El viernes todos los empleados nos encontramos sobre la mesa un espejo envuelto en celofán (uno de estos con dos caras, una de aumento). Tras los comentarios del estilo "esta mañana me he dejado el rimmel en casa" (el 80% de la plantilla es masculina) nos encontramos en nuestro correo el siguiente mensaje del departamento de marketing:

¿Clienting? ¿Redacción?... preguntaré a mi jefe a cuanto me pagan la hora de redactor (no esperarán que la escriba en mi tiempo libre).
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