Cuando quiero desconectar y no tengo la PS2 a mano nada mejor que ponerse a ver deporte en la tele. Se dice que ver la tele genera menos actividad cerebral que durmiendo, y yo supongo que si además te están poniendo las noticias chorras de fútbol debe de producirse un encefalograma más plano que el de un muerto (recordaré no pensar en fútbol si algún día me hacen un encefalograma, no vaya a ser que algún cirujano le vaya a mi mujer con una solicitud de extracción de órganos dado que el cuerpo está caliente aunque no haya actividad cerebral).
Pues me planteo que para salir de la crisis de contenidos nada mejor que hablar un poquito de fútbol, aun a riesgo de defraudar mi imagen de intelectual de nueva ola :-P
Desde hace unos días vengo dádole vueltas a cuál ha sido el mejor gol de la historia, por calidad y por lo que significaron.
De esta forma descarto, por ejemplo, el gol de Señor en el 12-1 contra Malta, pues aunque significó algo histórico fue de rebote. Tampoco me vale el de Zarra contra Inglaterra, pues también fue algo feo.
También tengo que descartar aquel gol de Mikel Lasa desde su campo, o el de Ronaldo contra el Celta cuando jugaba en el Barça (saliendo de su campo y regateándose a toda la defensa en un insultante alarde de potencia y velocidad), o un gol del Mallorca de los años ochenta (cuando yo era socio) por poco trascendente, a pesar que lo marcara Reus, el portero, al hacer un saque de portería contra el Córdoba (hacía mucho viento y la pelota literalmente planeó hasta la otra portería).
Total, vamos con los buenos, con los que valen.
El gol de Maradona en el mundial de México contra Inglaterra. Lo impresionante es que parece fácil recorrer cincuenta metros sorteando ingleses, pero yo no lo intentaría.
El gol de Zindane que dio al Real Madrid la copa de Europa. Volea desde fuera del área con la pierna izquierda y balón a la escuadra. Yo lo estuve intentando y una vez casi conseguí dar al balón, pero la verdad es que sólo lo rocé.
Pero el más impresionante de todos los tiempos lo marcó un jugador del que ya nadie se acuerda (quizá algún maño). A saber: final de la recopa de Europa, Zaragoza contra el Chelsea, empate a uno en el marcador, último minuto de la prórroga, Nayim recibe el balón en su campo, avanza unos metros y suelta un pepinazo bombeado que se cuela por la escuadra rival. ¡Lástima no ser del Zaragoza para haber disfrutado del gol en su plenitud!
PD: Que conste que disfruté más con el gol del Zaragoza que con los del Madrid o el Barcelona, y es que en esto del fútbol también soy algo ateo.
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2 comentarios:
No sé nada de fútbol, si no haría un comentario inteligente y clarificador que complementara tus contenidos.
Sobre tu tema anterior...
Temas hay muchos sobre los que hablar, el caso es intentar hacerlo porque realmente te lo pide el cuerpo, no por llenar un espacio vacío.
Nos leemos!!
Pues si, yo me quedo con el de Maradona contra Inglaterra, algo bestial.
Un saludo.
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