18.10.06

Las llaves de casa

Las llaves, esas celosas guardianas de nuestros bienes y nuestra intimidad, son uno de los elementos más personales que podemos tener, no tanto por lo que son sino por lo que representan.

Siendo así podríamos identificar a las personas realmente cercanas si les permitiríamos tener las llaves de casa. Paradójicamente en ocasiones dejamos ese acceso a la intimidad a personas diversas que nos pueden resolver cuestiones prácticas (los vecinos, por si alguna vez nos olvidamos nuestra copia, la persona que limpia la casa...).

He hecho el ejercicio de recordar qué personas tienen las llaves de mi piso, y apenas identifico un sentido más allá del práctico. Hay cinco copias (al menos conocidas): la mía, la de mi mujer, la de la mujer que viene a limpiar, otra la tiene mi hermano y otra mi ex.

Por tanto hay dos copias "principales", otra por una cuestión práctica, y otras dos entre prácticas (por aquello de si alguna vez se me olvidan las llaves) y personas a las que se otorgan realmente la confianza.

Me pregunto si alguien dejará una copia a sus amigos, lo que supondría concederles claramente acceso a nuestra intimidad.

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