14.7.06

Canapés de ADN (I)

Eso debía ser, que los canapés estaban hechos directamente de nucleótidos del ADN, pues en otro caso no me explico cómo podían estar tan malos.

Ayer fuimos invitados (yo, como es habitual, de consorte) a la presentación y cocktail (la presentación nos traía al fresco, íbamos a la yugular de los canapés, directamente) del diario ADN, un periódico gratuito que hace unos meses se distribuye por la ciudad (bueno, eso dijeron, que nosotros no hemos visto ninguno).

El marco fue de lo mejorcito, pues siempre se agradece una visita al Castillo de Gibralfaro, disfrutando de sus increíbles vistas.

Con más de media hora de retraso empezó el acto, consistente en un discurso del Gerente del periódico. La verdad es que ante las autoridades que por allí había (el alcalde, algunos concejales y algunos cargos menores del gobierno regional) el hombre se podía haber preparado el discurso un poco, pues facilidad de palabra no es que tuviera.
Luego otro discurso, luego un vídeo, luego otro discurso (ya empezaba a quedar largo aquello, pues el cocktail no estaba a la vista) y luego el discurso del alcalde.

No fueron muchos minutos, pero tras el vídeo ya uno encontraba más interés en reconocer a las personas que había entre el público, destacando López Nieto (el árbitro) y una desconocida de raza negra (como el tizón, de las subsaharianas), delgada y con un vestido rojo chillón brillante que era como para no verla. Venía acompañando a un hombre joven bien vestido, y ambos parecía pareja, pero fue inevitable hipotetizar sobre el "coste" de aquella relación.

Siguiendo con los discursos, son varias las veces en que he visto a Francisco de la Torre decir unas breves palabras, y puedo afirmar con rotundida que el tipo es un máquina de la oratoria. Por supuesto no tenía nada preparado (de hecho iba con prisa pues salía para otro acto), pero se quedó con un par de datos de los que torpemente se habían dicho en los discursos anteriores. Tomó esos datos, el motivo del acto, y en un par de quiebros llevó el discurso a donde él quería: todo lo que el ayuntamiento está haciendo por la ciudad.

Fue breve, sin atascarse, conduciendo el discurso allá donde le interesaba... un maestro.

Acabado el acto pasamos a los prometidos canapés...

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