28.6.05

Igual pero peor

Hay veces que vivimos relativamente felices en nuestra riqueza o nuestra miseria, sobre todo si no hay más vara de medir que nuestro propio optimismo (o pesimismo, según el caso). Sin embargo en algún momento podemos conocer otra realidad, o aspirar a algo que no teníamos, y eso nos motiva para conseguirlo.

Si al final no conseguimos nuestro objetivo nos quedamos exactamente igual que al principio, pero mucho más decepcionados e incluso humillados por una derrota que quizás nunca pudimos evitar. Sólo me planteo lo frágiles que somos los humanos, no hace falta quitarnos nada para provocarnos infelicidad, basta con no darnos lo que no tenemos.

Creo que alguna vez comenté en esta línea lo que pasa en algunas repúblicas de la antigua URSS, donde la gente tiene objetivamente muchas más cosas que antes, pero son más infelices por el simple hecho de aspirar a más de lo que realmente se necesita (bueno, quizás se necesite, debido al establecimiento de un sistema de valores proclive a la infelicidad).

Y me pregunto: ¿se es más libre cuando tienes la opción de desear muchas cosas, o cuando sólo puedes desear aquello que te hace feliz?

Quizás el deseo de la felicidad pudiera justificar cosas tales como la falta de libertad de expresión, por lo que reduzco la respuesta a lo que decía Cifra en Matrix: "La ignorancia es la felicidad".

Y quizás por eso los ciudadanos de los países que se autoproclaman libres tiendan a ser felices, porque ignoran que sólo son libres para mirarse el ombligo mientras preguntan al resto de los países: "¿y si el partido dijera que hay cuatro dedos, cuántos dedos verías?".

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