27.6.09

Creando su identidad

Al nacer todos tenemos nuestro código genético, que por arte y gracia de la clonación posibilitaría la existencia de una persona igual a nosotros. Sin embargo el paso de los años y las inclemencias que haya sufrido nuestro cuerpo hacen que ese supuesto clon no pueda ser exactamente igual.

Ulises lleva varios días creando su propia identidad y distanciándose de lo que marca su código genético, pues cual escultor, y usando los muebles y el suelo de cincel, va esculpiendo su cuerpo con toda suerte de moratones, rozaduras y chichones.

Hay que reconocer que el tipo es duro, pues a veces ni se inmuta mientras hace su performance, pero otras hacen que se escape algún llanto, pero de escasa duración.

El trabajo empieza ya desde muy temprano, cuando moviéndose en la cama suelta cabezazos a diestro y siniestro, pero la labor más constante la hace mientras gatea, pues tiene raspaduras en las manos (hasta que haga callo), los pies y moratones variados en las espinillas.

Lo más chungo es cuando aparece con un ojo amoratado, o un nuevo bulto en la sien, pero en unas horas todo vuelve a su cauce. Es como un herrero, que no moldea de una vez, sino poco a poco, golpe a golpe.

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