Sin embargo estas vacaciones tocaba caminar y sentir los escasos dos o tres grados en la cara. Los trayectos siempre eran cortos, pero aún así había que prepararse para la ocasión.
Abrigar la parte superior del cuerpo no tenía problemas, pero donde habitualmente residimos no se estila protegerse mucho el tren inferior, así que nos tuvimos que hacer con unos leotardos, que combinados con el body y unos buenos calcetines conformaban la primera capa de protección contra el frío:
A continuación un pantalón, zapatillas , jersey, polar, chaleco de abrigo, gorro y guantes, y listo para ir a visitar a su tía:
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