9.1.06

Visita turística a evitar

De vez en cuando es importante tomarse unas vacaciones sin viajar, de dedicación a conocer un poquito más los lugares que nos son más próximos y dejar de lado los más lejanos (entre los lugares próximos incluyo una búsqueda del rincón perfecto del sofá).

Como en estas fechas suele ser habitual la visita de familiares la salida es obligatoria, pues aunque el sofá sea grande no le gustan los extraños.

Entre las cosas que he descubierto haciendo de guía voy a destacar la buena y la mala, empezando por esta última para quedarme con buen sabor de boca.


Se abrió hace poco, pero parece inevitable que al venir a Málaga hay que ver el Museo Picaso, explosición forzada donde las haya pues por más que quieran hacer comulgar con ruedas de molino Picasso se largó de Málaga en cuanto pudo.

Antes de que se abriera el museo Picasso la visita obligada era a la casa natal del pintor, que tiene entidad real como lugar donde aconteció un hecho concreto. Para acompañar hay un pequeño museo que tiene cuatro cositas, pero que es gratuito y se ve rápido.

Sin embargo con todo el bombo y platillo que le dan los políticos a estas cosas se abrió el mejor museo del mundo mundial.

Al llegar al museo el edificio es bastante majo, hasta que ves que el precio de la entrada es de 6 euros por la exposición permanente más 4'5 por la temporal. Para ser la primera vez lo dejamos en la permanente.

Nada más entrar uno va viendo el porqué del clavo de la entrada, pues hay personal para aburrir. Una persona en cada sala, en cada patio, en cada puerta, en cada escalera. Todas ellas equipadas con "pinganillo" y con uniforme negro.

Ya entrando en materia uno piensa que en un museo va a haber piezas interesantes, y entre los cuadros que vimos había cosas curiosas (y no me refiero sólo a los marcos de los cuadros), pero verlas detrás de un cristal... bueno, otro tanto del precio de la entrada se irá en limpiacristales.

Sin embargo a medida que van pasando pinturas uno tiene la impresión que han colgado hasta los rallajos que Picasso hizo en las servilletas de los bares.

Bocetos, experimentos, anotaciones... ya no es que se exponga arte más o menos digerible, es que se expone cualquier cosa.

La parte buena es que la exposición es pequeña... y que no entramos en la exposición temporal de cerámica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En Figueres está el Museo de Dalí, mucho más barato, con menos personal trabajando, y bastante más personal (de personalidad). A mi, que no me gustan los museos, me gustó.

Bachiller dijo...

Creo que das en el clavo con "la personalidad" del museo.
Aunque no soy amante de la pintura sí que reconozco cuando un museo tiene cosas interesantes. Por ejemplo a mí me gusta el Reina Sofía de Madrid, con un montón de cuadros de renombre pero con un estilo coherente.

Bueno, El Prado también tiene un estilo coherente, pero visitarlo como turista ocasional provoca un empacho de pintura.