9.3.10

Limpiándose solo

"Ulises, vamos a lavarnos las manos", y Ulises... no hace caso. Pero en cuanto escucha abrirse la puerta del cuarto de baño acude raudo y veloz.

El cuarto de baño le gusta, sobre todo para cerrar la puerta (un cuarto de baño con la puerta abierta es algo impensable) y esconderse dentro. Hace un tiempo trasteaba con todo, pero ya apenas se va al paquete de rollos de Scotex y señalando al perro dice "¡guau!".

Esta afición al cuarto de baño ha tenido un efecto beneficioso (se podría entender así) y es que a mis años he tenido que mejorar la puntería, pues a Ulises le gusta observar de cerca como cae el chorrito para, al terminar, darle al botón que vacía la cisterna. Claro que por el camino he de colocarme de tal forma que evite que se vea salpicado o que meta repentinamente la mano.

Ya estando en el cuarto de baño sí, se puede decir eso de "a lavarnos las manos", y Ulises intenta arremangarse. Le ayudo y le subo hasta el lavabo: "agua, agua", digo mientras le mojo cada mano alternativamente, "jabón, jabón", y tras dejar la pastilla de jabón "¡frota, frota, frota, frota!". Luego a secarse con la toalla, pero antes, y de forma autodidacta, sacude ligeramente sus manos salpicando a su alrededor.

Esta afición por la higiene también la manifiesta al cambiarle de pañal, pues si se le da una toallita húmeda o bien se la come (lo que no viene al caso) o bien se limpia. Sin embargo en esta ocasión la higiene es contraproducente, pues a veces intenta limpiarse sin que se le haya dado una toallita, y no se la toallita cuando hay demasiado que limpiar, con lo que su buena intención corre riesgo de convertirse en un desastre ecológico (por aquello del chapapote).

1 comentario:

María Pilar dijo...

Que verdad que describir es pintar con palabras. Esta entrada no necesita foto, cada uno podemos ver perfectamente las que nos traen las palabras, que son varias, sin mucho esfuerzo por cierto. En todas, padre e hijo quedáis muy graciosos. Alguna hasta perfumada, pero estamos en el cuarto de baño ¿no?