21.12.05

Pasteis do Beleim (y VI)

Tras comer en el primer sitio que tenía más o menos buena pinta dimos los últimos paseos por la ciudad, y a media tarde empezamos a pensar que quizás no volveríamos a probar los pasteles de Belém en mucho tiempo, así que decidimos volver a por más.

La idea era cojer el tranvía, pero su frecuencia es muy escasa comparada con la de los autobuses, así que pillamos un autobús. Por cierto que el sistema de billetaje es un poco peculiar comparado con lo que tenemos por aquí, pero a eso hay que dedicarle un post en exclusiva.

Cuando llegamos a la pastelería/cafetería el gentío era enorme, y en la barra lucía un cartel de "no servimos bebidas". A esas horas sólo se despachaban "pasteis". Constantemente sacaban bandejas de la cocina mientras otros camareros llenaban cajas de tres pasteles. Llegado mi turno pedí dos cajas, pero me cobraron nueve euros y en el ticket ponía que me habían dado doce pasteles. Tras preguntar sobre el ticket nos dijeron dos cajas equivalían a doce pasteles.

Comprobamos que efectivamente las bandejas que salen del horno tienen los pasteles agrupados de dos en dos uno encima del otro, pero en cualquier caso nos quedamos con el lote.

Volvimos al hotel y nos dimos una cena de pasteles, comprobando que tres seguidos se hace un poco pesado para el estómago.

A la mañana siguiente salimos muy temprano por el miedo a la operación retorno, tanto como a las cinco de la mañana hora española (cuatro hora portuguesa) así que hasta Sevilla apenas encontramos tráfico.

Hicimos una parada técnica para repostar y desayunar... "pasteis de Belém" que teníamos en la recámara (al final sólo llegó uno a casa). Justo en la frontera había un fuerte control policial (perros, pinchos, furgonetas cruzadas en la autopista, ametralladoras...) conjunto de la policía portuguesa y la guardia civil. El hombre de verde nos hizo parar y nos miró detenidamente, pero se ve que no le ugstamos porque nos dijo que siguieramos camino.

Y así hasta casa, siempre asistido por mi eficaz copiloto (y comentarísta anónimo de este blog, además de muchas otras cosas):


En definitiva que muy recomendable pasar un fin de semana en Lisboa, además de lo que se ve y se come uno tiene repertorio para unos cuantos post.

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