Cuando empiezas a trabajar lo suele hacer por poco dinero (perogrullada) así que una de las cosas que más motiva para seguir trajando en el mismo sitio es que reconozcan tu trabajo. Los buenos jefes saben lo efectiva (y barata) que sale un palmadita en la espalda a tiempo (a los malos se les huele el peloteo a kilómetros).
Sin embargo a medida que vas ganando más dinero vas recibiendo menos reconocimientos del otro tipo, seguramente porque también se va ascendiendo y los jefes dejan de ser compañeros de sufrimientos para tenerte como "recurso" (igual que un ordenador o una mesa).
Después de tantos años donde la estabilidad del trabajo se convierte en una travesía por el desierto (sólo se acuerdan de mí cuando se rifan hostias por algún problema) ya volvía a necesitar algunos "cariños" profesionales.
Claro, que si uno quiere hechar un polvo sin tener pareja sólo le queda salir a ligar engatusando a alguien con que le ofreces la vida con tal de pasar una noche. Pues por las mismas acepté asistir a una entrevista de trabajo de otra empresa aun sabiendo que sus condiciones no me interesan.
Ha sido poco más de una hora (he sacrificado la hora de la comida, pero la ocasión lo merecía) donde una chavalita del departamento de RRHH me ha estado vendiendo su empresa.
Eso de ir a una entrevista sin pretensiones la verdad es que resulta divertido, pues puedes ir tuteando a todo el mundo y dando dos besos en lugar de ofrecer la mano a la chica que hacía la selección de personal: eso les rompe el guión.
Luego he abusado un poquito haciendo que me escuchara, y para que no perdiera atención me he puesto a soltarle palabras técnicas y a soltarle datos y cifras sobre mi vida profesional para que además tomara apuntes.
No es que haya sido muy ético, pero ha estado bien, sobre todo eso de pedir un montón de dinero sin inmutarte al decirles que "esos son tus mínimos".
Creo que lo tendría que repetir periódicamente.
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3 comentarios:
Había perdido tu dirección al eliminar el otro blog,me alegra haberte "reencontrado".Besitos de viernes,te seguiré leyendo.
Y no esta mal eso de ir manifestando tus "mínimos" en una entrevista,sin tener nervios ni nada de eso,jeje.
hasta el mejor boxeador necesita mas sparrings
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