16.5.06

Tú te paras que tengo preferencia

Uno de las características de las especies más evolucionadas es que no siempre se aplica la ley del más fuerte, o que no siempre se aplica si hablamos de fuerza física (que la fuerza mental siempre se impone).

Este hecho se puede ilustrar con un simple paso de cebra, donde una ancianita puede detener a un trailer sólo con su andar pausado.

Sin embargo en ocasiones la fuerza mental parece querer superar las limitaciones físicas, pues se me dio el caso de asistir a una escena en la que una ancianita iba a pasar por un paso de cebra, pero se esperó a que pasara un coche que venía un poco pasado de velocidad. En eso otra señora se lanzó a cruzar y le dijo a la anciana "cruce usted, que tenemos preferencia".

La anciana empezó a cruzar, y el coche tuvo que dar un frenazo que, por fortuna, le permitió detenerse a tiempo.

Y me pregunto yo: ¿tener preferencia o derecho a algo es suficiente como para correr un riesgo por el simple hecho de tener la razón de tu lado?

O si no que se lo pregunten al peatón de Farruquito, por ejemplo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Habitualmente la preferencia propia suele estar reñida con la mala educación del contrario.