29.11.07

El juez Bermúdez ya no me pone

Eso fue lo que dijo mi mujer comentando la noticia del libro que ha publicado la del juez.

Hay personajes que intentan cuidar mucho su imagen, pero que su sola presencia hace que se venga abajo cualquier esfuerzo que intenten por parecer interesantes. Sin embargo el juez Bermúdez estaba en el otro lado, un personaje misterioso, que lucía un porte impresionante, un carácter imponente y una calva bajo la que sólo podía estar el cerebro de algo parecido a un genio.

El hecho de verlo serio, siempre con su toga, sin saber nada más de él hacía que su leyenda creciera. Pero al acabar el juicio se le vio sonreir en una acto al que acudió... y se acabó el mito.

Los mitos no pueden ser humanos, no deben expresar emociones, y mucho menos estar casados, que eso pone muy poco.

Intentaré borrar de mi memoria lo que sucede estos días y mantenerlo eternamente con su aspecto hierático, con su toga, con su calva y con sus AZ a la espalda.

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