22.12.08

Sin la mesa pequeña

Poco a poco el mobiliario de la casa va evolucionando para adaptarse a la nueva situación, y no sólo para buscar espacio para los nuevos cacharros (el cambiador, la bañera, la hamaquita...) sino para las nuevas actividades.

Uno de los muebles que más aprecio teníamos era la mesa pequeña que se situaba en el centro del comedor. Era la mesa alrededor de la cual hacíamos vida, pues ubicada ente el sofá y la tele era ideal para comer, atender a las visitas o simplemente llenarla de trastos. Sin embargo, con la llegada de Ulises, empezaron a ser frecuentes los golpes en las rodillas o los empujones a la mesa cuando nos teníamos que levantar del sofá con el bebé en brazos.

Para las visitas también resultaba incómodo, pues siempre la dejábamos muy pegada al sofá para tener más sitio para dar paseos.

Total, que la hemos retirado a un lado del comedor y nos ha quedado una modestita, pero muy decente, pista de baile o zona de paseo.

Los tiempos de comer viendo la tele ya pasaron a mejor vida, así que la mesa había perdido gran parte de su valor. Además las visitas se pueden sentar fácilmente en el sofá mientras Ulises y su acompañante pasean a sus anchas.

Ayer, sin apenas darse cuenta, los abuelos vinieron de visita y disfrutaron del nuevo espacio, casi tanto como lo hace Ulises.

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