17.1.10

Zambullirse sin miedo

Hoy tocaba natación. Tras las últimas semanas, en las que aún sin haber tantos llantos las cosas no salían del todo bien, ya hay que prepararse intentado que llegue a la clase sin estar muy cansado y sin tener hambre.

También es posible que las últimas semanas haya echado de menos a mamá, que está en excedencia natatoria, pero eso hay que asumirlo.

Sin embargo hoy todo ha ido rodado, de muy buen humor desde el primer momento, llegando al extremo de acabar la clase saltando al agua desde el borde de la piscina (tarea imposible hasta la fecha, pues al sacarle del agua Ulises se agachaba y se ponía de espaldas intentando reptar hasta el agua de nuevo).

El churro ya no tiene misterios. Supongo que tras habérselo comido la semana, dejando restos de sus bocados flotando en la piscina, ha comprobado que tampoco está tan mal.

En el vestuario ha seguido el buen humor e incluso a esperado pacientemente a que papá se vistiera. La rutina marca que primero se seca y viste Ulises y luego lo hace papá, justo a la inversa de la rutina a la llegada.

Ahora toca esperar que el de hoy no haya sido un dái excepcional, sino que Ulises ya le vaya pillando el tranquillo a eso de darse un chapuzón.

1 comentario:

María Pilar dijo...

Todos nos alegramos con Ulises! Ya ha dado un paso más.