20.5.09

Palmas palmitas

Casi como por arte de magia, o por ciencia infusa, Ulises reconocía los aplausos y jaleosos "¡bieeeennnn!" como signo de aprobación ante algún acto suyo. No manifestaba mucho entusiasmo por esos signos, pero si que esbozaba esporádicamente alguna sonrisa (supondremos que de satisfacción).

Esta semana se me ocurrió intentar enseñarle a aplaudir, juntando sus manos y luego mostrándole como lo hacían las mías. El juego le divertía, pero su aprendizaje no dio resultado... al menos aparente.

En un momento dado, ayer y sin venir a cuento, me di cuenta que Ulises empezó a chocar sus manos intentando aplaudir, y esta mañana lo ha vuelto a hacer, así que no es tanto que la enseñanza no funcione como que el aprendizaje lo hace por descubrimiento propio.

Aún no hace sonar las manos, pues sus dedos siempre están algo encogidos, pero la mecánica ya la tiene pillada.

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