14.9.06

Odio el Photshop

No es que tenga nada contra el magnífico programa de Adobe, pero es el principal culpable (o al menos el símbolo) de que los hombres no nos podamos recrear la vista con fotos de féminas ligeritas de ropa sin acordarnos de Jessica Rabbit.

Lo importante de las fotos de personas (forma fina de referirme a "tías buenorras en bolas") radica en que son fotos, en que muestran la realidad, en que en algún lugar, en algún momento hubo alguna persona como la que se ve en la foto. Uno ya sabe que las fotos que se publican están muy bien seleccionadas, que la luz disimula las imperfecciones, pero sabe que lo que ve es real. Sin embargo hoy en día la mano se suele ir más de la cuenta con el retoque digital, y el resultado está más cercano a una caricatura que a lo que, en su origen, se asemejó a la realidad.

Personalmente prefiero ver las arrugas e imperfecciones de la piel, alguna sombra, algún lunar, pues si la moza está de buen ver esas pequeñas cosas la hacen más cercana (iluso).

Pero, que yo sepa, ya quedan pocas publicaciones que no se dediquen al retoque (desde Playboy a Maxim, aunque Interviu se lleva la palma del airbrush), quizás el Private y las de su onda, pero es que ni tanto ni tan poco.

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