13.12.05

Pasteis do Beleim (I)

Se acabaron las mini vacaciones, así que ya estoy rellenando la solicitud para las siguientes, que uno se lo pasa muy bien hasta madrugando siempre que no sea por obligación.

Fueron bastantes kilómetros de carretera, pero supongo que yo seré uno de esos que hace "salida escalonada" pues apenas me encontré tráfico ni para ir ni para volver.

Lo que no sigo sin entender es el límite de 120 Km/h en autopista, sobre todo en las de peaje de Portugal, que son directamente espectaculares (rectas, bien asfaltadas y mejor señalizadas, creo que merecen la pena los 22 euros del trayecto entre Lisboa y Faro, sobre todo si los comparo con los cinco euros que cuesta el trayecto entre Marbella y Estepona en verano).

Según el plan de viaje había una visita y comida en Mérida, cena y noche en Badajoz, visita matutina a Sintra y dos noches en Lisboa.

Llegamos a Mérida y empezamos la ruta arqueológica. Lo que pillaba más cerca fue un decepcionante circo romano, que visto desde fuera nos hizo tomar la decisión de no gastar tres euros por cabeza en ver los restos desde dentro de la reja, pues a fin de cuentas para ver algo había que darle mucho a la imaginación (o ser un fan acérrimo de la arqueología).



Siguente parada en el anfiteatro, ante el que no pudimos ser objetivos pues no hace tanto que estuvimos en el Coliseum de Roma y las comparaciones con una provincia de la periferia... pues como que no, que había que poner menos imaginación que con el circo pero que también había que darle a las neuronas.

Al ladito estaba el teatro, que sí que merece la pena (aunque no sé si tanto como para pagar siete euros por persona). La grada estaba restaurada, peor al ir a pisarla cedió un poco ¡y es que la mayor parte del graderío es de plástico! Pero bueno, la estructura del escenario estaba muy bien cuidada.



Tras un paseo por la cuidad (no es que sea lo mejor que hemos visto pero sí que es agradable) intentamos buscar algún sitio para comer. Muchos sitios estaban cerrados y los bares son casi todos negocios familiares con una pinta algo cutre (aunque limpios, pero sin dejar de ser bares de barrio).

Al final entramos en un bar que tenía una pinta más o menos interesante y nos pedimos una tabla de ibéricos y dos cosas más. Fue absolutamente decepcionante comprobar que en la tierra del cerdo ibérico te sirven embutidos del Mercadona, y en un sitio de tantos bares raciones calentadas al microondas. Supongo que no tuvimos suerte al elegir el sitio.

Salimos en dirección Badajoz un poco decepcionados, pensando que quizás hubiera merecido la pena ver Cáceres, pero bueno ya tenemos en el curriculum el teatro romano de Mérida.

2 comentarios:

Elisabeta dijo...

Vaya justamente estoy yo pensando en ir a Mérida y leo ahora tu post,jeje.Besitos viajeros.Te he enlazado en mi blog,asi no te me pierdes otra vez :p

Bachiller dijo...

Supongo que a los amantes de la arqueología les tiene que gustar, pero después de ver Roma la verdad es que no me impresíonó mucho. Sin embargo si el viaje se hace con un rato en Mérida y un rato en Cáceres (la plaza central de Cáceres es una pasada) sí que puede merecer la pena.