22.11.06

La ventaja de comer tarde

A medida que avanza la mañana las tripas empiezan a pedir su ración de relleno, y por eso en cuanto llega una hora razonable para un españolito (como puede ser la una) nos avalanzamos a los ticket restaurante que da la empresa (salir a comer antes sería una hora demasiado europea, y hay que mantener las tradiciones).

Sin embargo salir tan pronto implica, necesariamente, volver pronto, con lo que las tardes se hace eteeeeeeernas (estoy hablando de tardes en el trabajo).

Hace unos días se me complicó la mañana y me apunté a comer con un grupo que tiene sólidas convicciones hispánicas, pues se van a comer pasadas las tres de la tarde. A la vuelta comprobé, con toda la satisfacción del mundo, que sólo me quedaba una hora de trabajo, y entre una cosa y otra ya casi estaba tirando para casa.

Sin embargo hoy no pude resistir la tentación de comer pronto y rápido, así que la fastidiamos, se me avecina una eternidad por recorrer.

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