8.5.10

Nuevo ombligo

Una vez se abandona el útero el cordóno umbilical (sus restos) se convierte en un apéndice un tanto desagradable, y los padres siempre estamos deseando que se caiga, pero con cierta inquietud a que esté secando bien dado su desagradable aspecto.

En el caso de Héctor, además, el cordón acababa en un ombligo que parecía muy alto, casi como una tubería a la que hay que enchufar una manguera.

Sin embargo ya hace unos días que los restos del cordón se secaron y se separaron del cuerpo... y la naturaleza ha hecho un buen trabajo haciendo que el ombligo se plegara sobre sí mismo y se cerrara perfectamente.

La consecuencia inmediata ha sido el primer baño de Héctor, pues no queríamos mojar los restos del cordón.

Para el baño hemos usado un cubo similar al que usamos para Ulises, pero en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, el de Héctor ha sido de estreno (el cubo de Ulises era prestado, y este ha sido regalado).

Y las primeras sensaciones con el baño han sido bastante positivas.

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