11.3.05

Fila 6, asiento 6

Hacía mucho tiempo que no entraba en una sala de cine vacía, supongo que el estado habitual de un martes a las cinco de la tarde. Ante tal panorama ni me preocupé en mirar si los asientos estaban numerados, así que me senté en el sitio que más rabia me dio.

Poco a poco empezó a entrar gente y deduje que los asientos estaban numerados, con lo que saqué mi entrada del bolsillo y en la penumbra de la sala pude leer "fila 6, asiento 6".

Me incorporé para poder ver el número de butaca, y era la 6. Miré el indicador del pasillo y la fila era la 6: ¡tocado y hundido! La sala tenía bastantes asientos, también es casualidad.

Por fortuna el número de la sala no era la 6 sino la 5, pues un exceso de casualidad de ese calibre hubiera hecho plantearme mi incipiente ateísmo.


Por cierto que la película era de lo peorcito que he visto en mi vida. La supuesta "Reencarnación" es más aburrida que Hermida retransmitiendo una maratón de ajedrez. Sólo se salvan los títulos de crédito (indican que el peñazo se ha acabado) y mi querida Nicole, no tanto por la interpretación, que me la trae floja, sino porque enseña algo de carne... lo que no me la trae tan... pues eso.

PD: El niño había leído sus cartas de amor, con eso un miercedecilla se puede hacer pasar por el difunto marido. ¡Ale!, ya conocéis el final así que podéis ir a ver otra película, por ejemplo alguna kazajistaní de arte y ensayo, seguro que será más entretenida.

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