Cuando alguna vez voy a visitar el Centro de Arte Contemporáneo (más por aburrimiento que por otra cosa) siempre me surge la misma duda: "¿es esto arte?" Aunque la duda que subyace es "a quién coño habrá convencido este tío para que le paguen por esta mierda".
Una vez salvada la primera impresión (de forma excepcional haremos como si no contara) intento reflexionar más friamente y en mi mente de técnico intento crear un modelo sobre lo que es el arte de forma que ciertas lindezas puedan encajar en él.
Así empiezo a construir la idea: en primer lugar el autor debe querer decir algo, o debe tener algo que decir o expresar, de tal forma que los productos del azar no son arte salvo que se quiera expresar azar en sí mismo.
Parece que voy por buen camino, así que sigo: el autor debe tener suficiente dominio de la técnica como para poder expresar lo que quiere, de tal forma que aunque se muestre un lienzo en blanco el autor debería ser capaz de llenarlo de colores, pero elige la opción del blanco porque así lo cree oportuno, no porque la técnica le limite a una u otra opción.
¡Vaya! parece que estoy lúcido, así que continuo con mi postulado: el resultado estético tiene que responder con lo que se quiere expresar y tiene que causar impacto en sí mismo aunque no se cumplan los dos condicionantes anteriores.
Redondo, es un modelo redondo... pero... ¿cómo coño hacen estos "artistas" para que les paguen por semejantes mierdas?
Y es que las ideas no dan dinero.
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