendo.

Lo que sí acojona un poco es la prueba de pericia de los pilótos de los helicópteros, pues el lago desde el que cargan agua es muy pequeño, rodeado de árboles y con un viento bastante intenso.

El único desalojo ha sido el de una guardería, de la que han salido los niños en ordenada fila. Supongo que los habrán metido en otro edificio, pues el calor que hace hoy no es como para estar fuera mucho rato.


Pero la verdad es que no hace falta que haya fuego, por aquí ya empieza a haber demasiada gente quemada.

28.6.05

Igual pero peor

Hay veces que vivimos relativamente felices en nuestra riqueza o nuestra miseria, sobre todo si no hay más vara de medir que nuestro propio optimismo (o pesimismo, según el caso). Sin embargo en algún momento podemos conocer otra realidad, o aspirar a algo que no teníamos, y eso nos motiva para conseguirlo.

Si al final no conseguimos nuestro objetivo nos quedamos exactamente igual que al principio, pero mucho más decepcionados e incluso humillados por una derrota que quizás nunca pudimos evitar. Sólo me planteo lo frágiles que somos los humanos, no hace falta quitarnos nada para provocarnos infelicidad, basta con no darnos lo que no tenemos.

Creo que alguna vez comenté en esta línea lo que pasa en algunas repúblicas de la antigua URSS, donde la gente tiene objetivamente muchas más cosas que antes, pero son más infelices por el simple hecho de aspirar a más de lo que realmente se necesita (bueno, quizás se necesite, debido al establecimiento de un sistema de valores proclive a la infelicidad).

Y me pregunto: ¿se es más libre cuando tienes la opción de desear muchas cosas, o cuando sólo puedes desear aquello que te hace feliz?

Quizás el deseo de la felicidad pudiera justificar cosas tales como la falta de libertad de expresión, por lo que reduzco la respuesta a lo que decía Cifra en Matrix: "La ignorancia es la felicidad".

Y quizás por eso los ciudadanos de los países que se autoproclaman libres tiendan a ser felices, porque ignoran que sólo son libres para mirarse el ombligo mientras preguntan al resto de los países: "¿y si el partido dijera que hay cuatro dedos, cuántos dedos verías?".

24.6.05

Sopresa de cumpleaños

No hay un motivo especial, pero los días pasan y no escribo, seguramente porque quiero hacer demasiadas cosas, o más bien unas pocas que llevan mucho tiempo, y entre el mucho abarcar y poco apretar se me olvida marcar el camino recorrido.

A lo que iba: esta semana fue mi cumpleaños, ya en un volumen que empieza a ser preocupante, sobre todo porque ya tengo una edad superior a la que le supongo a mis padres. Hay un momento cuando eres niño que alguien te pregunta qué edad tienen tus padres, y esa edad se queda fijada en tu mente para los años posteriores. En mi caso mis padres tienen treinta años, edad ya superada, lo que me hace plantearme que a pesar de seguir sintiéndome como un crío quizás no lo sea tanto. Quizás el sentimiento de madurez no sería tan acentuado si uno no tuviera que aparentar ser serio, pero a diferencia del colegio nadie me dice qué hacer, con lo que se presupone que yo lo sé.

Lo cierto es que la fecha del cumpleaños ya ha perdido todo su valor. Realmente cuando eres niño no hace tanta ilusión el cumpleaños como los regalos (estamos educados en el consumismo, qué le vamos a hacer), y más concretamente en la excitación de la sorpresa al recibir un regalo.

Otro hito difícil de fijar se produce cuándo en la adolescencia en lugar de recibir un regalo recibes un sobre con dinero "para que te compres lo que quieras", en ese momento ya no hay sorpresa, sólo el interés por el vil metal.

Pero cuando ya se tiene algo de poder adquisitivo el cumpleaños es más triste porque la sorpresa se reduce a "¿qué quieres que te regalemos este año?", llevando inevitablemente a: "me he comprado tal cosa, contribuid con algo de dinero".

Y esa fue la situación este año, y tomada la decisión de adquirir la "tal cosa" (algo caro, por otra parte) ya ni esperé a la fecha señalada.


Sin embargo cuando el día D iba a pasar con más pena que gloria (sazonado por el catarro que me tuvo tirado todo el fin de semana) llegó la sorpresa que hizo el día diferente. Sonó mi móvil y supuse que sería alguien de la familia, pero era un amigo (bueno, un conocido con el que salimos alguna vez) al que le tenía perdida la pista desde hace varios meses.

Él no tenía ni idea que era mi cumpleaños, pero casualmente pasó cerca de mi oficina y me llamó para charlar un rato.

En sí misma la sorpresa ya era buena, pero se multiplicó cuando me contó que se ha casado y se va a establecer por aquí (antes vivía fuera), lo que me abre la posibilidad de entablar alguna relación social... me pregunto si será posible a mis años :-P

21.6.05

Enderezar el muro

Aunque el resultado es bueno (fundamentalmente porque ya se ha terminado) aún sigo mirando las esquinas y me pregunto qué entenderán los albañiles por "arreglar completamente las paredes" cuando se les contrata una reforma total de un piso.

Pero a veces la filosofía católica de estar agradecido tiene su utilidad, pues siempre hay alguien a quién le puede ir peor.

Una compañera tenía un problema en su chalet: la últimas lluvias había hecho ceder el muro que cerca el jardín, con riesgo de que cediera en cualquier momento. La solución no era sencilla pues había que derribar el muro y cimentarlo de nuevo, total que llamada de teléfono al "pofesioná" de las chapucillas:

"Tenemos que derribar el muro actual, cimentarlo y construir uno nuevo, pero avísanos la semana que vayas a venir porque hay que pedir una cubeta para los escombros, además en ese muro está el cuadro eléctrico y tendremos que cortar la luz, además hay una palmera pegada al muro que tenemos que transplantar con ayuda de una empresa especializada."

Transcurrieron las semanas sin novedades (ninguna novedad) y vuelta a llamar al maestro del pico y la pala:
"- Llevamos varias semanas esperando, ¿cuándo podrás venir?
- Ahora estoy liado, pero yo les aviso cuando podamos hacer el trabajo."

Hasta aquí nada inusual, incluso tras repetir la llamada en una ocasión.

Un buen sábado que mi compañera pasó fuera de la casa se acordó de su amigo el "pofesioná" e hizo su llamada rutinaria:
"- Es para preguntarte si sabes si vas a poder venir la semana que viene.
- No, si ya estamos aquí y hemos tirado medio muro. Además iba a llamarla porque la hemos dejado sin luz al haber tirado el cuadro de electricidad."

A toda velocidad se plantó en su chalet y el panorama que vio fue grandioso: La policía municipal acompañada de algunos vecinos estaba meditando por dónde empezar a poner multas:
- Quizás por causar un estruendo en zona rústica a las ocho de la mañana de un sábado.
- Quizás por haber cortado una palmera con un hacha y haberla dejado en un camino bloqueando el paso.
- Quizás por haber tirado los escombros en un río cercano.

Al menos no había multa por el hecho de tener el cuadro eléctrico arrancado de cuajo y que hubiera que tirar toda la compra del mes que estaba en la nevera.


Nuestro artista de la "performance" dijo que volvería el lunes para completar la obra, pero por supuesto no apareció en toda la semana, hasta que el siguiente sábado a las ocho de la mañana un vecino llamó al teléfono: "Es para preguntaros si vais a hacer obra todos los sábados por la mañana".

17.6.05

Manifestación por las flores, pásalo

En mis tiempos más idealistas iba frecuentemente a manifestaciones, algunas muy masivas (la del 0'7%, la manifestación contra la guerra o algunas contra el terrorismo), otras menos voluminosas (contra la pobreza, contra el FMI...), pero creo que todas por causas muy nobles y ajenas a toda discusión salvo que se sea muy cafre.

Sin embargo parece que se está poniendo de moda hacer manifestaciones casi por entretenimiento (bueno, la cierto es que la verdadera intención es tocar las narices). Temas vitales para la humanidad como si unos papeles están en un sitio u otro separados por unos cientos de kilométros, o como si dos tíos que follan juntos pueden formar una sociedad fiscal.

Así que voy a convocar una manifestación por un tema más importante: las flores del campo. Reivindiquemos las flores del campo, sea cual sea su origen, tamaño o color, lo importante es que el campo tenga flores, y si tiene árboles mejor.


15.6.05

No sé nada... ni quiero

Cuando uno está iniciando su vida laboral rebosa por los cuatro costados entusiasmo y predisposición para hacer cosas nuevas. En una profesión como la informática el aprendizaje de nuevas tecnologías es fundamental, así que ese entusiasmo se extiende a intentar formarse y luego ofrecerse para poner en práctica lo aprendido.

Hace unos meses mi empresa tuvo que empezar a usar unas nuevas herramientas, y en aquel momento dejé pasar la oportunidad de liderar el aprendizaje y uso de estas herramientas. Como la cosa era interesante y muy bien valorada en el mercado (no aquí no, por ahí, en algún sitio, supongo) me he estado planteando si mi actitud pasota no me estaría perjudicando en mi futuro, así que he intentado ir aprendiendo, pero sin que se note.

Esta mañana me ha llamado uno de los jefes y me dice que ha surgido una oportunidad de negocio buenísima para usar estar herramientas, y hay que irse a Madrid un año (esto significa estar más solo que la una, puteado por el cliente, con riesgo de quedarse sin vacaciones, viviendo en un piso de alquiler en la zona más cutre posible y cobrando lo mismo que aquí).

Pero me ha llamado para comentarme que se lo van a proponer a mi compañero de trabajo porque es de los que están más preparados (tuvo que hacer todo el trabajo que yo estuve esquivando durante meses)... ¡qué penita me da haber perdido esta oportunidad!

Mi compañero tiene siete años de experiencia menos que yo, los que me sirven para no levantar la mano cuando alguien pregunta si se sabe de algo. Y es que cuantos más años de experiencia tengo menos cosas sé, o eso es lo que conviene que los jefes piensen.

Creo que me voy a pedir un mes de vacaciones para quitarme el susto (¡¡¡ yujú !!!).

14.6.05

Terapia de grupo

Después de muchos meses haciendo campaña por fin hemos constituido el Comité de Empresa, de momento trabajando al tran tran con un previsible "¿y ahora qué?"

Tras los primeros silencios la gente se fue soltando y a medida que salían los temas la confianza aumentó para concluir que la mitad de los que estábamos allí compartíamos una experiencia: en alguna ocasión el Director General nos dio a elegir entre un trabajo que no queríamos o irnos a la calle. ¡Y yo que pensaba que quizás iba a desentonar!.

Ahora siento curiosidad por saber qué cesto va a salir de estos mimbres, aunque para empezar ya entiendo el acojone del de Recursos Humanos cuando se enteró de la composición del Comité.

10.6.05

Dormir 8, 7, 6, 5... horas

Estoy muerto de sueño, necesito más horas al día y por eso se las quito a la noche.

En los últimos años alguna vez he dormido ocho horas, lo más normal es algo más de siete, pero desde que quiero dedicar más tiempo a mi ocio apenas supero las seis, y eso si no tengo nada especial que hacer, en cuyo caso voy rozando las cinco. El peligro acecha cuando en breve empiece la jornada intensiva, ¿llegaré a cuatro?

A pesar de todo no me quiero negar el tiempo de hacer lo que me gusta, aunque corro el riesgo de que el tiempo de ocio genere más estrés que el trabajo (de hecho el trabajo no me estresa, sólo me pone de mala leche... bueno, ya ni eso).

En cualquier caso hay una cosa buena en esta época, y es que se roban menos horas a la noche... más que nada porque los días son más largos.

8.6.05

Después de quince minutos

Casi sin quererlo hace unas semanas superé los 7km en carrera continua, ya voy por los 10 Km, y lo más interesante es ir decubriendo las reacciones del cuerpo cuando se le exige un poco más de lo normal.

Entre los grandes descubrimientos está el de respirar (en caso contrario uno se muere), pero con control pues el cuerpo toma aire por si solo, con lo que el único trabajo que hay que forzar es soltarlo adecuadamente.

También los cambios de temperatura repentinos (como si se subiera toda la sangre a la cabeza) no sé muy bien porqué (se pasan en unos segundos).

Pero la revelación más interesante es la posibilidad de superar las crisis: a veces en plena carrera continua sobrevienen unas terribles ganas de dejarlo con la sensación de estar próximo al desfallecimiento, sin embargo tras unos minutos la situación se normaliza y hasta la siguiente crisis. Lo curioso es que la primera crisis viene tras los primeros cinco o diez minutos, pero una vez superados se puede empezar a disfrutar del panorama (la pared del gimnasio :-P ).

Después de quince minutos las cosas van rodadas por lo menos hasta los 30 ó 35.


Ahora la duda es: ¿Será mejor durar más de quince minutos en más cosas que en correr (o no correr) ?

7.6.05

La ventaja de ser gay

No niego que los gays no tengan más dificultades que los que no lo somos en cuanto a relaciones sociales (a mí nadie me mira mal por mi condición sexual, ni siquiera mi mujer que es la única que podría argumentar razones para ello... en caso de que existiesen).

Pero ser gay también tiene sus ventajas. A saber: me imagino a mí mismo pudiendo hacer uso del vestuario de las mujeres en el gimnasio pasando totalmente desapecibido. La verdad, por más vueltas que le doy no le veo el inconveniente 8-D.

Pero a mí ese vestuario me está vetado, sin embargo los gays que estén en el de hombres se pueden poner las botas a mi costa... aunque si lo pienso tampoco es que se vayan a encontrar gran cosa.

Abogo por tanto por la igualdad total y por vestuarios mixtos, cumpliéndose así la visión futurista de la película "Starship Troopers" (lo mejor de la película, sin lugar a dudas, las duchas conjuntas).

6.6.05

Alisarse la falda

No sé si es una cuestión enseñada o aprendida globalmente por experiencia, pero me resulta muy interesante/curioso/sexy el tic que tienen las mujeres al sentarse cuando llevan falda.

Quizás sea por no arrugar la ropa, quizás por comodidad de las posaderas, quizás para que no se suba la falda. El caso es que cuando una mujer se sienta primero junta las piernas (al contrario que los hombres, que nos despatarramos en la silla dejándonos caer), a continuación inclina el cuerpo para adelante y se lleva las manos al trasero acariciándolo de arriba a abajo mientras se deja caer. La sincronización es tal que las manos están a la altura de la parte posterior del muslo justo en el momento de contacto con el asiento.

Pequeños detalles de erotismo en los hábitos cotidianos... siempre que los ojos del que los ve sean tan degenerados como los de un tío.

3.6.05

Pagar por trabajar

Hoy han publicado las cifras del paro y todo son alegrías, todo el mundo trabaja, ¡qué bonito es todo! ¡España va bien!

Pero, ¿cuál es el precio? Se podría hablar de la regularización de los inmigrantes que cobran cuatro duros, de los contratos basura, de las ETT... pero he tenido constancia de algo que supera con creces a todo eso: pagar por trabajar.

Hay una empresa de telecomunicaciones (aunque supongo que no tendrá el monopolio de la idea) que ofrece un "master" por un año de 6000 euros para informáticos que quieran adquirir conocimientos prácticos de programación. Los admitidos en el "master" recibirán 8000 euros en concepto de beca...

Dicho de otra forma, que si quieres ser un puto becario tienes que soltar un kilo para que te contraten, ganando la maravillosa cantidad de ¡2000 euros anuales!

Al acabar el "master" hay un compromiso para que los mejores puedan optar a... chachán: ¡una maravillosa beca de trabajo por un año!

De acuerdo con que hay que crear medidas para la integración de los más jóvenes, pero de ahí a que tengas que poner el dinero por delante por si te contrata otro... en fin, nada nuevo.

Por si alguien tiene curiosidad la empresa en cuestión es Vodafone, que por cierto apenas mete gente en plantilla.

2.6.05

Cumpliendo la esperanza de vida

En la antiguedad, y hasta hace pocos años en algunos países explotados, la esperanza de vida apenas pasaba de los treinta años. Este dato estadístico, como cualquier otro, puede tener muchas lecturas, y aunque una de las más destacadas es hacer notar sobre una altísima mortalidad infantil lo cierto es que no se puede dejar de pensar en cómo sería la vida si todo se tuviera que hacer en treinta años.

Supongo que con el aumento de la longevidad la vida también se vuelve más perezosa, de hecho ahora es normal no emanciparse al menos hasta los veintialgo, cosa no admisible en una sociedad de límite treinta pues apenas habría tiempo para mantener la continuidad de la especie.

Cuando se pasa de la treintena las cosas ya se ven con cierto recorrido, e intento imaginarme si lo hecho hasta ahora ha merecido la pena. Supongo que sí, pero quizás no sea suficiente, quizás porque el planteamiento es dejar las cosas para recorrerlas durante otros sesenta años.

Y digo yo, ¿cómo viviría esos sesenta años alguien que tiene una esperanza de treinta? ¿A los treinta ya ha hecho todo y se sienta a esperar a que pase el tiempo?

Sea como sea queda mucho recorrido, y aunque uno está satisfecho con la tranquilidad de su vida no puedo dejar de desear que haya un buen puñado de sorpresas por el camino.

PD: ¿Se nota mucho que se acerca mi cumpleaños? :-P

1.6.05

Signo de depresión latente

Últimamente ando yo con el ánimo un poco bajo, apenas lo percibo pero releyendo los posts de este blog se puede adivinar un pérdida de alegría tanto en los temas como en el tono.

Dado que uno tiene las necesidades emocionales cubiertas (una forma de decir que puede follar con cierta frecuencia) las depresiones no se muestran de la misma forma que cuando se es adolescente (momento en que se tiende a la búsqueda de la gilipollez suprema) o cuando son clínicas (cuando no apetece hacer nada), sino que aparecen de una forma más sutil.

En mi caso creo que debo proclamar mi estado de depresión de pacotilla pues me está entrando el ansia consumista, con el peligro añadido que como mi naturaleza no es consumista (soy más bien de los del puño agarrao) el ansia sólo la puedo saciar con algo muy caro... peligro a la vista.