Sin embargo ayer, en una tarde de piscina con merienda saludable a base de frutos secos y ganchitos Ulises se apuntó a imitar a los mayores, agarró un ganchito y lo empezó a masticar.
Como la chuche se deshace al entra en contacto con la saliva no había peligro de que se le atravesara algo, así que le dejamos y uno tras otro fue engullendo los ganchitos.

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