No, no quiero referirme al problema de los nacionalismos, sino al tiempo que uno puede hacer cosas sin depender de influencias externas.
Para ejemplificar, un parámetro que nos marca la autonomía del cuerpo es el combustible. Podemos estar unas doce horas sin comer, eso serían unos mil kilómetros para un coche, no está mal. Pasado ese tiempo no es que fuéramos a morir, pero uno empieza a estar incómodo.
Pues bien, estos días atrás he sufrido una reducción drástica de la autonomía por avería en el tubo de escape, pasando de uno o dos días a unas pocas horas, en las que me he planteado cuántas cosas limitan la autonomía de la máquina sin que seamos conscientes de ello.
La conclusión es que salvo avería grave la maquinaria aguanta muchos miles de kilómetros sin ninguna dependencia externa, pero la cantidad de extras con los que cargamos hacen que vayamos parando en cada esquina, eso por no hablar de elegir el camino más sinuoso posible lo que consume el combustible para trayectos que en línea recta suponen poca distancia.
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