La verdad es que me pongo a hablar de informática y de videojuegos y me pongo más pesado que una reposición de los mejores momentos de la carta de ajuste, sobre todo porque a mis interlocutores les suele importar un pimiento. Sin embargo después de hablar tanto del pasado no puedo evitar hablar del futuro.
Son muchos, muchísimos los videojuegos que han pasado por mis manos, pero ha sido recientemente cuando he jugado al que yo creo que es el mejor de la historia: "GTA San Andreas".
Lo considero el mejor por su despliegue técnico más que por su originalidad (de hecho es la tercera parte de una saga). Pero sin lugar a dudas es la prueba de lo que se puede conseguir con un trabajo de altísima calidad.
Desde luego no es apto para novatos, pues se necesitan muchísimas horas para sacarle todo el jugo, pero la idea de aglutinar tantísimos elementos en solo juego y hacerlo tan bien supone un trabajo digno de reconocimiento. Yo aún me sigo preguntando cómo narices se puede gestionar a un equipo informático de forma tan eficiente como para hacer esta maravilla, que por cierto ha recaudado más dinero que muchas superproducciones de Hollywood.
Sin embargo fue hace un par de fines de semana cuando me he encontrado una pequeña joya por su originalidad: "Farenheit". Técnicamente no es el GTA (ni de lejos) pero empezar a jugarlo es una delicia pues propone un nuevo estilo de lenguaje más cercano al cine que a los videojuegos. A medida que avanza el argumento flojea cual película de Hollywood (defitivamente el guionista se tomó algo para escribir el desenlace) pero se agradece la propuesta. Y además como es corto no hay ni que comprarlo, pues uno se lo alquila por un poco más de lo que cuesta una película de estreno, con la diferencia que en lugar de dos horas uno se pasa dos o tres días.
Lo dicho, me pongo con estas cosas y es que no paro.
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