14.12.04

Existe si es necesario

Hace unos días reflexioné acerca del control que las hormonas ejercen sobre nuestro comportamiento, cuestionando de esta forma la existencia real de sentimientos trascendentes.

Tirando del hilo llego más lejos que a cuestionar la existencia de un solo sentimiento, sino de todos.

Teniendo en cuenta que una máquina como nuestro cerebro es capaz de gestionar los razonamientos, la memoria, las actuaciones lógicas e ilógicas... ¿no se debería tener muy en cuenta un ateísmo radical en el que la muerte pierde toda trascendencia?

Cada día que pasa intento encontrar algún sentimiento que no pudiera encontrar respuesta en la actividad cerebral u hormonal, y la búsqueda sigue...

Soy de educación católica (sólo educación), y bastante proclive a tragarme todas las milongas paranormales que me cuenten, pero la conclusión de intrascendencia es inevitable.

Pero esto no me apena, al contrario extraigo una conclusión mucho más positiva, pues quitada la trascendencia de la muerte la vida adquiere valor por si misma, no es ya un medio para conseguir esa tracendencia sino un fin... me gusta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo hacer otra cosa que asentir y apoyar tu reflexión. El último párrafo refleja perfectamente mi modo de pensar en este asunto.

Saludos.

Elisabeta dijo...

La vida es un fín y lo que pasa es "lo bueno". Besitos de buenos dias.