12.3.10

Febrícula

La fiebre va y viene, apenas unas décimas sobre 37ºC, pero lo suficiente como para dejar tirado al bicho. A eso hay que sumarle que tiene las amígdalas como dos tomates de la huerta del bisabuelo, y que la descomposición a buen seguro le provoca dolor de barriga. Con este cóctel las noches se han convertido en una sucesión de interrupciones de sueño que no favorecen un ritmo diurno muy estable.

La pediatra, tan agradable y atenta como siempre, opina que será algún virus, así que, salvo que la fiebre suba algún grado entero, no hay nada que hacer.

Si el lunes sigue igual volveremos a hacerle una visita, a ver si hay novedades.

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