Preparando el viaje

Aunque aún no tenemos claro ni el como ni el cuando de las próximas vacaciones, ya hemos empezado a prepararlas, así que a las tres de la tarde (cuando hemos acabado de comer los dos) hemos salido de casa para llevar el coche a que le hagan una revisión rutinaria.

Llegando al taller Ulises se ha dormido, pero luego ha ido alternando sus ratos de siesta con sus ratos de sonrisas, causando sensación por allí por donde pasaba (en el ascensor, esperando en la caja del supermercado, en el taller... y hasta le han espetado un "¡hola rubio!").

Hemos comprado un mapa de carreteras actualizado y un calentador de biberones para el coche. Y en ese momento me llamaron del taller para decirme que ya estaba hecha la revisión y que había un par de detallitos que vendría bien corregir, por la módica cantidad de 700 euros (eso que el viaje nos iba a salir barato). Al final hemos pedido que arreglen lo básico y el resto ya veremos.

Hemos llegado a casa con la hora de la merienda ya pasada, pero Ulises no ha dejado de sonreir... se ve que aún no le duelen las facturas.