29.6.06

Si los elefantes rosa lo dicen...

¿Será cierto que soy cuadriculado? Me veo a los pies de una estampida de elefantes rosa que me cercan y coaccionan para que firme un papel que, según ellos, es una mera comunicación.

A saber. En mi salario hay una parte importante que es variable. Esta variabilidad se mide en función de unos objetivos anuales que marca la empresa, pero que intentan contemplar puntos que dependan de cada trabajador.

Obviando el hecho de que se definan objetivos anuales a 28 de junio, leo la hoja que me entrega mi jefe:
- Cumplir fecha de entrega del proyecto X para el 15/10. Esta fecha podrá ser revisada: 16 puntos.
- Cumplir los hitos y tareas que se definan para el proyecto Y: 5 puntos
- Conseguir una productividad acorde con lo dispuesto en el anexo que se entregará próximamente: 15 puntos.
- Pendientes de definir: 10 puntos.

Le digo a mi jefe:
- No voy a firmar esto.
- ¿Por qué?
- Porque el 46% los objetivos no están definidos, y si tengo que firmar una definición de objetivos que nos los definen es como firmar una hoja en blanco.

Y siguió la coversación por una hora, hasta que mi jefe concluyó en que soy muy "cuadriculado", y que "a ver qué hacemos".

Puesss no sé, ¿quizás que me definan unos objetivos?

Ante su reiteración de cuadriculamiento se levantó la sesión.

A las pocas horas me cruzo con el irresponsable de RRHH (irresponsable por no haber dimitido hace siglos, poniendo en riesgo la salud mental de los que por aquí curramos, la suya incluida) y me convoca a una reunión para la tarde para hablar de los objetivos (ya está, el chivato de mi jefe que le ha ido con el cuento del rebelde rojo sindicalista).

Acudo por la tarde y se me presenta el director general (mi jefe no sólo se chivó al de RRHH, sino que fue llorando al jefazo porque le había quitado la pelota).

Vuelta a lo mismo. Quizás es que no entiendo muy bien eso de "Pendientes de definir".

Tras unas cuantas vueltas de tuerca a mi cuadriculamiento (ya voy rozando con las aristas por las paredes) se concluye que "los objetivos no son negociables".

Acabo la reunión agradeciendo las molestias que se toman en explicarme los objetivos.

Esta mañana me llama mi jefe: "¿qué has pensado?".

Puesss, no sé, ¿en quién ganará el mundial ahora que nos han eliminado?

Total, que sigue la legión de elefantes rosa y esta tarde nueva sesión de terapia con el de RRHH: ¿Cuantos dedos ves en esta mano? ¿Y si el partido te dice otra cosa, cuántos dedos hay?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero, ¿a quién, sino a ti, se le ocurre decirle a un jefe que no puedes firmar que conseguirás una productividad acorde con lo dispuesto en un anexo que se te entregará después de que firmes? ¿Pero no ves que es crucial para la empresa que les vendas tu alma a cambio de algo que ya te dirán cuando sea conveniente?
Así no vas a conseguir el viaje en kayak para ver delfines mientras haces barranquismo?
Mi experiencia demuestra que cuando un jefe pregunta ¿qué hacemos? siempre espera que tu respuesta sea "me someto"...
Aguanta, es posible que no puedan despedirte...

Anónimo dijo...

Mi eterna lucha con mi empresa. Te dan los objetivos a destiempo y encima mal definidos. A mi lo que siempre inentan hacerme es colarme en los objetivos personales objetivos de la empresa o departamento. Este año amenacé con no firmalos aun a riesgo de perder la pasta. Al final me los cambiaron.