Haciendo gala de la originalidad que me caracteriza me voy a unir a la moda, pero con un matiz un poco distinto pues en lugar de viajar en el espacio propongo que sirva para viajar en el tiempo, o más concretamente en el recuerdo de las cosas que pasaron en nuestra vida.
La foto no la encontré en Google, pues el pueblo donde veraneaba está demasiado perdido en el interior de la península como para que los americanos se fijen en él. La fuente es el SigPac (un sistema de información de parcelas agrícolas), pero el resultado es el mismo.
Son muchos los recuerdos que tengo almacenados de este sitio, pero cuando vi la foto el primero que se me vino a la mente fue el recuerdo del primer beso (el lugar concreto del evento lo he marcado con un círculo). El viaje en el tiempo se remonta a cuando uno tenía catorce años, momento en que algo tan cotidiano como un beso se convertía en un mundo.

1 comentario:
Menos mal que aún hay quien encuentra poesía en la tecnología...
Publicar un comentario