20.1.06

Quién te manda saber tanto

Hace tiempo creo que ya escribí sobre el tema (me da pereza buscar el post) pero de nuevo se ha vuelto a manifestar la cruda realidad laboral que los mejores son los más puteados.

Hace tiempo uno era de los que se dejaba la piel por la empresa, y la empresa siempre pedía más, y uno respondía, y te pedían más (a veces por más dinero, a veces no), hasta que un día reventé, y me mandaron de cara a la pared. A partir de ese momento me convertí en un pequeño cabrón que intenta trabajar estrictamente lo estipulado en el contrato, y vivo de miedo (salgo a mi hora todos los días desde entonces).

Esto me viene a la mente porque hoy han vuelto a enviar a un compañero a Madrid a pasar unos mesecitos, al mismo que hace no demasiado tiempo enviaron a Barcelona unos meses con la promesa de no repetir, al mismo que antes habían tenido un año fuera de casa... El argumento de la empresa es que "el cliente le pide con nombres y apellidos", y es que no se puede hacer las cosas bien.

Si en su primer proyecto simplemente hubiera cumplido sin entusiasmar el cliente no le hubiera vuelto a pedir y ahora viviría mucho más tranquilo, así que la conclusión es que hay que evitar hacer las cosas tan bien que te pidan repetir (salvo cuando cumples con tu pareja, que ahí nunca negaré hacer bises hasta la extenuación).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He oído decir que, para la empresas, lo que haces de forma excepcional una vez, ya se convierte en norma.
Hay que andarse con mucho ojo...

Anónimo dijo...

Que razón tenéis...Por desgracia parece que lo que hay que hacer es cumplir y punto, sin pasarse, porque si no te toman por el pito de un sereno.

Por cierto, no sabía que me habías enlazado. Te devuelvo el favor :)