7.12.08

Cinco horas y una lágrima

Cinco horas son las que esta noche ha dormido del tirón, marcando una nueva plusmarca de tiempo sin comer. Lo cierto es que esta noche ha (hemos) dormido genial, pues le acostamos a eso de las ocho y media y hasta las siete y media no se ha puesto en marcha (yo me levanté antes para que me pillara desayunado).

Tras un rato de juegos se ha hechado una sietecita de quince minutos y después, ya con la madre activa, han salido de paseo mientras me he encargado de llenar la nevera.

A la vuelta de su paseo le fui a cambiar de pañal, momento en que debió darse cuenta que tenía hambre, con lo que empezó a llorar. Como estaba en pleno proceso de cambio de pañal no se pudo atender la petición de forma inmediata, con lo que siguió llorando, y llorando... y sus primeras lágrimas afloraron. Dos lagrimones se le han caído por la cara cuando ya estaba a punto de empezar a mamar.

Como esta mañana había dormido poco se ha pegado una buena siesta, justo cuando los abuelos nos han venido a visitar. Al final ha estado durmiendo justo mientras comíamos, y luego ha pasado la tarde de cháchara con la abuela.

Y ahora... nueva siesta, que me deja un hueco para poder escribir estas líneas.

No hay comentarios: