Últimamente ando algo negativo, el hecho de estar rodeado de personas muy mediocres es frustrante, sobre todo cuando tu salario depende de ellos. Sin embargo hay que hacerle caso al refranero y no morder la mano que te da de comer.
Uno se considera mediocre, pero con la jodida aspiración de dejar de serlo. Cuando quienes tienen más poder hacen que la chapuza sea inevitable la chapuza la frustración llega a hacer mella, pero hay que recordar que el trabajo es una maldición divina y que nadie trabaja porque le gusta, sino por necesidad.
No estoy diciendo que a nadie le guste lo que hace, sino que si no le pagaran seguramente no lo haría, o no lo haría en la situación que lo hace cobrando.
En definitiva veo que no compensa tener constantemente un "run run" en la mente maquinando cuál sería la venganza más dolorosa para aquellos que generan frustración con su inutilidad, a fin de cuentas tampoco lo hacen con mala intención (no son lo suficientemente buenos).
Así pues seguiré intentando especializarme en la ley natural de: conseguir el máximo con el mínimo esfuerzo.
Y, sobre todo, ocupar la mente con cosas más interesantes, como pensar sobre qué narices escribiré mañana en el blog.
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3 comentarios:
Eso de presuponer que los mediocres o los torpes "no tienen mala intención" es demasiado optimista: Los tontos son además y generalmente mAlOs, revenidos, tristes, envidiosos e insoportables. De los tOnnnntos librenos Dios que de los listos ya me libraré yo :)
"el hecho de estar rodeado de personas muy mediocres es frustrante, sobre todo cuando tu salario depende de ellos"
Esta frase me ha llegado al alma. Es absolutamente cierta y supongo que pasa en todos los trabajos.
El hecho de que lo hagan a a mala leche o no, no es excusa... VENGANZA!!!
moe:), para ser malo hay que tener malicia, lo que supone cierto nivel de picardía, al menos algo que admirar.
eremita, la venganza la serviremos en plato frío... lo malo es que nos vamos a congelar antes de que se nos ocurra un golpe de efecto que no nos deje con una mano delante y la otra detrás.
sietelunas, en el mundo de la empresa eso es el Principio de Peter: se asciende hasta alcanzar el máximo nivel de inutilidad. El problema es que el nivel de inutilidad de algunos no tiene límite.
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